Este libro presenta una reflexión acerca de las múltiples y variadas problemáticas éticas que plantea el ejercicio de la investigación científica, tanto en las ciencias de la naturaleza como en las ciencias sociales. En el último medio siglo se ha fraccionado enormemente la ciencia, debido a lo cual los autores -todos ellos profesores universitarios, mayoritariamente del IQS (Universidad Ramon Llull), centro de UNIJES- apuntan a aquello que tiene de unitario la investigación científica, desde la antropología hasta la biología, pasando por una diversidad enorme de disciplinas. El investigador analiza la realidad que nos rodea para contribuir con los resultados de su investigación a que la humanidad controle la naturaleza y pueda utilizarla en su propio beneficio. Todo esto se ha hecho muy complejo en el último siglo, con un cruce de intereses personales, económicos, políticos, corporativos, presentes en el laboratorio o en el despacho.
Las reflexiones sobre conocimiento moral que ofrece el autor en estas páginas están pensadas para iluminar y orientar la vida moral que vivimos todos. Por ello, el autor ha intentado hacerlo con un lenguaje que no se aleje del que utilizamos en la vida
Arash Arjomandi, discípulo cercano de Eugenio Trías, junto a quien se nutrió de los principios fundamentales de la inteligencia fronteriza, intenta descubrir aquí, en compañía del lector, las prescripciones o reglas para tener una vida buena (según expresión de muchos filósofos), es decir, aquellas prácticas cotidianas que sincronicen, de un modo sostenible, la satisfacción con la vida, por un lado, y el placer o deleite, por otro. Si bien este texto es resultado de un pensamiento filosófico profundo, tiene la pretensión de serle útil al gran público. Ello responde al principal móvil que le guía siempre en sus trabajos: contribuir, desde la meditación filosófica, al bien común promoviendo cambios creativos en los hábitos de pensamiento y, por tanto, en los hábitos de actuación. En medio de la ingente cantidad de ensayos que se publican cada año sobre la felicidad, la gran innovación de este libro es que no adopta una perspectiva psicológica del asunto, sino que apuesta por una visión filosófica, aunque práctica; en ningún caso, abstracta. De ahí que sea un texto orientado, de parte a parte, a la provisión de instrumentos reflexivos pero útiles para cualquier tipo de lector, aunque no tenga el menor interés por la filosofía. Arjomandi continua en este libro el estilo de escritura que inauguró en su anterior ensayo, La alquimia filosofal, un subgénero que, en la prensa, Pablo d?Ors denominó halagu?eñamente intriga filosófica, es decir, un género ensayístico que persigue, mediante pistas racionales, la demostración de una intuición a la manera de una pesquisa detectivesca. ARASH ARJOMANDI nació en Teherán (Irán) en 1970, pero desde la infancia tuvo que exiliarse en España junto a su familia. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona, máster en Edición por la misma Universidad y doctor en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra. Es discípulo de Eugenio Trías con quien, a lo largo de dos décadas, aprendió a aplicar la inteligencia fronteriza desarrollada por aquél. Pertenece al Centro de Estudios Filosóficos Eugenio Trías (UPF). Y es profesor de la EUSS (Universidad Autónoma de Barcelona). Escribe una tribuna quincenal en el diario ABC. Ha publicado libros en las editoriales Planeta, Edebé y Erasmus. Su último libro, La alquimia filosofal, fue reseñado por Pablo d?Ors con la denominación filosofía de intriga.
La visión de la ética que ofrece la Enciclopedia Británica, la expuesta en la Genealogía de la moral de Nietzsche y la que el papa León XIII presenta en su Aeterni Patris son las tres versiones rivales que se estudian en esta obra.
Jean-Jacques Rousseau, para John Pocock, el Maquiavelo del siglo XVIII, aparece aquí de la mano de Robert Wokler como un contemporáneo de nuestro mundo. Más allá de El contrato social, la contribución de Rousseau en su conjunto ofrece una enorme coherencia interna y se manifiesta como el trabajo de un autor que entendió que la naturaleza era una deidad a la que el hombre tenía que subordinarse sin que el progreso pudiera, con sus logros, destruir lo que como obra de la creación condiciona nuestra capacidad de transformar las cosas. Las meditaciones del paseante solitario son una mirada retrospectiva en la vida de una inteligencia que hizo de la cultura un arma fundamental para la política porque, como subraya Wolker en su estudio de presentación el Rousseau, sabía que la cultura era bastante más que una técnica al servicio del homo economicus.
La academia también cuenta con sus propias estrellas del rock y Slavoj ?i?ek es una de las más brillantes y rebeldes. Firme luchador contra el sistema, el icónico filósofo muestra en estas implacables reflexiones cómo la violencia está presente en todas partes y cómo, en demasiadas ocasiones, no somos capaces de discernir entre la violencia subjetiva ?la más visible? y la objetiva ?la invisible, inherente al estado «normal» de las cosas?.
Desde las primeras fiestas con toros que se celebraban en la Edad Media hasta nuestros días han coexistido dos formas antagónicas de interpretar la «fiesta brava»: la que considera las corridas de toros como una expresión cultural que debe ser protegida y la que defiende su abolición apelando a razones éticas para acabar con el sufrimiento animal. El carácter fundamentalmente ético de este debate ha ocupado a los filósofos actuales más destacados, que se han interpelado sobre múltiples aspectos de la cuestión: ¿podemos hablar de arte ante el sufrimiento animal?, ¿es moralmente aceptable matar a un animal por diversión?, ¿debe mantenerse una tradición por el mero hecho de serlo?, ¿por qué las leyes amparan solo ciertas especies animales y dejan al margen a las demás? La autora revisa en este libro el estado actual de la polémica desde el ámbito de la filosofía y nos ofrece asimismo su visión personal, al tiempo que invita al lector a reflexionar sobre la función y el sentido que puede tener en nuestros días mantener una práctica difícilmente compatible con nuestra sensibilidad actual hacia el sufrimiento de los animales.
Traducción de Juan José García Norro. Este libro es ya un clásico de la filosofía moral contemporánea. Grandioso en la profundidad de sus tesis, deslumbrante en su claridad, abundante en ejemplos, ofrece, a partir de los datos de la experiencia cotidiana, una descripción global de la estructura fundamental del mundo moral. Se encuentran en él tratados todos los grandes temas de la Ética: la libertad, la responsabilidad, la motivación, el concepto análogo de bien, la obligación moral, las virtudes, los vicios, la felicidad, Dios y la moralidad... para responder a estos clásicos problemas, Hildebrand descubre y esclarece muchos conceptos originales, como el de respuesta al valor, el de bien objetivo de la persona o el de libertad cooperadora, que abren nuevos horizontes a la filosofía moral. Con esta obra, la ética de los valores, que iniciaron Scheler y Hartmann, alcanza una claridad y una profundidad filosóficas incomparables.
Distinguir claramente en sentido moral lo bueno de lo malo y alcanzar por lo tanto la visión de su esencia ha sido siempre, pues, uno de los empeños de la filosofía y no otro es el objeto de este ensayo. En una época que, aunque ya no duerme, no acierta a despertar del imposible sueño nietzscheano de ver vivir al hombre más allá de lo bueno y de lo malo, este escrito de Reiner despejará la vista a los que quieren ver.
En estas páginas se propone una interpretación del asombro entendido como un momento de la experiencia de ver, como «lo que nos impresiona en el esplendor de su aparición», como una forma de respuesta al avance de lo que se manifiesta.