Conjunto de estudios que analizan los cambios en la estructura de la cultura colonial derivados de las reformas borbónicas. Entre ellos, la resistencia a tales cambios, las identidades étnicas, y el apogeo de la cultura criolla. Reimpresión de la edición
En este brillante estudio de la pintura de¡ siglo XVIII, Michael Levey analiza en profundidad una época desgarrada entre fuerzas opuestas -la autocracia y la libertad en lo político, el rococó y el neociasicismo en lo artístico-, que no son más que la manifestación de la oposición fundamental entre la mente consciente y la inconsciente. De Watteau hasta Goya, el libro pasa revista a los artistas más relevantes del período y cómo su pintura refleja el turbulento siglo en que se produce. «Como introducción a los pintores del siglo XVIII, este libro -me parece inigualado» (Raymond Mortimer, The Sunday Times). «Un placer continuo. Y, a medida que uno avanza en la lectura, al placer se une el respeto» (Edward Lucie-Smith).
A lo largo del reinado de Carlos II (1665-1700) la arquitectura española se distinguió por la práctica de un gusto barroco caracterizado por la inflación decorativa y la desatención a los órdenes clásicos, que provocó el rechazo y la condena de los académicos ilustrados. En el territorio asturiano sus principales representantes fueron los maestros locales Francisco Menéndez Camina (c.1629-c.1694) y su hijo Francisco Menéndez Camina el Mozo (c.1662-?1719), quienes superpusieron a los esquemas constructivos tradicionales un ornamento imaginativo y recargado, donde cualquier motivo podía tener encaje. Además, la adopción de los sistemas profesionales desarrollados por los maestros montañeses, quienes hasta entonces habían dominado la construcción en el Principado, junto con su competencia técnica y la modernidad de su propuesta artística les proporcionaron la hegemonía arquitectónica durante ese periodo. Sin embargo, la proscripción académica del estilo causó la postergación de su obra y los sumió en un olvido histórico del que han comenzado a recuperarse hace unas décadas.
Surgido en Italia a principios del siglo XV, el renacimiento fue un movimiento cultural y artístico que se extendió por toda Europa durante el siglo XVI. Supuso un resurgir de los valores de la antigüedad y situó al hombre en el centro de la representación del mundo.El arte del renacimiento se centra en el estudio de las grandes innovaciones técnicas y formales que tuvieron lugar durante este período, como el invento de la perspectiva, y de los grandes nombres propios del renacimiento italiano (Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Rafael, Piero della Francesca, Botticelli, Tiziano ), aunque sin olvidar otros focos surgidos en Europa: Países Bajos (con JanVan Eyck y Pieter Bruegel el Viejo), Alemania (con Alberto Durero), Francia o España (con la obra pictórica del Greco o la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, como emblemas de este período).La colección ReConocer elArte ofrece al lector un medio sencillo y accesible de adquirir los conocimientos indispensables para disfrutar del arte.
Los conocimientos indispensables para distrutar del arte del barroco. "El barroco" ayuda al lector a acercarse a tres movimientos (clasicismo, barroco y neoclasicismo) que poseen un gran atractivo para el público en general, ya que algunos de los representantes más destacados desarrollaron su carrera artística y dejaron aquí sus obras más importantes. El libro hace además un recorrido por los artístas más destacados de toda Europa: - Bernini y Caravaggio en Italia - Poussin y Charles Le Brun en Francia - Ribalta, Ribera, Zurbarán, Murillo y Velázquez en España - Rubens, Rembrandt y Vermeer en Flandes y Holanda Una guía completamente ilustrada, con casi 200 fotografías en color. Además, la obra se complementa con: - una cronología, para situar los principales acontecimientos políticos, culturales y científicos de ese periódo histórico. - y un índice alfabético, que permite localizar fácil y rápidamente las obras y artístas más destacados de este movimiento artístico.
En 1550 se publicaba la primera edición de la que todavía es la obra más importante para la historiografía del Renacimiento: Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos de Giorgio Vasari, piedra angular por la que conocemos la biografía de los grandes genios del arte italiano. En ella, Vasari tan sólo mencionaba a un artista vivo: Miguel Ángel Buonarroti, y lo ubicaba como la cima insuperable de la evolución artística de todos los tiempos. Sin embargo, el genio florentino no se mostró satisfecho con algunas de las informaciones vertidas por su biógrafo. Consiguió que uno de sus pupilos, Ascanio Condivi, escribiera en 1553 un nuevo texto en el que corregía y enmendaba a voluntad lo escrito por Vasari, una información del que éste tomaría buena nota en su segunda edición, publicada en 1568. Testimonio insuperable para conocer el concepto que sobre el arte y su propia persona tenía el mismo Miguel Ángel, la Vita de Ascanio Condivi, que por primera vez aparece en una cuidada edición crítica en castellano, inicia la creación del mito del artista universal del Renacimiento y, por ende, de todos los tiempos.
Vilipendiado durante tres centurias, tachado hasta hace poco de arquitecto caótico y radicalmente irrespetuoso con las normas fundamentales del arte edificatorio, Borromini goza hoy de un reconocimiento unánime y está considerado como uno de los grandes maestros de la arquitectura barroca, quizá el primero en cuanto a la aplicación controlada de la inventiva más audaz a la solución de problemas constructivos y a la creación de modernos efectos espaciales. Faltaba, sin embargo, la obra de síntesis que resumiera las precisas razones de la importancia de la arquitectura borrominiana, el estudio crítico que, lejos tanto de los ataques furibundos como de las defensas apasionadas, analizara y justificara de modo definitivo el valor permanente de la obra de Francesco Castello, llamado Borromini. Esa es la labor que hace unos años acometió Anthony Blunt, que fue durante casi tres decenios catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Londres y director del Instituto Courtauld. El resultado no pudo ser más satisfactorio, y así tenemos en este BORROMINI una obra concisa, didáctica y sumamente iluminadora sobre el arquitecto y la arquitectura de su período.
Esta colección realiza un recorrido exhaustivo y totalmente ilustrado a través de los grandes creadores de todos los tiempos y los testimonios artísticos que han dejado las principales culturas, en un papel de gran calidad y un formato manejable. Este volumen está dedicado a Velázquez.
"El Arte y los Sistemas Visuales", serie integrada por varios volúmenes (El Renacimiento, El Barroco y El Siglo XX), intenta ofrecer, en su conjunto, un nuevo enfoque de los problemas fundamentales que suscita cada uno de los distintos lenguajes artísticos, a tenor de las directrices actuales del debate sobre la Historia del Arte. El Renacimiento, de los profesores Nieto y Fernando Checa, se aborda aquí como un fenómeno pleno de complejidad y contradicciones, muy distante de los plantemaientos que lo habían venido considerando hasta ahora como una realidad unitaria y cerrada.
Dibujar Versalles es el catálogo que se publica con motivo de la exposición coorganizada por la Obra Social ?la Caixa? y el Musée du Louvre. La muestra propone explorar la génesis de dos de las grandes decoraciones de Versalles, la del techo de la Galería de los Espejos y la de la desaparecida Escalera de los Embajadores mediante el testimonio de los cartones realizados por Charles Le Brun y sus colaboradores. Esas obras, a la escala de las pinturas, permiten conocer el esplendor del palacio, la belleza de las figuras y la maestría compositiva del gran artista de Versalles que fue Le Brun.
Esta obra, ilustrada con más de 450 reproducciones, ofrece al lector la posibilidad de profundizar en la pintura, la escultura y la arquitectura del Barroco a través de sus obras maestras y sus autores más destacados. El Barroco constituye un período de fascinante riqueza, bullente de extraordinarias novedades. La circulación de las ideas y los artistas se intensifica enormemente, y mientras se consolidan nuevas escuelas nacionales (baste pensar en el siglo de oro de la Holanda de Rembrandt o en la España de Velázquez) se asiste a una difusión de caracteres estilísticos similares en toda Europa.