Puede que, dentro de estas páginas encuentres el espejo que llevas tiempo buscando, el charco donde se refleja el infinito, el cielo del primer amor, el domingo de la primera despedida, o el beso de quien te lo dio todo para, más tarde, dejarte sin nada. Posiblemente, este libro no era el que buscabas, o sí, y me llena de alegría saberlo, pero algo te ha impulsado a cogerlo. Ahora, ábrelo, huélelo, pasa sus páginas y absorbe sus letras: Necesita sentirse vivo en manos de alguien.
La llama azul es un retrato mordaz sobre la pérdida de la identidad judía y los frutos del judío imaginario, desarrollado en la Extremadura rural de la delincuencia y del hambre de 1941. Es la historia de Susana, víctima de una abyecta explotación sexual, y de su amante Fernando Castilla, jefe de policía, que presume de tener un olfato prodigioso para detectar comunistas. La detención de una banda de borrachines por el jefe de policía, que confunde con una terrorífica célula comunista, provocará una denuncia anónima a la Secretaría de Orden Público que cambiará el rumbo de sus vidas. Es también la historia del proxeneta Leoncio y de su mujer Catalina, tutores de Susana, que sobreviven merced a sus negocios ilícitos con los contrabandistas portugueses, cuyo alijo esconden en la casa del Miedo. En su interior se oyen chirridos infernales que los socios del Círculo, hechizados por el mito del judío imaginario, lo atribuyen a las torturas de los inquisidores de Llerena, y el alcalde del lugar, a los conspiradores judeo-comunistas. Marciano Martín Manuel (Hervás, 1957) estudió cinematografía en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó como ayudante de dirección con Adolfo Marsillach y José Luis Alonso en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, cuya carrera abandonó para dedicarse a la investigación de la historia de los judíos extremeños y la literatura. Es autor de los volúmenes Historia de los judíos de Plasencia y su tierra (Sevilla, 2001), Judíos y cristianos nuevos en la historia de Trujillo (Badajoz, 2008), Abraham Zacuto, astrólogo de don Juan de Zúñiga, III Premio de Investigación y Divulgación Histórica «Pedro de Trejo» (Renacimiento, 2010), La invención de la tradición judía de Hervás (Béjar, 2010), La capa de Elías, I Premio «Alconétar» de Inéditos de Historia Locales de Extremadura 2011 (Renacimiento, 2016). Colabora en la revista Clarín, y es autor de la novela El Libro Verde (Espuela de Plata, 2014). Más información en www.estudiosjudaicos.imaginason.com
Carmen Canet (Almería, 1955) es Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y Profesora de Lengua y Literatura. Ejerce la crítica literaria en periódicos y revistas desde 1980, y actualmente colabora en Cuadernos del Sur del Diario de Córdoba, en Los Diablos Azules de infoLibre, Zurgai, Clarín, Turia, entre otras. Tiene publicados diversos trabajos de investigación, propuestas educativas y didácticas, estudios sobre revistas literarias y rutas literarias, así como ensayos sobre la escritura aforística. Ha sido incluida en varias antologías poéticas. En el ámbito de la escritura breve, ha publicado Malabarismos (2016), ha editado Él mide las palabras y me tiende la mano. Aforismos en la obra de Luis García Montero (2017). También ha sido incluida en Bajo el signo de Atenea. Diez aforistas de hoy (2017) y Concisos. Aforistas españoles contemporáneos (2017).
Xelo Candel Vila (Valencia, 1968) es Profesora Titular de Literatura Española en la Universitat de València. Ha sido profesora en Bucknell University (EEUU), Ohio University (EEUU) y Saint Louis University (Madrid) y ha impartido seminarios en la Università di Bergamo (Italia), Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina), Mary Washington (EEUU), Bucknell University (EEUU), Växjö Universitet (Suecia) o Instituto Cervantes de Sao Paulo (Brasil), entre otros. Su actividad investigadora ha tenido como ejes fundamentales la teoría literaria en los parámetros de la Modernidad, el estudio de los poetas de posguerra y la transición así como los poetas del exilio republicano español. En estas líneas ha editado, entre otros, los libros: Versiones y Subversiones de Max Aub (2016); Los Sesenta. Revista literaria. México, 1964-1965 (2015); Epistolario entre Max Aub y Vicente Aleixandre (2014); El libro de las baladas y Romances de colorido (con los poemas anteriores a Abril) (2012); Luis Rosales, memoria encendida de un poeta (2012); Luis Rosales. El contenido del corazón (2010); El romántico ilustrado. Imágenes de Luis García Montero (2009); De lo vivo a lo pintado. La poética realista de Max Aub en el ámbito de la Modernidad literaria (2008); Luis Rosales después de Luis Rosales (2005); El realismo dialéctico en las poéticas de Luis Rosales, Ángel González y Luis García Montero (2003); La casa encendida, de Luis Rosales (2002); Versiones y subversiones, en Obra Completa de Max Aub (2001) y Diario de Djelfa, de Max Aub (1998). Como poeta ha publicado Los comediantes (1993), A destiempo (2003, Zaragoza, Gobierno de Aragón) con el que obtuvo el Premio Miguel Labordeta, La arena (Madrid, Torremozas, 2009) y Hueco. Mundo solo (Sevilla, Renacimiento, 2013), Premio de la Crítica Valenciana en 2014. Sexto poemario de la Xelo Candel, autora de Los comediantes (1993), A destiempo (2003), con el que obtuvo el Premio Miguel Labordeta, La arena (2009) y Hueco. Mundo solo (2013), Premio de la Crítica Valenciana en 2014.
Lectura graduada de nivel A1 ambientada en la ciudad de Sevilla vista en 24 horas de aventura trepidante. Intriga, amor, cultura, gastronomía, información turística y actualidad. Incluye notas culturales en forma de artículos o pequeños reportajes. Contiene numerosas actividades para trabajar el léxico y glosarios en varios idiomas.
Esta fábula nos enseña a amar la Naturaleza. Una historia de árboles, pájaros y una tribu de humanos, unidos por un mismo destino. A través de la mirada de una niña, descubriremos por qué es tan importante respetar los ciclos naturales, evitar el derroche de recursos y vivir de forma armoniosa y sostenible. Y lo más emocionante: nos dejaremos llevar por la música, que llenará el bosque de vida y alegría para siempre.
Pajarito es una compacta y novedosa colección de cuentos sin moraleja, en apariencia sencillos, que tienen la virtud de construir universos inmensos con muy pocos trazos. Historias muy cercanas, sorprendentemente frescas, que reflejan la extrañeza del día a día (con sus realidades y sus sueños) gracias a una prosa exacta, tersa, tensa, que está siempre al servicio del relato.
Luisa Carnés Caballero (Madrid, 1905-Ciudad de México, 1964) fue una destacada escritora y periodista perteneciente al grupo de narradores sociales integrantes de la otra generación del 27. El reconocimiento alcanzado por la calidad literaria de sus primeras novelas ?Natacha (1930), Tea Rooms (1934)? no impidió que, junto a otros escritores del exilio republicano de 1939, padeciese un inmerecido olvido al término de la Guerra Civil. Los dos volúmenes de sus Cuentos completos, recopilados ahora por vez primera, dan a conocer una parte fundamental de su obra, dispersa hasta la fecha en periódicos y revistas españoles y mexicanos. Rojo y gris, el primero de estos volúmenes, recoge los treinta y cuatro relatos escritos en España hasta 1939. Dueña de una potente prosa, cruda y sin filtros, Carnés repasa en estos cuentos el conflicto armado, la condición infantil, la miseria y las desventuras de los represaliados, la lucha de clases y, de forma singular, la condición de la mujer, castigada por la desigualdad y condenada a una pelea permanente para ocupar su espacio. La producción cuentística de Carnés, ahora recuperada, la convierte en uno de los narradores más importantes de la literatura española del siglo XX, a la altura de sus coetáneos ya reconocidos, como Max Aub. Luisa Carnés Caballero (Madrid, 1905-Ciudad de México, 1964) representa un ejemplo atípico de precocidad en la literatura española de la década de 1920 dada su escasa formación y su condición autodidacta. A los dieciocho años comenzó a escribir cuentos, y antes de 1936 ya había publicado tres obras: Peregrinos de calvario (1928), Natacha (1930) y Tea Rooms (1934). Desde 1930 compaginó literatura y periodismo, colaborando en revistas y periódicos, como Crónica, Estampa, La Linterna, As, Ahora, Mundo Obrero y Frente Rojo. Críticos e investigadores la sitúan dentro de la narrativa social de preguerra o como integrante de los llamados «prosistas del 27». Desde 1934 y al igual que otros muchos escritores españoles de su generación, Carnés mostró un creciente interés por los temas sociales, que plasmó en su obra escrita. Su posición en defensa de la mujer, de la causa de los trabajadores y de la legalidad republicana, que reafirmaría durante la Guerra Civil, perduró en el exilio mexicano, y así consta en sus trabajos periodísticos y literarios. Sin renunciar al compromiso, Carnés firmó una obra de enorme valor testimonial y prosístico. Antonio Plaza Plaza (Bustarviejo, Madrid, 1951) es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid. Jubilado en la enseñanza secundaria desde 2011, tras más de cuatro décadas en la docencia, mantiene una larga trayectoria como investigador. El estudio de la cultura republicana y el exilio de 1939 son ahora sus principales líneas de trabajo. Desde 1990 se concentra en la vida y la obra de Luisa Carnés, investigaciones que le han llevado a publicar diversos estudios sobre su legado literario y periodístico. También en Renacimiento, preparó las ediciones de El eslabón perdido (2002) y De Barcelona a la Bretaña francesa (2014). La edición comentada de los Cuentos completos culmina una compleja tarea de búsqueda, documentación y análisis.
Geografías literarias. Un itinerario (inter)cultural por Galicia es un cuaderno dirigido a estudiantes de ELE que aborda el aprendizaje comunicativo e intercultural a partir de tareas que tienen como centro el texto literario. Las cuatro unidades didácticas que componen el cuaderno se inspiran en la referencialidad universal de Santiago de Compostela y ofrecen un recorrido geográfico y cultural por la Galicia contemporánea, poniendo de relieve la eficacia de la literatura para comprender e interpretar la organización y configuración de las sociedades de hoy en día. Todo ello, desde escritores y obras que pertenecen al canon de la literatura gallega, constatando la condición diversa, plurilingüe e intercultural de la cultura hispánica. La incuestionable contribución de Rosalía de Castro, Manuel Rivas, Suso de Toro, Yolanda Castaño o Álvaro Cunqueiro al canon literario hispánico permite adoptar su obra como input significativo y adecuado para consolidar las diversas competencias que subyacen en la enseñanza de ELE, teniendo en cuenta la dimensión autónoma, social y cooperativa del aprendizaje.
La Cochambrosa (1905) es la primera y desconocida obra de Pedro Luis de Gálvez. No se sabía de edición alguna de esta novela hasta que Javier Barreiro la localizó publicada como folletín en el Heraldo de Cádiz a finales de 1905, fechas en las que el malagueño se encontraba preso en la cárcel gaditana, a la espera del juicio por las palabras proferidas contra la monarquía en un mitin republicano celebrado en 1904 en Jerez de la Frontera, que le supondría varios años de penal hasta ser indultado. La novela tiene un carácter claramente autobiográfico, con abundantes excursos sobre Arte y Estética, ya que la pintura fue la primera gran vocación del escritor, que se relacionó con Pablo Ruiz Picasso, contemporáneo y vecino suyo en Málaga. Es también una muestra del malestar de la época de entresiglos y tiene concomitancias con otras narraciones de su tiempo en las que el protagonista se debate entre la persecución del ideal y la falta de voluntad para la lucha. Finalmente, es un documento desde el interior de la vida bohemia en el Madrid de los últimos años del siglo XIX, con la aparición de personajes tan representativos como Enrique Cornuty y Pedro Barrantes. Pedro Luis de Gálvez (Málaga, 1882-Madrid, 1940). Recibió una estricta educación religiosa pero con el traslado de su familia a Madrid, ingresó en la Academia de Bellas Artes y comenzó su inmersión en la bohemia, cofradía de la que se convirtió en emblema. Una vida altamente turbulenta y llena de increíbles episodios lo llevó a París, para seguir perfeccionándose en el arte pictórico, a Portugal y, finalmente, a la cárcel, donde escribió sus primeras novelas. Al ser indultado comienza su trayectoria, a veces próxima a la delincuencia, compatible con gestos de honradez y grandeza de corazón, que lo convierten en una referencia habitual en los libros de memorias de su época. Ya en Madrid, volvió a su bohemia y sus publicaciones en forma de cuentos, alguna obra teatral y, sobre todo, poemas, que fueron apareciendo anárquicamente. Participó en los orígenes del Ultraísmo y, durante los años veinte, también residió en Barcelona. Lo más granado de su reconocida labor poética se encuentra en sus sonetos, incluso el propio Borges le declaró autor de alguno de los mejores escritos en castellano. Es sorprendente, pero también muestra de su talento, el que tuviera relaciones con personajes tan de primera línea como Picasso, Juan Gris, Marinetti, Apollinaire, Gómez de la Serna, Cansinos-Asséns, Baroja? Terminó militando en el Partido Sindicalista. Su actuación en la guerra ha sido también muy controvertida. Condenado a muerte, fue fusilado en la cárcel de Porlier. Javier Barreiro. Ensayista, poeta, narrador y autor de Cruces de bohemia, entre decenas de títulos, es uno de los más reconocidos estudiosos de la literatura de entresiglos. Ha publicado numerosos artículos y ediciones en torno a obras y escritores de esta época.
Definir a un canalla es sencillo. Los canallas son ese tipo de individuos a los que expulsan de la cárcel por mala conducta. El concepto de mangurrino ya es más complicado de especificar. Se trata, esencialmente, de un sinvergüenza que, pese a serlo, despierta simpatías generalizadas. Es una mezcla de pícaro, fresco, infeliz y más cosas. Todos hemos conocido personas de esa clase, a las que se les perdonan muchos defectos porque nos caen bien. En este libro el lector hallará ?a poco que busque? seres de ambas categorías, cómicamente descritos en biografeas (género inventado por el autor y que consiste en detallar la vida de la gentuza). Podrá elegir reírse de un amplio catálogo de personajes políticos, científicos y artísticos, a los que se ha puesto como chupa de dómine a causa de sus maldades o sus trapisondas. Desde Homero y Buddha hasta Freud y Sánchez Dragó, se ha satirizado en escritos breves a todo tipo de bípedos merecedores de un buen varapalo. Y se ha hecho de la forma más amena y variada, utilizando los más diversos géneros literarios y pintando sus retratos con ese óleo multicolor y maravilloso que es el humor y que sólo los seres verdaderamente inteligentes y sensibles saben apreciar. Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958) pertenece a una familia de raigambre literaria, pues es nieto de Jardiel Poncela, el gran humorista. Es Doctor en Filología Hispánica y ha enseñado en universidades de España y del extranjero. Pero este autor parece ser tan canalla o mangurrino como aquéllos de los que se ocupa, porque se sospecha que sus libros no los escribe él, sino un «negro» que tiene a su disposición y al que mantiene encerrado en un trastero de su casa, encadenado a una mesa y alimentado de manera muy precaria. Su «negro» literario, al parecer, es realmente de raza negra, por una irónica casualidad, y se llama Morongo. Él es quien de veras se merece la gloria ?y no digamos el dinero? que el desaprensivo de Gallud Jardiel está logrando con sus numerosas obras de humor.
La dictadura franquista, su consecuente falta de libertades y la férrea censura, visible e invisible, existente impidió que estas memorias de un «gato». Itinerario de una vida apacible que pudo ser trágica fueran publicadas en el momento en que fueron redactadas, a lo largo de los años cincuenta del siglo pasado, como hubiera sido el deseo de su autor. Estas páginas memorialistas, que ahora ven la luz por primera vez, son un ameno testimonio de época, la que comprende los últimos años del siglo xix hasta casi la proclamación de la Segunda República, en donde se narran gran cantidad de anécdotas y sucedidos y aparecen retratados conocidos personajes del mundo político, intelectual y artístico, cuya amistad frecuentó un inquieto Diego San José, «mixtificador literario muy hábil», como le describiera Federico Carlos Sainz de Robles, de vida apacible, amigo de sus amigos, querido hasta en sus peores trances vitales, que le llevaron a las puertas de la muerte. Estas Memorias vienen a sumarse a otras de autores coetáneos suyos en esa rica y fecunda «Edad de Plata» literaria. Diego San José (Madrid, 1884-Redondela, Pontevedra, 1962). Escritor y periodista, sus colaboraciones se pueden leer en infinidad de diarios y revistas. Su producción narrativa es muy extensa y comprende más de cien títulos. Participó en casi todas las colecciones de novela corta, que tanto éxito alcanzaron en el primer tercio del siglo XX. No han de caer en olvido sus refundiciones y representaciones de las obras clásicas, con las que obtuvo notable éxito. Como poeta, fue un experto sonetista y muchos de sus versos, publicados en diferentes medios, serían luego recogidos en libro. Recién finalizada la Guerra Civil, fue llevado, por su republicanismo, ante el Juzgado Especial de Prensa. Sometido a un Consejo de Guerra, fue condenado a muerte, pena que le sería conmutada. Tras pasar recluido cinco años en diferentes cárceles, experiencia que narró magistralmente en De cárcel en cárcel, libro recientemente reeditado por Renacimiento, salió en libertad condicional en enero de 1944. Los últimos años de su vida los pasó en la villa pontevedresa de Redondela, donde falleció el 10 de noviembre de 1962.
Descubrí que un aforismo mío extraordinario («Intentaba ser un hombre serio, pero la alegría se lo impedía») lo había escrito Ramón Eder. Mi buena memoria había sido mala: me hizo creer que lo que recordé se me ocurrió. Cuando me descubrí, quedé avergonzado, aunque fuera un homenaje definitivo a quien había admirado en reseñas y recomendaciones. Siendo, además, el único aforismo ajeno que se coló en mi libro, se destacaba el carácter único del autor. Con todo, esas circunstancias atenuantes no extinguían mi bochorno. Hasta ahora. He dado con la eximente. A Ramón Eder (Lumbier, 1952), la alegría no le impide en absoluto la seriedad. Mi plagio involuntario fue un acto de justicia (a lo Robin Hood) porque ese aforismo sólo me retrata a mí. Obsérvese cómo sus ironías no renuncian jamás a la efervescencia, pero tampoco al fervor. Hay un contentamiento del mundo que es a la vez conocimiento, y viceversa. Son muchos los méritos de esta obra, y los he ido enumerando en otros lugares, pero mi subconsciente cayó en el más asombroso: la felicidad y la hondura conviven indisolublemente aquí. Enrique García-Máiquez Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) es un aforista singular y, sin duda, necesario. Estudió filosofía en la Universidad de Vincennes (París), y no ha mostrado el menor interés por los géneros literarios mejor vendidos, como la novela o el ensayo. Cuando se decanta por alguno de los géneros históricos, como la poesía lírica (Axaxaxas mlö, 1985, Lágrimas de cocodrilo, 1988) o el relato breve (La mitad es más que el todo, 1998), no oculta su actitud irónica y su ánimo ciertamente humorístico. Durante los últimos años cultiva preferentemente, y con innegable fortuna, el género aforístico. En la colección «A la mínima» de Renacimiento ha publicado La vida ondulante (2012), Aire de comedia (2015) e Ironías (2016),
El cuento es en el hombre tan antiguo como la risa, la música o el baile. Una necesidad del espíritu, elucubraciones que pugnan por dar salida a los sueños. En los relatos de Sarah Álvarez de Miranda es difícil saber qué dosis hay de verdad o de ficción, porque ambas están tan entrelazadas que para entenderlos hay que esperar a los últimos párrafos. Aún así todo puede ser verdad o mentira. Sarah Álvarez de Miranda nació en Madrid en 1932. Desde niña tuvo inclinación a la soledad y el silencio, atenta siempre a los rumores de la naturaleza. Entre sus obras destacan El amargo sabor del azúcar, vivencias de la revolución cubana, y Entre dos fuegos, la experiencia de su familia durante nuestra contienda civil. Aunque ella se declara abiertamente cuentista.