Ética práctica se ha convertido en una introducción clásica a la ética aplicada. Peter Singer plantea la aplicación de la ética a cuestiones sociales polémicas y difíciles: la igualdad y la discriminación por motivo de raza, sexo, capacidad o especie. el aborto, la eutanasia y la experimentación con embriones. el estatus moral de los animales. la violencia política y la desobediencia civil. la ayuda exterior y la obligación de ayudar a los demás. la responsabilidad para con el medio ambiente. el trato a los refugiados.
En 1905 Edmund Husserl introdujo en su pensamiento el concepto de empatía. Entendía por tal la experiencia de la conciencia ajena y de sus vivencias, a diferencia de la experiencia que la propia conciencia hace de sí misma. Sin embargo, el primer estudio fenomenológico extenso sobre este tema es la tesis doctoral de su discípula Edith Stein. Leída en 1916, fue publicada parcialmente al año siguiente con el título "Zum Problem der Einfühlung" (Sobre el problema de la empatía). En ella, Stein establece una distinción cualitativa de las conciencias subjetivas basándose en el contenido peculiar de sus corrientes de vivencias. Dado que esta alteridad cualitativa no le parece posible a Stein si se permanece en el yo puro, plantea implícitamente la inconsistencia de la reducción trascendental e inicia lo que será una constante de su pensamiento: la posibilidad de una lectura realista del problema fenomenológico de la constitución. No obstante, tan importante como el estudio de la empatía es el de la estructura del sujeto empatizado y del que empatiza.
Colección de casos sobre dilemas morales que se presentan en la empresas y que ayudan a analizar y razonar la aplicación de los principios éticos generales a las decisiones empresariales concretas. La enseñanza de la ética a través de casos mejora la capacidad personal para enfrentarse a un problema ético a causa de la costumbre adquirida de razonar sobre temas concretos.
Toda invitación es una confesión de amor. Si en este caso es a la filosofía, se trata de una invitación a pensar en compañía de aquellos que lo hicieron en los albores de la filosofía griega, que es tanto como decir de la filosofía primera. A lo largo de
En esta época de terrorismo, la tentación de no tener piedad puede ser irresistible. Pero también nos empuja hacia el extremo opuesto la preocupación de que una respuesta violenta nos haga moralmente iguales a nuestros enemigos. Quizás no haya mayor reto
«Ética» y «empresa» parecen habitualmente términos contrapuestos, como si llevar adelante una empresa implicara arrumbar necesariamente toda suerte de valores morales, o como si, desde la perspectiva contraria, vivir moralmente nos exigiera evitar cualquier contacto con el mundo del negocio. Es correcto este prejuicio tan extendido? ¿No descansa en un modo inadecuado de entender tanto la ética como la empresa? Así parece, porque diversas experiencias muestran que las empresas que sobreviven y logran mejores resultados son precisamente aquellas que también han incorporado en su quehacer cotidiano un conjunto de valores morales; valores que componen un nuevo modo de entender la empresa, una nueva cultura empresarial. La razón de esta necesidad de valores no es difícil de sospechar: las empresas cobran sentido y legitimidad social al prestar sus servicios del modo que reclama la sociedad de nuestro tiempo, y si no se atienen a él, si no cumplen lo éticamente exigido, pierden toda credibilidad y legitimidad. «Ética de la empresa» intenta ofrecer los rasgos de una nueva cultura de la empresa, situada en el nivel ético propio de las sociedades democráticas, que es creemos un nivel dialógico. Desde él se ocupa en diseñar una ética económica, de la empresa y de la dirección, y también una asesoría ética; aportando, por otra parte, una nutrida bibliografía sobre este novedoso ámbito y una relación de los centros en que actualmente se trabaja sobre él. Esta obra, que pretende abundar en una cultura de la cooperación como debe serlo la empresarial, es sin duda ella misma resultado de un esfuerzo cooperativo: fruto de la experiencia interdisciplinar aportada por empresarios y profesionales del mundo de la universidad, ha sido elaborada conjuntamente por cuantos en ella colaboran: A. Cortina, J. Conill, A. Domingo Moratalla y V. D. García Marzá.
"Compórtate siempre, en todos los asuntos, grandes y públicos o pequeños y privados, de acuerdo con las leyes de la naturaleza. La armonía entre tu voluntad y la naturaleza debería ser tu ideal supremo."
Las obras del amor conforman una colección de «discursos edificantes», para Kierkegaard, la más alta forma del diálogo puro entre individuos. Publicada en las últimas semanas de 1847, esta obra intenta la aventura temeraria de explorar directamente la naturaleza esencial de lo cristiano. Páginas llenas de finura, belleza, densidad, veracidad y humor. Kierkegaard parte del único presupuesto posible: Dios como amor absoluto. La única empresa que supera por principio infinitamente las fuerzas humanas es la aprehensión adecuada de la esencia del amor. Pero justamente por la virtud de esta trascendencia no hay relación existencial humana que esté del todo desprendida del ámbito del amor. Tratar de cualquiera de los acontecimientos que suceden en nuestra existencia es introducirse en una intrincada e infinita fenomenología de las obras del amor y de las respuestas humanas a ellas.