El príncipe Serafín representa un giro en la transmisión de modelos de género estereotipados que han caracterizado la literatura infantil tradicional. Con un trasfondo coeducativo, el cuento fomenta los valores de tolerancia, respeto, libertad e igualdad de oportunidades, en una sociedad libre de discriminación y actitudes sexistas. Rompe con los prejuicios de género al presentar los personajes tradicionales que aparecen en la literatura infantil, enfocados desde una perspectiva libre de estereotipias. Serafín duerme en una habitación rosa, busca el amor verdadero y contraer matrimonio, pensando que su destino es el que la tradición le dicta. Lejos de ser el prototipo de un héroe valiente, fuerte, que salva y rescata, es un príncipe sensible, que llora y que espera a ser rescatado. No hay una princesa que lo espera, dulce, bella y delicada, sino que se representa un modelo de mujer fuerte, independiente, que monta a caballo, que viaja por el mundo? Serafín será rescatado por una mujer pirata que no quiere casarse y que le anima a luchar por sus sueños, enseñándole que la felicidad y el amor está dentro de sí mismo y no en la dependencia de un vínculo amoroso.
Hace unos días que el gorrión ha anidado en las ramas más tranquilas del árbol de la plaza de la Fuente. Desde que ha llegado, es el primero en levantarse y piar sonriente al salir el sol para decir buenos días al vecindario, hasta que una mañana un trueno lo despierta, de repente, al amanecer: «¡PUM!». ¿Qué es ese ruido tan desagradable?
Juan José Cerezo Manchado (Santomera, Murcia, 1984). Ha obtenido algunos premios de carácter local y publicó su primer poemario, Nuevo manual de inexperiencias, en 2011. Con este nuevo libro ha sido finalista del XIII Certamen internacional de poesía joven Martín García Ramos.
El retrato apasionado e irónico de una familia actual, entre clan mediterráneo e individualismo posmoderno. Un padre traductor que no sabe interpretar los hechos. Una madre que ha reconstruido su vida con otra mujer. Un hijo obediente que se ha vuelto adicto a la heroína. Éste es el triángulo de una novela que tiene a la família como protagonista. Por el autor de El mal francés, Placeres ficticios y El juego del mentiroso.
Animales que no se pueden acariciar es un zoológico que Javier Quevedo ha construido pacientemente en el jardín de su escritorio, alrededor de su cabeza. Es la suma de unos relatos de muy diferentes especies El puente de los tropiezos, Entra un gangoso en una farmacia, ¿Se cortan las uñas de los pies los verdugos? o El amor al interior de las curvas que, narrados por una voz única, nos imbuyen en historias inquietantes, asombrosas, disparatadas o tensas que provocan en el lector múltiples sensaciones entre las que no cabe la indiferencia. Son piezas que como muy bien reconoce Ángel Zapata a través del humor, de la poesía, la belleza convulsa [ ] le hablan de cerca y en su propio idioma a ese animal de fondo que en cada uno de nosotros no se deja acariciar, ni falta que hace.
Doble ictus narra, con pelos y señales, una relación. Simplemente eso. Aunque la diferencia con otras obras basadas en el mismo asunto radica en que el autor se ha esmerado en no dejarse nada en el tintero, destruyendo la tónica general actual que se frena ante la explicación atractiva y pormenorizada por no herir sensibilidades. Orgasmos, peleas, arritmias, borracheras, defecaciones, amenazas de aborto, planes de futuro, envidias generales E incluso con todo esto, pureza; mucha pureza. Este libro, a fin de cuentas, es una verdad como un templo: la Lonely Planet de las relaciones. O como dice su autor: «La primera autopsia de un noviazgo». Joaquín Campos escribe a diario. Publicó el año pasado su primera obra, Faltan moscas para tanta mierda (Espuela de Plata, 2014), y tras la tensa espera le fue correspondido, por su evidente esfuerzo, con el lanzamiento a la vez de este libro que tiene en sus manos y su primer poemario, Cartas a Thompson (Island), ambos publicados de nuevo por la misma editorial. Como comentó a medios especializados, «ser fiel a mi editorial me genera menos disturbios que hacerlo a una señora». Promete seguir publicando por el mero hecho de que no cesa en su producción literaria. Últimas esperanzas parece ser lo más cercano a ver la luz. Sus primeros diarios también comienzan a crecer así como un proyecto basado en historias surrealistas. Y sigue escribiendo poemas extraños, que debería ser la clave, justamente por su extrañeza, para que su verso siempre sea tenido en cuenta.
Rafael López de Ceráin Salsamendi (Pamplona, 1964) es autor del poemario Trabajos de amor disperso (1996) auspiciado por el también poeta Manuel Alcántara. Tras varias entregas, publicó la antología Seguro es el pasado (2006), que aumentada se convirtió en Cuaderno de versos (2011). Poemas de la mancha (2012) y Poemas de otoño (2013) son sus últimas aportaciones a la poesía. También ha publicado los ensayos Las rutas de Antonio Machado, El perplejo encadenado, Cavilaciones, Páginas de un tiempo y Un año más, un año menos: divagaciones, entre otros.
Este original libro reúne por primera vez todas la imágenes ganadoras de los cinco premios de fotoperiodismo más importantes del mundo en los últimos sesenta años: World Press Photo, Oskar Barnack, Robert Capa Gold Medal, Eugene Smith Grant y Visa d?Or. A través de su clara estructura por décadas, la obra se convierte en un espejo de la evolución de los estilos y técnicas fotográficos, además de recoger los acontecimientos históricos más relevantes e impactantes desde 1955 hasta nuestros días. Un libro imprescindible para todo amante de la fotografía de autor.
Quizá la referencia menos oblicua de Juan Ramón Jiménez al sentido más alto de la poesía se encuentre en su verso «¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas!». Y esa, la exactitud, la más afilada precisión es una de las alas de la poesía de Alejandro Duque Amusco (Sevilla, 1949). La otra ala está hecha de sombra, de renuncia; renuncia a lo ya dicho, a lo desgastado, a toda falsa luz. Poesía de la conciencia y a la vez del despojamiento que hay siempre en toda verdad. Como se nos avisa en la inicial poética de Donde rompe la noche: «La verdadera poesía a lo que más se asemeja es a una palabra tachada, debajo de cuya tachadura no estamos muy seguros de lo que leemos [...] dar vida a las palabras, despertarlas, para que no digan más su engañoso significado de siempre. La palabra poética es una caída en la verdad primaria». A. L.
Federico García Lorca en Buenos Aires arroja luz sobre la vida y la obra del autor granadino en el contexto de su estancia en la capital argentina durante seis meses entre 1933 y 1934, tiempo que contribuyó de manera decisiva a la difusión de su teatro, al afianzamiento de su personalidad literaria, a su independencia económica y a la creación de lo que posteriormente sería el mito lorquiano. En este libro se ofrece una investigación de la biografía de García Lorca en Buenos Aires; un análisis del teatro porteño desde finales del siglo XIX hasta el viaje del poeta y dramaturgo, así como de las obras que éste vio representadas; un minucioso estudio de Bodas de sangre, La zapatera prodigiosa y Mariana Pineda en el contexto bonaerense y su impacto en la escena de la ciudad del Plata; un panorama de los escritores, actrices y artistas porteños que compartieron andanzas con García Lorca; y, al cabo, una inmersión en el impacto que tuvo la muerte del poeta en Buenos Aires y la imagen que de él forjaron los intelectuales de la ciudad. La máxima ocupación de Pedro Larrea (Madrid, 1981) es la poesía. Es autor de los libros de poemas La orilla libre (Ártese quien pueda, 2013) y La tribu y la llama (Amargord, 2015). Se licenció en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Complutense de Madrid, y obtuvo su maestría (con tesina sobre Jorge Teillier) y su doctorado (con tesis sobre Federico García Lorca) en literaturas hispánicas por la prestigiosa University of Virginia (Estados Unidos). Como profesor en diversas universidades norteamericanas ha enseñado todos los periodos de literatura española e hispanoamericana, y ha publicado artículos e impartido conferencias sobre poesía española, centrándose en escritores como Garcilaso de la Vega, Francisco de Aldana, Lope de Vega, Mariano José de Larra, Federico García Lorca, Luis Cernuda, poetas experimentales y autores españoles contemporáneos residentes en los Estados Unidos.
CON sus versiones de Hölderlin, el poeta Joan Vinyoli (Barcelona, 1914-1984) se une a la nómina de sus primeros traductores. Realizadas en 1940-1941 para una antología de poesía alemana que nunca llegaría a ver la luz, sus versiones y probaturas quedaron hasta hoy encerradas en una carpeta. En este libro se publican por primera vez los 29 poemas del gran poeta alemán que Vinyoli seleccionó para vertirlos al castellano. Más que de meras traducciones se trata de repoe tizaciones, fruto de una comunión entre poetas. Vinyoli consigue reproducir en estos textos el tono lírico de los originales: «Habiendo leído las poesías de Hölderlin, lo primero que sentís [ ] es que han nacido de una absoluta necesidad. Ninguna palabra es en vano, y a la vez sentís que la palabra no pesa: quizás en ningún otro poeta como en Hölderlin encontráis que es etérea, inquieta, inestable, sin tamizar; tenéis la sensación de que os huye, empujada en el ritmo y que se eleva.»
Ciencia ficción es una guía realmente internacional que abarca desde taquillazos de Hollywood hasta clásicos de culto rusos, y desde literatura europea hasta franquicias australianas. Una obra imprescindible para todos los aficionados a la ciencia ficción.
Dice Muñoz de su libro: «es posible que sea escandaloso, digno de la reprobación de las personas rectas y sensatas». Y, en efecto, el «Cristo de la lujuria» que, según Cansinos Assens, era nuestro escritor, se aplicará en Voluptuosidad, como si de unas memorias eróticas a la manera de Casanova o de Bradomín se tratara, a ejemplificar, a través de su protagonista Isaac sí, es una roman à clef, las diferentes clases de «amor». Estamos ante un nuevo caso de «literatura decadente», una «novela del vicio» cuyas «aventuras» discurren en el Madrid frecuentado por el mundillo cultural y moderno de la época, pero también en el barrio granadino del Albaicín, en un pueblo de Guadalajara (la mansión familiar del autor se hallaba en la localidad de Tendilla) o en Tánger. Unas «páginas encendidas» destinadas, en aquellos años iniciales del siglo xx, a unos pocos, y que hoy recuperamos (su primera edición es ya una rareza bibliográfica) para el disfrute de muchos. Se acompaña el volumen con un breve recorrido por el «Catálogo de perversiones» de la novela, analizadas a partir de los estudios coetáneos del psicopatólogo británico Havelock Ellis, y con la más completa «Bibliografía» de y sobre el autor publicada hasta la fecha. Nacido y criado en Andalucía, Isaac Muñoz (1881-1925) pertenece a esa pléyade de escritores «de provincias» que en la convulsa y estimulante época de fin de siglo marcharon a Madrid a probar suerte en el mundo de las letras. Previamente, ya había dado a conocer en Almería dos libritos juveniles de estampas, y seis años más tarde, en su Granada natal, una primera novela que lo conectaría definitivamente con los círculos más renovadores de la literatura. En 1906, año de publicación de Voluptuosidad, su padre es destinado a Ceuta, lo que propiciará que, atraído como estaba por la realidad árabe, inicie una etapa de viajes por distintos enclaves del norte de África. A partir de ese momento, su prosa refinada y esteticista adquiere un sesgo de recreación literaria orientalista que en él coexistirá con otra faceta importante, como es la de estudioso de la realidad musulmana y la situación colonialista, por la que alcanzará considerable prestigio en la prensa del periodo. Enfermo de sífilis el mal del siglo, fallecerá, como tantos otros «raros» de nuestras letras, en un distante olvido. Amelina Correa Ramón es catedrática de Literatura Española en la Universidad de Granada y miembro de la Academia de Buenas Letras de dicha ciudad. Autora de más de una veintena de monografías, antologías y ediciones anotadas, ha estudiado en profundidad la vida y obra de no pocos escritores «olvidados» como Alejandro Sawa o Isaac Muñoz, sobre quien ha publicado numerosos artículos así como el volumen Isaac Muñoz (1881-1925): Recuperación de un escritor finisecular (1996), encargándose igualmente del rescate de su Libro de Agar la moabita (2010), de su poemario La sombra de una infanta (2000) y de sus novelas La Serpiente de Egipto (1997), Vida (1998) y Morena y trágica (1999), a las que se une ahora Voluptuosidad.
Las cosas del campo (1951) es, sin exageración posible, una de las más altas cumbres del poema en prosa español del siglo XX, junto con Platero y yo (1914), de Juan Ramón Jiménez y Ocnos (1942), de Luis Cernuda. José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009), su autor, fue un destacado poeta de la llamada generación del 36. Uno de sus últimos poemarios, Objetos perdidos (1997) recibió el Premio Nacional de Poesía. Juan Luis Hernández Mirón es el autor de la presente edición crítica y de las glosas que la acompañan. El libro cuenta también con un prólogo del novelista Luis Landero. José Antonio Muñoz Rojas antequerano y «cosmopolita de pueblo» decía de sí, vivió para la poesía y en la poesía. Procede del mismo litoral poético donde se ha fraguado una honda poesía española que lo inserta en la corriente literaria hispano-arábiga y lo hermana con los sevillanos Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Antonio Aparicio; el moguereño Juan Ramón Jiménez; el granadino Federico García Lorca; el gaditano Rafael Alberti; los malagueños Salvador Rueda, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, José María Hinojosa y José Moreno Villa; el cordobés Ricardo Molina, etc. El poeta aumenta con su obra la gloria de las letras andaluzas e hispánicas; en línea de continuidad con la Escuela Antequerana del Siglo de Oro y con la Escuela de Poetas Románticos del XIX se suma a la nómina de Hijos Ilustres de Antequera. Juan Luis Hernández Mirón (Plasencia, Cáceres, 1950) es Doctor en Filología por la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Ha realizado su labor de investigación en el CSIC y en la Universidad de Vanderbilt. Ha sido profesor-conferenciante en el Curso de Estudios Hispánicos de la UCM. Su investigación se ha centrado en el estudio de Las cosas del campo, de José Antonio Muñoz Rojas, obra que fue escrita en los años 1946-1947. La Editorial Vitrubio ha publicado el estudio preliminar de la obra (La Poética de José Antonio Muñoz Rojas en Las cosas del campo, 2011), con el que ha pretendido contribuir al conocimiento de la trayectoria de este escritor, uno de los grandes prosistas y poetas del siglo XX en lengua castellana.
JUAN GELMAN. Buenos Aires, 1930-México, 2014. De su copiosa producción poética, iniciada en 1956 con Violín y otras cuestiones, destacan, entre otros libros, El juego en que andamos, 1959; Velorio del solo, 1961; Gotán, 1962; Los poemas de Sydney West, 1969; Relaciones, 1973; Citas y comentarios, 1982; Hacia el sur, 1982; Com/posiciones, 1986; Carta a mi madre, 1989; Salarios del impío, 1983: Valer la pena, 2001; País que fue será, 2004: Mundar, 2007; De atrásalante en su porfía, 2009 y El emperrado corazón amora, 2011, y Hoy, 2014. Su obra, traducida a varias lenguas, ha merecido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Poesía, Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, Premio Iberoamericano Ramón López Velarde, Premio Santa Teresa de Ávila, Premio Iberoamericano Pablo Neruda, Premio Iberoamericano Reina Sofía y el Premio Cervantes de Literatura en Lengua Castellana. El nombre de Juan Gelman figura como imprescindible en el canon de la poesía escrita en español.