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¿Las grandes tragedias pueden tener causas simples? "Cuando menos -afirma Philippe Burrin en la introducción de esta obra- suscitan preguntas simples. Ahora bien -añade-: las preguntas simples suelen ser temibles." Esas preguntas simples, empero, no pueden ser evitadas, sobre todo si se trata del genocidio de los judíos de Europa, tragedia inédita que puso profundamente en tela de juicio a nuestra civilización. Tres interrogantes, afirma el autor, se imponen en relación con este tema. En primer lugar, si la aversión o la hostilidad hacia los judíos se había difundido por toda Europa, ¿por qué la tragedia ocurrió en Alemania? En segundo lugar, ¿por qué, después de 1933, el prejuicio antijudío se convirtió en una suerte de norma de la sociedad alemana que permitió al régimen nazi llevar adelante su política sin obstáculos serios? Por último, ¿por qué se llegó hasta la masacre si otras soluciones ya habían sido evaluadas y aun aplicadas, tales como un sistema de apartheid, la emigración forzada o la concentración en un territorio periférico? Con el propósito de "generar nuevas perspectivas y plantear algunas preguntas" sobre un tema crucial para entender nuestra contemporaneidad, 'Resentimiento y Apocalipsis' intenta dar una explicación, no del aprendizaje de la violencia -la violencia de los ejecutores-, sino del "desaprendizaje de la civilización", para así comprender la emergencia, en el corazón de la sociedad alemana, de una "comunidad genocida". Un penetrante y claro análisis de una cuestión de gran complejidad. Le MondeÍndiceIntroducción I. ¿Por qué Alemania? II. Judeofobia e identidad nazi III. Apocalipsis y resentimiento Bibliografía Índice de nombres
«Amos Oz despliega ante nuestros ojos la naturaleza del fanatismo, ofreciéndonos a la vez el remedio para su cura universal». Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura 1991 «¿Cómo curar a un fanático? Perseguir a un puñado de fanáticos por las montañas de Afganistán es una cosa. Luchar contra el fanatismo, otra muy distinta. [...]» La actual crisis del mundo, en Oriente Próximo, o en Israel/ Palestina, no es consecuencia de los valores del islam. No se debe a la mentalidad de los árabes como claman algunos racistas. En absoluto. Se debe a la vieja lucha entre fanatismo y pragmatismo. Entre fanatismo y pluralismo. Entre fanatismo y tolerancia. [...] »El fanatismo es más viejo que el islam, que el cristianismo, que el judaísmo. Más viejo que cualquier estado, gobierno o sistema político. Más viejo que cualquier ideología o credo del mundo. Desgraciadamente, el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana, un gen del mal, por llamarlo de alguna manera.» Amos Oz