Mónica Martínez Sariego, actualmente profesora de literatura en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, es licenciada en Filología Hispánica con Primer Premio Nacional de Terminación de Estudios Universitarios, y doctora con Premio Extraordinario de Doctorado en la macroárea de Artes y Humanidades. Ha realizado, asimismo, otras licenciaturas y posgrados en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Filología Inglesa y Filología Clásica; y ha llevado a cabo estancias de investigación predoctorales y postdoctorales en Francia, Alemania y Estados Unidos. Ha dirigido y participado en varios proyectos de investigación y cuenta con un centenar de publicaciones especializadas sobre literatura española y comparada, tematología y mitocrítica, tradición clásica y estudios de género. El poeta y polígrafo sevillano Alberto Lista (1775-1848) tomó al autor latino Horacio como modelo literario, en los ámbitos de la reflexión teórica y de la creación poética. Partiendo de esa premisa, en el presente libro se acomete, por un lado, un análisis de los escritos teóricos de Alberto Lista a la luz de la asimilación y eventual negación de los preceptos horacianos, con especial atención a la denominada tópica horaciana mayor: ars-ingenium, prodesse-delectare y res-verba. Por otro lado, se estudia el tratamiento del material horaciano en su obra poética, a través del estudio y comentario de los poemas categorizados por el propio autor como traducciones o imitaciones del poeta latino. Se alcanzan así conclusiones de carácter general sobre el aprovechamiento del material clásico y sobre los diferentes procedimientos de aclimatación y adaptación a los que Lista lo somete, especialmente en lo que atañe a la lengua poética, a la adaptación métrica, a las modificaciones fruto del contexto histórico y a las determinadas por el influjo de la moral judeocristiana.
Juan Drago nació en Rociana del Condado (Huelva) en 1947. Es autor, entre otros, de los libros de poemas Cartas a nadie (1968), Tres poemas (1978), De la luz en el agua, (1984), Con un río en los brazos (1984), Ámbito de la diosa (1986), Cantos del llamado (1990), Orfeo encuentra el mar (2002), Viajero de la luz (2004). También de la novela Diván de las mensajeras (1994) y de las antologías La poesía de los 80 en Huelva (1986) y La literatura en Huelva (1987), el estudio Odón Betanzos Palacios: vida y obra (Nueva York, 1974) y Doñana: interiores (Madrid, 1999). Es autor de una edición del Cantar de Cantares de Salomón, traducción de Benito Arias Montano (Huelva, 1990). Ha sido galardonado con los premios internacionales Michael Madhusudam, en Calcuta, 1992, y Antonio Machado en Colliure, 1999. Dirigió las colecciones Enebro y Hojas de Zenobia y codirigió Cuadernos literarios La Placeta. Fue fundador y redactor de la revista de creación literaria Con dados de niebla. Poemas y artículos suyos han sido traducidos al inglés, portugués, italiano, alemán, coreano y bengalí. Ha colaborado en revistas y periódicos de España y América. Muestras de su obra han aparecido en numerosas antologías nacionales e internacionales. En la presente edición conformada por dos volúmenes, se recoge toda la obra tanto en verso como en prosa de este exigente poeta y narrador. Al margen de los libros ya conocidos del autor, y que vieron la luz en prestigiosas colecciones, se incluye una novela inédita Los veneros de plata, ambientada en la cultura tartésica así como tres libros de poemas inéditos también que completan su imaginario poético. La obra literaria de Juan Drago, de gran coherencia formal y conceptual, tiene un notable componente memorístico, pero sobre todo trata de entablar un diálogo fluido y esencial con las tierras míticas de la costa dunar onubense, donde transcurre su infancia y donde él se encuentra con un misticismo de cariz juanramoniano. Tal vez su demasiado arraigo a una tierra marginal, hay hecho que su obra no haya tenido la repercusión que sin duda merece.
En este libro se reúnen nueve estudios sobre temas, obras o itinerario creador de diversos poetas contemporáneos españoles, desde Antonio Machado a Jorge Urrutia, pasando por Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Angel Crespo, Enrique Badosa y Rafael Ballesteros. En estos escritores se representan todas las promociones del siglo XX, a excepción de la de los ochenta. El título "Proyección y contraproyecto" trata de reflejar, en alguna medida, el contenido de tales estudios, en los que se aprecian, muy a menudo, relaciones de recíproca gravitación literaria entre distintos autores, y en los que se aprecian, muy a menudo también, acusadas oposiciones entre poetas, promociones y tendencias.
Este libro propone una nueva lectura de las primeras obras de uno de los grandes de la poesía española, Vicente Aleixandre. Este acercamiento se aborda siguiendo una doble línea complementaria: de un lado, el canto que proveniente de la naturaleza escucha o reclama el yo lírico, y, de otro, la palabra que éste se dispone a enunciar. Una voz rebelde que se abre camino para construir un mundo poético.
This is about a relation both before it begins and after it ends. In between that, there is also a counter point of being alone with one ones thinking one ones perception of the realms which are experienced. Even so, the book's strong emphasize is that, as a person, one can never be alone because there is no other physical person?s presence in the room. Human follows each other also as absent from each other. The quest of the Other is with other words very important in this text. The radical potentiality in this is not so much on a matter of form, speaking in its strict sense, but rather as a radical notion what the content can say about ones different selves'?matter of thoughts.
Se presenta en edición crítica la poesía de Francisco Antonio Bernaldo de Quirós y Benavides (c. 1675-1710), más conocido en el ámbito asturiano por su romance d'El caballu, pero que fue también célebre como poeta en castellano, hasta el punto de merecer el elogio de escritores como Feijoo quien compuso un epitafio en su memoria. De sus poesías, solo fue impresa a su nombre la dedicada al advenimiento al trono de Felipe V. También lo fue una de sus poesías amorosas, aunque atribuida al poeta coetáneo Eugenio Gerardo Lobo con cuya poesía, al igual que con la de otros poetas del tiempo de los novatores, ofrece la de Benavides claras semejanzas. El resto de sus poesías alcanzó solo difusión manuscrita y una de ellas fue tenida por obra de otro poeta homónimo, el dramaturgo Francisco Bernaldo de Quirós (1594-1668). Benavides cultivó la poesía satírica y la de circunstancias, pero es sobre todo en sus poemas amorosos donde su sensibilidad poética logra cimas más elevadas. Las mujeres a las que van dirigidos cobran vida (incluso con su misma voz) a través del poeta. Hasta su temprana muerte en la batalla de Zaragoza, Benavides participó en diversas acciones militares por todo el norte de la península (Galicia, Salamanca, Navarra o Tarragona), lugares que, a través de sus poemas, componen también su propio itinerario sentimental.
En ocasiones, los centenarios terminan por convertirse, incluso por su propio planteamiento, en una suma de actos y publicaciones más necesarios para la fama de quienes los organizan que para el conocimiento de la obra del homenajeado. Con el de Gerardo Diego, sin embargo, ha sucedido lo contrario. Quienes empujaron a su realización estaban movidos por el deseo de actualizar la obra de un poeta al que los lectores actuales apenas sí se acercaban. Muchos de ellos, incluso los más jóvenes, si hubieran sido preguntados sobre quién era ese poeta, hubieran podido responder que el autor de un bello soneto titulado El ciprés de Silos y de una antología importante para la consolidación de la generación del 27. Los más enterados habrían añadido los títulos de algunos de sus libros. Es triste reconocerlo, pero es evidente que Gerardo Diego ha sido un poeta desplazado en la atención de los profesores de enseñanza media y superior. Se señalaba su importancia, se reconocía su mérito poético, pero se le relegaba en el estudio por la sencilla razón de que, en buena medida, se le desconocía. Se ignoraba la variedad y la amplitud de su obra, así como la importancia de la misma en muchos de los poetas posteriores. Y, sin embargo, es seguro que la obra de Gerardo Diego merece una atención mayor. A esta tarea se suma, modestamente, el presente volumen, que aporta indagaciones críticas en la poética del autor y nuevas sugerencias de lectura para algunos poemas, que precisa la relación de Gerardo Diego con la pintura y los poetas americanos, resalta su incursión en la escena y pone de relieve la importancia del amor, del deseo de plenitud, como fundamento poético que explica la coherencia de una obra en la que lo religioso y lo profano, lo tradicional y vanguardista son los variados reflejos de una vocación poética plenamente lograda.
La poesía española ha tenido sus exponentes más visibles en una serie de poetas que han marcado pautas en épocas diferentes, siendo referentes de sucesivas generaciones. La dictadura franquista, cuando más difícil era hacer cualquier cosa, incluso poesía, tuvo poetas testimoniales que, además de conseguir una altura lírica importante, difundieron textos de libertad y para contribuir a la libertad de la ciudadanía española, tan necesitada entonces. Entre estos poetas, como indiscutibles arietes de influencia estética y ética, Carlos Álvarez y Antonio Hernández ocupan lugares preferentes. Poetas de raigambre andaluza, de verso fluido y transparente, consiguieron dejar una huella perdurable entre los jóvenes que, tras la muerte de Franco, se aventuraron por los caminos intrincados de la poesía. Las ilustraciones de la cubierta y del interior son obra de Fernando Ferro.
Catalogado como «enfant terrible» o, simplemente, loco, Leopoldo María Panero (Madrid, 1948) es autor de la obra poética más radical y singular de la poesía española de los últimos tiempos. Pese a haber publicado hasta la fecha trece libros de poesía, además de otros volúmenes de narraciones y ensayos, L. M. P. sigue siendo el único -el último- tabú de su generación, un autor condenado a la marginalidad y al escándalo, recluido en el sanatorio psiquiátrico de Mondragón. Leopoldo María Panero, el último poeta reivindica la radicalidad y originalidad de la vida y la obra de L. M. P., y cumple con la exigencia de situarla en el lugar que se merece, pues a lo largo de sus páginas se ofrece una lectura global de la poesía de Panero, analizando diferentes aspectos formales y temáticos y suministrando las claves necesarias, lo cual convierte el estudio de Túa Blesa en la guía imprescindible para adentrarse en la obra de este genial poeta de la nada. El volumen se cierra con una antología poética, que recorre de forma amplia la trayectoria del poeta, desde su primer libro hasta el último: Orfebre (Visor, 1995).