La cosa empieza con tres cadáveres: una mujer y un hombre aparecen muertos en un jeep (y una segunda mujer muy cerca) en un camino al suroeste de Alemania. Según el ejército, han sido víctimas de una historia de celos. Pero hay muchas cosas que no encajan, y el suceso quedaría definitivamente sepultado de no ser porque el periodista Siggi Baumeister jugándose el tipo decide tirar de los hilos hasta dar con una realidad muy diferente, y que sin duda evocará al lector español los episodios de una no tan distante guerra secreta protagonizada por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Frenética, incisiva, cáustica y, en ocasiones, tierna, Eifel Blues inaugura la serie policiaca (19 títulos a fecha de hoy) de mayor éxito en Alemania, protagonizada por Siggi Baumeister; periodista retirado en Eifel, región en los confines de Alemania con Bélgica y Luxemburgo, este diletante, empedernido fumador en pipa, amante de los gatos y del jazz, se ha elevado a una categoría casi mítica y es, hoy por hoy, el personaje más querido por los lectores alemanes. Los amantes del género ya familiarizados con Ingrid Noll o con Friedrich Glauser encontrarán en Jacques Berndorf, por primera vez traducido al español, a otro clásico de la literatura policiaca no sólo alemana, sino mundial.
La variedad y la calidad de las playas de esta isla griega son irresistibles. Los complejos turísticos son un atractivo para los visitantes, pero también hay que descubrir las zonas más apartadas del centro de la isla, o los bosques y las montañas del nor
Paul Morand (París 1888-1976) es a la vez el célebre, y a menudo reeditado, autor de novelas y libros de viajes y un poeta oscuro al que casi nadie (entre los casi nadie que leen poesía más o menos contemporánea) parece recordar o haber leído. En realidad, Morand apenas publicó cuatro libros de poemas y es cierto que abandonó la poesía, al menos la poesía en verso, a poco de cumplir los cuarenta años y casi medio siglo antes de dejar de escribir en absoluto. Pero Morand es ante todo un poeta y uno de los más grandes poetas, en mi opinión, de todo el siglo XX. Durante mucho tiempo, los superficiales superficialmente han considerado a Paul Morand un prosista superficial y un poeta inexistente, pero cualquiera que se acerque ahora a estos versos hechos de puro músculo, sin un sólo gramo de grasa retórica, contundentes como un puñetazo en el plexo solar, capaces de dejarnos sin respiración, se encontrará (para su sorpresa, que fue la mía) con un poeta absolutamente contemporáneo, quizás incluso tan desmedidamente contemporáneo que a veces parece hablarnos aún desde el futuro. Frente él, Valery, es un poeta del siglo XIX e incluso el muy moderno Cendrars o los surrealistas nos parecen más lentos, más pesados, más envejecidos. Morand merece, junto con Apollinaire, ser considerado el primer poeta moderno de Francia y como tal podemos seguir leyéndole. Su poesía es precisa como un cronómetro y está llena de humor, de ironía , de imágenes sorprendentes y naturalísimas y siempre nos cuenta cosas que merecen ser contadas y que a menudo son aquí cantadas por vez primera, como ese "escape libre" del automóvil de uno de sus primeros poemas que "hace morir la rosaleda" del madrileño Parque del Oeste en un lejanísimo 1913 y que no deja de ser, quizás, el primer verso ecológico de la poesía universal. La traducción de Marie-Christine del Castillo Valero, fiel al tiempo que literaria, creo que hace honor a los espléndidos versos de Paul Morand.
Las Navas del Marqués (Ávila) en la década de los 60. Un cabrero descubre el cadáver de una niña de nueve años en un pinar. Meses después, la maestra de escuela, doña Carmen, pasea con su perra por los pinares del barrio de la Estación. La perra empieza a ladrar. La maestra se acerca al chucho y observa, aterrorizada, el cuerpo ensangrentado de Mariló, una de sus alumnas, con un corte mortal en la garganta. En el pueblo, de apenas tres mil quinientas almas, no había ocurrido nada tan violento desde la Guerra Civil. El alcalde, Leoncio González Segovia, avisa a su primo, Samuel González, jefe de la Guardia Municipal de Socuéllamos, para que investigue los casos y detenga al asesino en serie. Samuel es hermano de Manuel González, alias Plinio, el célebre protagonista de las imperecederas novelas policiacas del escritor manchego Francisco García Pavón. Un pueblo de gente tranquila, pacífica, dedicada a sus rutinas diarias. ¿Quién habrá podido cometer semejante salvajada? Samuel González y el sargento local Isidro Peláez intentarán quitarle la careta a la alimaña asesina que vive en la comunidad.