Amador de los Ríos, interesado desde muy joven en la presencia judía en nuestro país, un tema hasta entonces prácticamente virgen, dio un aldabonazo en 1848 con los presentes Estudios sobre los judíos de España, desde entonces no reeditados. La obra prese
El erizo es cauteloso y paciente por limitado, tozudo porque está obligado a la perseverancia y humilde porque no tiene más remedio que sacar todo el partido posible a sus escasas pero potentes habilidades. Sabe resistir a la adversidad y administra juiciosamente el tiempo, escaso y efímero, porque le cuesta acelerarlo. Por eso, y porque alberga un gran objetivo, gana a la veloz liebre en el cuento de Grimm, y supera a la frívola y dispersa zorra que, según el poeta griego Arquíloco, sabe muchas cosas, mientras que el erizo sólo sabe una, pero importante. Persona con fuertes valores cívicos antes que economista, y quizás gracias a eso economista relevante, Alfredo Pastor lamenta que vivamos en un tiempo en que el bolsillo es mucho más importante que el espíritu, pero también señala que es un tiempo en que nos repugna tanto la igualdad impuesta como la desigualdad extrema, una ocasión de oro para luchar por preservar, más que nunca, la equidad. Aunque quizás se vea a sí mismo más como un veterano erizo pausado que como un joven y astuto zorro, el autor exhibe las armas de ambos animales, la capacidad de enroque y la destreza del argumento rápido. En este libro viene a proponernos que hagamos, como el erizo, virtud de la resistencia, porque aunque mejore, el temporal de la crisis será aún largo y enojoso.
Pascal Quignard tenía solo 20 años en 1969 cuando publicó este ensayo (ampliado con un postfacio inédito en 2014) sobre la figura del escritor austriaco Leopold Sacher-Masoch (1836-1895), conocido por el escándalo que provocaron sus obras en la segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, porque el psiquiatra Krafft-Ebing, contemporáneo de Sacher-Masoch, en su estudio Psychopathia Sexualis utilizó el apellido para acuñar el término «masoquismo» definido como «la dirección del instinto sexual hacia el círculo de representación de la sumisión a otra persona y el maltrato infligido por esta otra persona», que, paradójicamente, como explica Quignard, dejó de designar los textos del escritor austriaco. Con su prosa musical, erudita y lúcida, Quignard se adentra en la obra de Sacher-Masoch en una investigación que le da una vuelta de tuerca a las interpretaciones psicoanalíticas y filosóficas anteriores, desafiándolas y aportando una visión novedosa sobre lo que llama el «ser del balbuceo», la voz narrativa del famoso autor de La Venus de las pieles.