?Nos encontramos en medio del tiempo navideño. La gran solemnidad que nos ha precedido como una estrella luminosa en el oscuro cielo nocturno del adviento ha pasado, quizás para algunos de nosotros, demasiado deprisa. No ha permanecido en silencio como la estrella sobre el pesebre de Belén? Resulta ciertamente consolador que la Iglesia tenga en cuenta, al igual que una buena madre, la debilidad de sus hijos y que haya previsto un buen número de semanas para el tiempo natalicio. Así se puede aún recuperar algo de lo que se ha perdido; e incluso para hoy no se me ocurre nada mejor que el que permanezcamos un poco en silencio y volvamos la mirada a las semanas pasadas? (Edtih Stein).
Una de las razones por la que muchas personas abandonan pronto la lectura de Juan de la Cruz es que comienzan por la Subida del Monte Carmelo. En ella Juan se enfrenta a uno de los grandes desafíos del ser humano: la libertad para dejarse amar así como la libertad para amar. La profunda comprensión de la naturaleza humana que tiene Marc Foley, reforzada por sus estudios en psicología, así como por sus extensas lecturas en literatura, le convierten en un guía sabiamente dotado para acercarnos a la experiencia contemplativa de Juan de la Cruz.
En esta obra nos acercamos a una mujer que supo integrar en la vida cotidiana la conciencia de la Presencia de Dios. Una Presencia capaz de llenarlo todo de sentido y de implicarnos en la transformación del mundo. La mística de santa Isabel de la Trinidad nos ayuda a vivir día a día desde el realismo de sabernos acompañados por el Amor: ?Sí, que el Dios todo Amor sea tu morada inmutable, tu celda y tu clausura en medio del mundo. Recuerda que Él mora en el centro más íntimo de tu alma? Cuando te sientas débil, acude a Él? Mantente llena de confianza en su amor? (Carta 261).
"Dignidad", "Democracia", "Derechos Humanos" o "Amor", son palabras que utilizamos habitualmente y que significan mucho, aunque a veces se utilizan demasiado a la ligera o incluso al servicio de intereses poco confesables. Por eso, necesitamos reconstruir estas "grandes palabras", rescatarlas de sus usos corruptos y valorarlas como términos que representan el mejor futuro de nuestra sociedad.
Al final del recorrido por el camino cristiano, deseo que el lector deduzca que «ser espirituales de veras» no es un proyecto del querer humano, sino que es Dios quien elige, llama y santifica con sus dones. En cuando al título del libro, responde a una pregunta de santa Teresa de Jesús al final de las Moradas, experiencia en la cumbre más elevada de la espiritualidad cristiana y de la mística: «¿Sabéis que es cristianos de veras?» (Moradas, VII, cap. 4, n. 8). Y la respuesta es tremenda y que asusta a los débiles que somos la mayoría y no tenemos el soporte de los dones del Espíritu Santo. Poco apta para la espiritualidad light, la mentalidad líquida y la descristianización de nuestra sociedad. Según ella, es «hacerse esclavos de Dios a quien, señalados con su hierro que es el de la cruz, porque ya ellos le han dado su libertad, los pueda vender por esclavos de todo el mundo, como Él lo fue [...]. Y si a esto no se determinan, no hayan miedo que aprovechen mucho». También desea el autor que este «Manual» sea leído no solo por los de la Iglesia-familia, por los miembros de sus instituciones, por los creyentes en Dios y en Cristo; sino también por los de fuera, los de la periferia que se han alejado de Dios, de los sacramentos, de la Iglesia, de sus dogmas y creencias, de su moral. Y también por los ateos y los agnósticos. Que todos, en el encuentro con las grandes verdades del cristianismo, se animen a conocer más este campo inmenso de humanismo, de racionalidad y de perfección humana.
Las primeras preguntas que aparecen en el Evangelio de Marcos preceden inmediatamente al perdón y la curación que Jesús ofrece a un paralítico. Jesús pide al paralítico ya curado que recoja su camilla y se la lleve con él. Y, efectivamente, eso es lo que él hace. El perdón y la curación reflejan el don del Señor. Pero la camilla representa la responsabilidad y la tarea del hombre curado. Esta primera pregunta nos recuerda que el Evangelio de Marcos nos presenta a Jesús como el Hijo de Dios, cargado de humanidad. El presente libro puede ayudarnos para la celebración de la Eucaristía, sobre todo a lo largo del Ciclo B. Estas reflexiones han sido transmitidas a lo largo de varios años a través de los micrófonos de Radio Vaticano.
Señala el autor que son varios los motivos que le han impulsado a publicar estos ?Ejercicios espirituales?: El primero: El deseo de ofrecer un pequeño homenaje con el que ensalzar la gran figura de santa Teresa. Un segundo motivo: Facilitar, a través de las meditaciones, la lectura y el conocimiento de muchos fragmentos de sus escritos, por lo permanente y práctico de su doctrina. Y, en tercer lugar, sin duda el más importante dada la finalidad de los Ejercicios, el de ofrecer algunos remedios espirituales para la conversión. El deseo del autor es que el libro sirva para aquellos que, buscando mejorar su vida espiritual, encuentren en este trabajo luz para llevarlo a cabo, más que cosas nuevas o bonitas.
La pereza escogida como arte de vivir, la pereza como filosofía. Esta es la pereza a la que habría que aspirar. Es a esta pereza a la que Cristo nos invita, en la línea de lo que los grandes profetas y los grandes autores del Antiguo Testamento habían ya descubierto o, al menos, presentido. Con Cristo, a la vez hombre y Dios, la pereza se hace ella misma divina. Este libro no está consagrado a la demostración de una tesis. O muy poco. Un libro así habría sido demasiado fatigoso de escribir y sumamente aburrido de leer. Se trata simplemente de evocar la «santa pereza», esa que se enseña en la Biblia y que fue practicada con mucho arte por Cristo.
James Martin es sin duda uno de los mejores escritores espirituales en la actualidad. Este libro recoge muchas de sus reflexiones y puntos de vita sobre todo tipo de asuntos a lo largo de veinticinco años escribiendo artículos, libros y escritos en su blog. Un libro estupendo para creyentes y no creyentes, para quienes están buscando y también para quienes han dejado de practicar.
En este libro se recogen quince estudios de la abundante producción del autor sobre los dos grandes místicos españoles, de quienes se podría decir que fueron el Colón de otro nuevo continente, y con la ventaja, además, de que ellos sí supieron adónde habían llegado, destino del que dan fe en escritos testimoniales que tienen tanto de experiencia personal cuanto de propósito didáctico, y que por eso mismo pueden ser leídos ?y realizados? como auténticos mapas de viaje. De su dichosa ventura y de su expresión poética se ocupan los estudios aquí reunidos, a través de los cuales se nos hace ver que, en último término, nada es inefable, pues todo ese mundo de realidad que el lenguaje no puede expresar está sumergido en el lenguaje mismo, constituye su fondo soterrado, al que nos remite incesantemente la fecundidad de su palabra poética.
Hasta ahora el lector español había tenido acceso a las cartas de santa Teresa del Niño Jesús, que complementan y arrojan nuevas luces sobre la doctrina que la llevó a ser declarada Doctora de la Iglesia, pero no había tenido acceso a la totalidad del cuerpo epistolar, es decir, las cartas que ella recibió de sus corresponsales, ni otras cartas diversas de su entorno. Esta parte del cuerpo epistolar nos aclara hechos y circunstancias que se han dado en su vida y que no han sido recogidas en Historia de un alma, y nos ayudan a comprender mejor las respuestas o la finalidad de algunas de sus propias cartas.
¿Qué sentido tiene vivir si tenemos que morir? Esta pregunta es la que esencialmente inspira este libro. ¿Qué sentido tiene la vida humana, tan grande y tan frágil, tan sublime y tan mísera, tendiendo al infinito y desafiada por el límite? Esta es la pregunta que anima el deseo de vivir y estimula la razón. Y la respuesta correcta nunca puede ser simplemente un discurso abstracto, una teoría, sino el testimonio de una experiencia, de un encuentro, un evento que satisfaga al corazón y calme su inquietud natural. Sólo una experiencia de vida que venza a la muerte sin censurarla es la respuesta adecuada a la vida que exige una plenitud superior a sus límites.
Después de estos años de ministerio, poseemos ya el horizonte y la perspectiva para captar en toda su amplitud la eclesiología del papa Francisco, los presupuestos de su proyecto pastoral y el sello que está imprimiendo en la Iglesia. Con él llega al centro de la catolicidad la experiencia de unas iglesias no europeas que deben aportar su peculiaridad y su carisma. Desde su propia circunstancia despliega una mirada universal, para confrontarse con la dinámica de la globalización: como alternativa hay que configurar una globalización multipolar, una cultura del encuentro, espacios de misericordia. En este mundo real la Iglesia está llamada a la misión, a salir al encuentro de los dramas de nuestro mundo, como reflejo del Dios Trinidad que camina con la humanidad. Por eso la eclesiología de Francisco es una eclesiología desde la misión y para la misión, una eclesiología bautismal y sinodal: todos los bautizados son Iglesia y, por ello, deben unirse para caminar al encuentro de las necesidades de los más débiles y desfavorecidos