Este ensayo, publicado por vez primera en 1935, fue considerado por su propio autor como la contribución fundacional a una parcela de conocimiento hasta entonces inédita: la historia comparada de las literaturas ibéricas. Para Figueiredo existe una definición de partida: la literatura es en su criterio la expresión artística de un espíritu nacional en una lengua nacional. Con apoyo en propuestas de Taine, Menéndez Pidal, Farinelli y Madariaga, entre otros, lanza una proposición fuerte a la hora de delimitar una caracterización de la literatura española. La radica en la centralidad de Castilla. La reconocida variedad de la literatura española no dejaría de girar para nuestro hispanista en torno a algo compartido con el propio carácter español, con los ideales comunitarios e incluso con los usos lingüísticos populares. Por otra parte, Portugal, desocupado del esfuerzo unificador y cohesionador emprendido con tenacidad por Castilla, se configuró como nación moderna en los siglos XV y XVI, que determinaron su identidad por un estímulo volcado no hacia el interior como Castilla sino hacia el exterior, siempre pendiente del océano.
Los estudios aquí publicados ubican al autor porteño, dentro de la literatura de la gran ciudad, como el representante más innovador de una estética literaria argentina que da voz a los marginados y enfoca los rápidos cambios sociales, tecnológicos y económicos de la época.
El interés de la historia intelectual y literaria ha estado siempre bien servida por el conocido sujeto empírico, que se complace en morir en los umbrales de una nueva era, tal como el cambio de siglo. El hecho de que la historia biográfica y la literaria marchen a veces paralelas debe quedar suficientemente claro incluso para el estudiante de literatura que se refiere al drama isabelino o a la poesía victoriana como tales, entidades metafísicas cuyos nacimientos y muertes tienen coherencia respecto a un cierto uso del lenguaje pero sobre las que declarar que finalizaron con las muertes empíricas de Isabel I y Victoria respectivamente, sería por supuesto, una de las más obvias tautologías. Este libro aborda el análisis de esta problemática a través del estudio de tres figuras emblemáticas de la modernidad: Alfred Tennyson, Charles Baudelaire y Oscar Wilde.
POÉTICA DE LA LIBERTAD Y OTRAS CLAVES. La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra s
Ted es rico y tiene una familia perfecta, una esposa y dos hijas adorables. Nadie podríaimaginar el motivo que lo ha llevado a tomar la drástica decisión de quitarse la vida.Cuando oye sonar el timbre una y otra vez, su primera reacción es ignorarlo y apretarel gatillo de una vez por todas. Pero entonces descubre una nota escondida entre suscosas; una nota con su caligrafía que no recuerda haber escrito: «Abre la puerta. Es tuúltima salida». Al otro lado de la puerta encuentra a un desconocido llamado Lynch, queno sólo sabe lo que Ted está a punto de hacer, sino que le hace una propuesta difícil derechazar: un plan para evitar que su familia sufra ante las consecuencias devastadorasde un suicidio.Ted acepta sin imaginar que la nota en el escritorio y la oferta de Lynch son apenas elcomienzo de un juego macabro de manipulaciones. Alguien ha sembrado un camino demigas de pan que Ted irá recogiendo. Alguien que lo conoce mejor que nadie, que lo harádudar de sus propias motivaciones y también de las personas que lo rodean.¿Quién maneja los hilos desde las sombras?A veces sólo podemos confi ar en nosotros mismos.Y, en ocasiones, ni siquiera eso. Una pequeña selección de libros para que no te pierdas en este día tan especial. ¡Ven a disfrutarlo con nosotros!
Este segundo volumen de la " Historia del mundo clásico a través de sus textos " nos comenta el entramado histórico de Roma antigua al hilo de unos ciento cincuenta textos-fuente. Si por su extensión resulta globalizadora de este periodo fundamental de la Antigüedad, la versatilidad de sus textos, además, ha permitido a sus autores dar entrada a un sin fin de aspectos significativos. Este volumen abarca la Roma Republicana -L. García Moreno-, el Alto Imperio -F. Gascó y J. Alvar- y el Bajo Imperio -F. J. Lomas-.
Hay en este nuevo libro un algo de atrevimiento, como tiene que haber en todo análisis intelectual que pretenda o aspire a ser auténtico. Su autor, que ha hecho de la ciencia médica elemento de razón, dedicación y experiencia, ofrece un delicado retrato d
En 1944, Fidelino de Figueiredo publica en Coimbra la «Historia literaria de Portugal», obra de síntesis en la que realiza un recorrido cronológico por los principales periodos de las letras lusas. Sus tres volúmenes (I. Introducción histórica. La lengua y la literatura portuguesas. Era medieval; II. Era clásica: 1502-1825; III. Era romántica: 1825-siglo XX) analizan los avatares de una literatura, la portuguesa, unida indefectiblemente a la fortuna de una lengua y una nación. Así lo confirma la introducción histórica que abre la primera parte de esta magna obra, en la que se encarece el papel ejemplar de las letras nacidas al calor del apogeo imperial. La segunda sección examina la génesis del idioma portugués y describe los rasgos esenciales de la literatura lusa contrastándolos con los de la tradición española, en una dialéctica enmarcable en el debate iberista de la primera mitad del siglo XX. Por último, la tercera sección se centra en los diversos géneros (historiografía, lírica, épica, prosa didáctica, y otros) que nutren las dos épocas del Medievo escritural portugués. En la segunda parte de este volumen se abordan las tres épocas en que se divide la que denomina era clásica, que abarca algo más de tres siglos y en la que florecen numerosos géneros literarios -desde la poesía lírica hasta la epistolografía o los escritos moralistas- que son atendidos con exhaustividad. La primera etapa (1502-1580) gira en torno al esplendor político de los Descubrimientos, y en ella destacan el teatro pionero de Gil Vicente y el genio poético de Camões. La segunda fase (1580-1756) acusa la decadencia del influjo español y de un sebastianismo ante el que Figueiredo muestra sus reticencias. El último período (1756-1825) explora el proceso de institucionalización que supuso la creación de academias a partir del papel seminal de la Arcádia Lusitana y la Academia Real das Ciências. La última sección se centra en unas consideraciones finales sobre el clasicismo y los periodos de auge y decadencia de las letras portuguesas. En la tercera y última parte, Figueiredo repasa el periodo más cercano a la contemporaneidad, que divide en tres fases. La primera de ellas es la romántica (1825-1871), que tiene dos inflexiones: la anglófila, representada por Garrett, y la germánica, encarnada en Herculano, gran renovador de la novela y de la historiografía. La segunda (1871-1900) es la realista, cuyo pistoletazo de salida lo constituyen las conferencias del Casino Lisbonense, y que tendrá en Antero de Quental, Eça de Queiroz y Guerra Junqueiro algunas de sus figuras más relevantes; también lo son historiadores como Teófilo Braga y Oliveira Martins. La tercera época (de 1900 en adelante) aborda el movimiento simbolista en la obra de Eugénio de Castro, así como las reacciones culturales y literarias a la República instaurada en 1910: la progresista de los integrantes del grupo Renascença Portuguesa y la tradicionalista de los componentes del Integralismo Lusitano. La incertidumbre y el peso trágico de la guerra impregnan el epílogo en el que Figueiredo reflexiona sobre la conexión de la identidad literaria portuguesa con el absurdo. Haciendo gala de una mentalidad historicista que no desdeña ni el posicionamiento crítico ni la fluidez ensayística, Figueiredo muestra asimismo su fina conciencia comparatística, siempre atenta a las relaciones interliterarias. La especial sensibilidad ante los contactos entre las tradiciones de la Península Ibérica y la sugestividad de muchos de sus juicios amparan la estricta actualidad de esta obra que Athenaica recupera para el lector español.
Joaquín Romero Murube, miembro señalado del grupo sevillano de Mediodía y activi participante en la renovación estética que supuso la Generación del 27, de la quie forma parte de pleno derecho. Es sin embargo un escritor casi ignorado fuera de Andalucía, a pesar de haber cultivado géneros tan distintos como la lírica, la narrativa , las memorias, la biografía, el ensayo y el periodismo. Ante todo poeta, fue asímismo uno de los prosistas más finos de su generación. Silencios de Andalucía reúne una amplia muestra de su poesía y su narrativa. Dada la generosidad de la selección se puede decir que estamos ante unas poesías casi completas, en las que además se rescatan sus Siete romances y se incluyen textos de los libros misceláneos Prosaicos y Sombra apasionada.
La participación de las mujeres en la cultura ha estado condicionada históricamente por factores muy diversos y complejos, literarios, pero también psicológicos, sociológicos, religiosos y político-económicos. A ello se suma la desatención de la historiografía, monopolizada por la perspectiva androcéntrica, que ha determinado la "invisibilidad" de la mujer en la historia cultural española. Consecuencia de ello es una identidad autorial problemática o problematizada, tanto en la representación textual que las escritoras hacen de sí mismas como en la percepción y testimonio que los demás agentes del campo literario tienen sobre la autoría femenina. Este volumen analiza la identidad de las escritoras a través del discurso epistolar desde una perspectiva diacrónica, que atiende a la imagen autorial femenina en su devenir histórico y en su contexto europeo.
Que el género policíaco goza de buena salud no lo niega hoy nadie. Que en la novela policíaca encontramos una complejidad de cuestiones dignas de ser estudiadas en el ámbito académico, tampoco. Vamos a ver cómo entran en juego, de un modo u otro, en las novelas de detectives, los avances de la ciencia, el desarrollo de la medicina, la cuestión de la culpa, el miedo, la transgresión, la justicia, la venganza, con todas sus implicaciones éticas, el acercamiento a la verdad, la licitud o ilicitud de los medios de investigación y un largo etcétera.
Quien no vea la Cuba profunda, la Cuba real y verdadera que hay en la obra de Lezama, tendrá suficiente, me parece, con la lectura de estas páginas sobre el ser y el existir de La Habana. GASTÓN BAQUERO Estas páginas de Lezama Lima corroboran magníficamente cómo el reino de su poesía, de las eras imaginarias y de la posibilidad infinita, caminaron siempre y firmes, sin utopías evasivas o ingenuas, de la mano de José Martí, por la realidad cubana. Tras cotejar, ordenar, analizar y comentar estos artículos, puede ofrecerse un balance donde la invitación a leer La Habana es gratitud y desafío. JOSÉ PRATS SARIOL José Lezama Lima (La Habana 1910-1976) es universalmente conocido por su obra poética, magisterio que se extiende a la narración y el ensayo. Su novela Paradiso (1966) es referencia obligada de la literatura del siglo XX en lengua española. Como Dublín para Joyce, Buenos Aires para Marechal y Montevideo para Benedetti, La Habana esta ciudad se va desarrollando en el oleaje de sus inmensas y orgullosas súmulas es para Lezama Lima el eje orbital de sus sueños y sus pesadillas.