Ir al contenido
Este ensayo sustenta la hipótesis de que en la escritura de la Sonata de Primavera habría dejado huella la experiencia valleinclaniana de un desconocido viaje a Italia realizado a principios de la década de 1890, y una visita a la familia del Pretendiente carlista en Viareggio, así como a Gaeta, lugar-símbolo del legitimismo borbónico. De confirmarse esta suposición, nos encontraríamos ante un importante argumento no sólo para ratificar la posición procarlista del escritor sino para colmar una de las lagunas aún existentes en su biografía. El estudio se acompaña de la documentación gráfica correspondiente a los indicios intertextuales e hipertextuales en los que se funda dicha interpretación, tanto los que aparecen explícitos, como los que se captan entre líneas en la escritura. Dianella Gambini (Perugia, 1955) se doctoró en 1980 en la Università degli Studi de Perugia con una tesis sobre el estilo modernista en las primeras obras de Ramón María del Valle-Inclán. Actualmente es catedrática de Lengua Española y de Traducción en la Università per Stranieri de Perugia. Ha sido profesora en la Università degli Studi de Perugia, y en las universidades de Santiago de Compostela y Complutense de Madrid. Sus intereses investigadores se centran eminentemente en la traductología y en la literatura del Romanticismo y del Modernismo. Desde los inicios de su carrera académica se ocupa de la realidad cultural gallega, en particular de la literatura odepórica compostelana, y de la obra de Valle-Inclán, que ha traducido al italiano (Epitalamio, Femeninas) y a la cual ha dedicado estudios de crítica y hermenéutica literaria, así como de recepción crítica en Italia.
A veces las sensaciones se nos mezclan y se vuelven de colores. Al oír un sonido podemos sentir el azul o al probar una fruta apreciar calidez. Sin darnos cuenta nos hallamos descubriendo el color del tiempo, escuchando la música de los sabores o sintiendo el tacto de las letras. Nos sorprenden imágenes que desvelan un recuerdo con olor a sol o con aroma de tinieblas y palabras que proyectan color en las pupilas y texturas en nuestras manos. Y es esto lo que nos ha sucedido al hacer este pequeño libro en el que la poesía y la imagen se abrazan de una forma inevitable pero no imprescindible. Las imágenes nacen con vocación poética recreándose en la belleza del instante, sin preparación previa ni artificios, deleitándose en la visión de los detalles. Las palabras, dispuestas con cariño, las completan pero también existen de una forma independiente. Estas páginas intentan despertar pensamientos escondidos que nos guíen de la mano hacia el ensueño. La primera parte recoge Imágenes terrenales rescatadas de lo imperceptible. La voz poética las tiñe de los colores de su mundo, voz difusa donde no se sabe muy bien quién habla y quién siente, quizás un gato o una rana o la inocencia liberada del olvido. La segunda parte está llena de símbolos, de Imágenes inmutables que recogen el elemento telúrico de nuestro yo profundo. Encontramos desvanes con tronos polvorientos y escaleras hacia azoteas que buscaban ocultarse. Un pasillo en el que parece que vamos a cruzarnos con nosotros mismos, ventanas que abren la luz, y ladrillos de barro, del mismo barro que hizo al hombre, recordando que el saber es transmitido desde más allá de lo que tenemos conocido. Natacha Andrada (Madrid, 1983) -autora de la fotografías de esta edición- es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid con Máster en Estudios Literarios por la misma universidad. Ha sido profesora de talleres de escritura creativa y colaboradora en congresos y revistas literarias. En su carrera cabe destacar la dedicación a la gestión cultural en la Residencia de Estudiantes. Actualmente disfruta de una beca en la Universidad Complutense de Madrid. Reyes de Gregorio (Madrid, 1959) es licenciada en Filología Árabe y Máster en Ciencias de las Religiones por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesora de talleres de poesía en bibliotecas públicas del Ayuntamiento de Madrid. Ha participado en congresos de poesía y en talleres literarios y culturales. Tiene publicados dos libros de poemas, Deshielo (Sial, 2003) y Días de agua (Renacimiento, 2005). Sus poemas han sido incluidos en varias antologías y revistas literarias.
A Asturias hay que venir para poder entenderla y gozarla, porque se escapa a la palabra y aun a la imagen. Es cierto que ninguna tierra se deja encerrar fácilmente en el campo de la expresión, pero ésta, qué quieren, menos que ninguna. Asturias es plural hasta en el nombre, y tierras así exigen la visita del viajero para darse a comprender. Tierra aislada, sencilla, hermosa y transitiva, a pesar del diagnóstico orteguiano. Contrastada en su paisaje, de las nieves al mar en apenas cinco leguas, y desde el torrente arisco del río que nace hasta la mansedumbre del estuario en que desemboca. Y en sus formas de vida, desde el castillete del pozo minero a la exótica casa indiana que asoma entre palmeras. Y en sus manifestaciones estéticas, desde los caballos de Tito Bustillo hasta los murales de Salime. A esta tierra vamos a acercarnos levemente, con palabras breves e imágenes como caricias, un preludio del amor consumado que inevitablemente se ha de producir después. Asturias needs to be visited for it to be understood and enjoyed, because it escapes both word and picture. It is true that no land is easily captured by expressions, but Asturias less so than any other. Asturias is plural even in its name, and such lands requiere a visit from the traveler to be understood. Despite Ortega's analysis, it is an isolated, simple, beutiful and transitive land. Its landscapes are contrasting, from snow to sea in a distance of just over 5 leagues, and from the wild torrent of the river at its source to the calm of the estuary in which it joins the sea. And in its ways of life, from the headstock of the mine to the exotic Indiano house among palm trees. And in its aesthetics, from the horses of Tito Bustillo to the murals of Salime. We shall approach this land lightly, with brief words and caressing images, a prelude of the consummated love that shall unavoidably occur afterwards.