Una obra sencilla y muy clarificadora para entender el discernimiento ignaciano, aspectos del discernimiento y pasos para realizarlo correctamente. Porque discernir no es decidir, no es un método para elegir entre dos opciones. En sentido ignaciano es descubrir qué desea Dios para nosotros en cualquier asunto que nos concierne.
Reciedumbre, sinceridad y afán por la salvación de las almas brotan de estas homilías del autor. Palabras sencillas y de doctrina clara que hablan sobre la conversión personal, los medios para alcanzar el perdón y vivir en el Amor.
El hombre occidental está pasando hoy por una de las crisis espirituales y morales más complejas de su historia. Y, por otra parte, el capitalismo, desde su convulsa visión pragmática y materialista, ha contribuido a vaciar aún más de valores al individuo, a la familia y a la sociedad. Ante esta situación, ¿qué debe y puede hacer este hombre éticamente desnortado? Nuestra respuesta es: recuperar los valores perennes. La estructura íntima del ser humano sigue siendo la misma, sus aspiraciones y hambre de trascendencia, también. A esos valores, y a los nuevos que vayan surgiendo y que merezcan la pena, tenemos que seguir ateniéndonos si, como dice R. Calle, queremos vivir como auténticas personas y no como homo-animales.
Clasificadas por orden alfabético, siguiendo el modelo de un diccionario, las reflexiones que componen esta obra indagan sobre el sentido de la vida con vistas a proponer un sencillo itinerario espiritual para el tiempo presente. Una convicción, en absoluto ingenua, se va reflejando en todas sus páginas: solo la conversión y el amor hacen posible la transformación de este mundo. Por esa razón, en cada una de las meditaciones se invita a descubrir los criterios que pueden ayudar hoy a caracterizar y proponer un estilo de vida verdaderamente cristiano, donde el centro no puede ser otro que Cristo, el hogar que lo salvaguarda se encuentra en la comunidad de sus seguidores, y la tarea que lo dinamiza consiste en anunciar la liberación y la alegría que proceden del Dios Padre de Jesús de Nazaret. En una época caracterizada por la búsqueda de la serenidad y de una vida más sencilla y auténtica, este libro invita a dirigir la mirada hacia lo alto sin descomprometerse de la realidad cotidiana; a ordenar el corazón para que sea capaz de amar en concreto; a formar parte de una comunidad de fe que salvaguarde del individualismo siempre presente y celebre ya aquí la esperanza futura. Grégory Woimbée es profesor de teología en el Instituto católico de Toulouse.
En este libro se nos da un seráfico abrazo en el hondón de nuestra alma. No tanto por lo que dice, sino por lo que sugiere, por la vida que atesora en su interior. En pocas páginas podemos acceder a doscientos años de místicas. Más aún: compartir sus vivencias e incluso aprovecharlas, y acceder a un mundo tan fascinante como escondido. El resultado es un deseo y una realidad. La autora nos revela secretos de la mística. Se trata de una mujer que reúne de manera excelente los requisitos que se necesitan para abordar el tema. En primer lugar, Sor Mª. Victoria nos ofrece un estilo llano y comprensible, a la vez que literario: lo bello no está reñido con lo lúcido y se agradece que los vericuetos del pasado nos aparezcan con claridad actual. Para ello, en segundo lugar, hay que saber espigar en los escritos de estas místicas medievales, tantas veces inaccesibles por su lenguaje tan alejado del nuestro. No se trata de mera erudición, que también, sino sobre todo de saber encontrar el núcleo de su pensamiento, de traducir sus intuiciones y mostrarlas con nueva frescura, sin traicionarlas.Más allá de su interés para el investigador, Sor Mª. Victoria nos ofrece una interpretación de esas maestras que escapa al simple lector: como clarisa, ha interiorizado y hecho suyo el mensaje de las sabias mujeres medievales. Con su intelligentia, nos ayuda a leer entre las experiencias pasadas destellos que marcan el camino de nuestro propio futuro.
Llevada por su vena de filósofa y por la sensibilidad y agudeza femeninas, Edith Stein sabe escudriñar momentos y experiencias de la Madre de Dios, extrayendo consideraciones enriquecedoras con las que fundamentar y sostener su entrega confiada al Dios de Jesucristo. La hebrea Edith quiere estar con María de Nazaret; aprender de ella y con ella las enseñanzas que emanan de la boca y de la vida del Verbo encarnado. Las páginas que siguen quieren ofrecer un aspecto no muy conocido de la rica personalidad de Edith Stein: la presencia de María en su experiencia cristiana, que se verá beneficiada aún más con el ingreso en una orden religiosa: el Carmelo descalzo, de honda tradición mariana. Su presencia entre las carmelitas estuvo sostenida por la actitud mariana de estar junto a su Hijo sufriente intercediendo por todos, en actitud de disponibilidad generosa. En esta misma línea definirá, recién estrenado el noviciado, la vocación de la carmelita, en carta a un amigo: «interceder por todos ante Dios».
El propósito de este libro es abrir al lector las puertas de De diligendo Deo, una obra que, en su sencillez, brevedad y precocidad, posee ya las medidas exactas del claustro soteriológico que habitó y meditó san Bernardo a lo largo de toda su vida. De diligendo Deo versa sobre Dios, en cuanto amable; sobre el hombre, en cuanto amado y amante; y sobre la relación amorosa entre ambos, que obedece a la lógica sobreabundante del mérito de Jesucristo.
Sugerencias y consejos sencillos para hacer oración, aprovechando las experiencias de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Lisieux.
Teresa de Jesús (1515-1582) ha deixat una empremta inesborrable en la història del cristianisme i en la cultura universal. En un context social, polític i religiós tan convuls com el de Castella del segle XVI va saber superar totes les limitacions i dificultats del seu entorn i va iniciar un estil de vida evangèlic basat en la senzillesa, la pregària i la fraternitat. Els seus escrits tenen la força de lexperiència, que els dóna un segell dautenticitat únic. Són considerats amb raó un cimal de la literatura mística, i combinen els temes de més profunda espiritulitat amb les qüestions més quotidianes. En el Camí de Perfecció, com en totes les obres teresianes, es fonen paraula i vida, ensenyament i experiència, doctrina i pedagogia, teoria i pràctica, contemplació i acció. Aprendre a viure en la societat, educant lafany de posseir béns materials, dabsorbir persones i de manipular Déu, és la saviesa i el compromís de qui sent la crida a ser testimoni de levangeli de Jesús. Una aventura depisodis sempre nous.