Leco. Leo, Escribo y Comprendo constituye un programa de intervención educativa diseñado con el objeto de facilitar la adquisición y desarrollo del lenguaje. Se compone de varios cuadernos de creciente dificultad, que utilizan técnicas de modelado, moldeamiento, atenuación de ayudas, ... Concebido como complemento y apoyo a cualquier Proyecto Curricular que precise hacer hincapié en los procesos de adquisición del lenguaje, el programa está diseñado para que sea operativo y funcional. Resulta especialmente útil para alumnos/as con dificultades de aprendizaje o con Necesidades Educativas Especiales (educación compensatoria, integración, inmigrantes, ...). Presenta la siguiente estructura: Serie naranja (cuadernos del 1 al 5) que trabajan: - habilidades previas (percepción, discriminación visual y auditiva). - conceptos básicos. - grafía y lectoescritura en general. - al tiempo que se introducen de manera progresiva aspectos morfosintácticos (género, número, nombres, verbos, sinónimos, antónimos, comparativos, superlativos, diminutivos...). Serie verde (cuadernos del 6 al 10) que profundizan los aspectos trabajados en la serie anterior e introduce tareas de: - decisión léxica. - razonamiento transitivo. - ajuste y cierre gramatical. - prefijos. - ortografía, estrategias de redacción y de comprensión lectora.
Proyecto ACB SERAPIS en sí no es un material para suplir a los libros de textos al uso en los centros educativos, sino que está concebido para un alumnado que acumula un cierto nivel de retraso escolar en sus aprendizajes y necesitan un programa graduado para adquirir aquellos elementos de niveles previos que les posibiliten seguir aprendiendo, al mismo tiempo que conseguir los objetivos y contenidos mínimos de cada nivel educativo en base al currículo. Este material se puede considerar como adaptaciones no significativas si el nivel del desfase curricular se sitúa en no más de un curso de desfase curricular, situándose como un programa de refuerzo. Cuando el desfase curricular es superior a dos o más cursos estaríamos hablando de adaptaciones curriculares significativas, debiendo seleccionar el cuaderno correspondiente al curso que cuyas competencias y contenidos tiene aún por adquirir ese alumno/a. Sistemáticamente se van apoyando estos aprendizajes con técnicas de estudio, refuerzo, modelado, moldeamiento y atenuación de ayudas, que propician la generalización de sus aprendizajes. En ACB SERAPIS los contenidos curriculares se organizan en cinco bloques, con diez unidades didácticas, que desarrollan en cada una de ellas una serie de actividades en base a los siguientes tipos de contenidos: Números (numeración/seriación). Cálculo (resolución de operaciones, controlando el uso de signos adecuados y corrección de errores). Magnitudes y medidas. Resolución de problemas numérico-verbales (en base a su dificultad semántica de sus enunciados, ya que aquí residen la mayoría de las dificultades del alumnado y del tipo de operaciones). Geometría. Estadística, según correspondan a su nivel evolutivo. Actividades complementarias y de carácter lúdico.
Esta obra quiere ser un instrumento de ayuda para los padres y profesionales que asumen la tarea de educar a los niños y niñas, enriqueciendo su desarrollo en una etapa de su vida tan importante, ya que los primeros años constituyen un período crítico para la mayoría de los aprendizajes básicos. Para facilitar esta tarea, se proporciona un inventario de desarrollo en el que se presentan, de forma secuenciada, las adquisiciones más importantes para cada período de edad y unas fichas de estimulación en las que se encuentran sugerencias para favorecer su aprendizaje. Si hablamos de la Estimulación Precoz o Atención Temprana desde su fundamentación neurológica tendríamos que ceñirnos al tramo de edad comprendido entre los tres primeros años de la vida de las niñas y los niños; pero si nos remontamos históricamente a su evolución en España tendríamos que añadir que, en un principio, en la década de los 70, se dirigió a las niñas y los niños desde su nacimiento y hasta los seis años de edad, basándose fundamentalmente en algunos estudios que claramente demostraron que la durabilidad de sus efectos positivos era mayor si el tratamiento, entre otros factores, se mantenía durante más años. Esta obra nace de la firme convicción de sus autoras de que, aunque en algunas comunidades autónomas se ha limitado la edad a los cuatro años, el continuar dos más aplicando el tratamiento puede ser muy beneficioso para la posterior evolución de los niños. Abundando en la necesidad de realizar un tratamiento evolutivo que empiece cuando nace el niño y continúe a lo largo de sus primeros seis años de vida, el lector puede extrañarse de que esta obra comience cuando la niña o el niño tiene ya cuatro años. Esta circunstancia es fácilmente explicable ya que proponemos que los libros que ahora presentamos sean una continuación del Programa para la Estimulación del Desarrollo Infantil (PEI) coincidiendo, en ambas publicaciones, una de sus autoras. De igual modo que su predecesora, creemos que esta obra puede ser también de gran ayuda no sólo a los profesionales de la Estimulación Precoz, sino también a todos aquellos que se dediquen a la educación de las niñas y de los niños,como son sus padres y sus profesores. En todos los cuadernos se van a encontrar el siguiente esquema: Inventarlo del desarrollo. Se encuentra al principio de cada uno de los libros y tiene una doble finalidad: Evaluación inicial del niño o la niña: nos va a proporcionar una primera aproximación a las conductas que ya tiene adquiridas un determinado niño o niña cuando iniciamos nuestra relación con él. Estos datos, unidos a los que nos aporten los test psicométricos que realicemos, nos van a permitir llegar a una primera aproximación diagnóstica y lo que es más importante a una propuesta inicial de tratamiento. Evaluación continua del proceso de desarrollo: en la medida en que vayamos trabajando con la niña o el niño, el inventario del desarrollo va a ser uno de los instrumentos más importantes para poder seguir su evolución ya que en él iremos reflejando todas las adquisiciones que se van a ir logrando, a la vez que va a ser un instrumento de ayuda fundamental para la toma de decisiones terapéuticas. Fichas de Estimulación. A continuación de los inventarios del desarrollo nos vamos a encontrar las Fichas de Estimulación, encuadradas en apartados referidos a las diferentes subáreas, que están indicadas por una hoja con el título que corresponde a cada una de ellas.Hay, fundamentalmente, dos tipos de fichas de estimulación, unas a las que podemos llamar Teóricas, y que son la guía que va a necesitar el adulto para conseguir los objetivos que se planteen, y otras las Prácticas, que son las que va a utilizar el niño o la niña directamente en sus aprendizajes.
Aunque parezca obvio, queremos hacer unas recomendaciones para evitar dos errores que hemos comprobado experimentalmente que se cometen con frecuencia: No se debe dejar que el niño o la niña trabaje solo, sino que hay que ayudarle y dirigirle en sus actividades. Se debe procurar que no haga un trabajo excesivo de papel y lápiz, ya que su utilización es más propia de etapas posteriores de aprendizaje. Con respecto a las instrucciones que se dan en cada página, deben ser leídas y explicadas por el profesor, ya que se entiende que el niño o la niña todavía no saben leer. Las actividades deben hacerse siempre en un clima de motivación positiva, incluso, si es posible, lúdico. A lo largo del cuaderno, en ocasiones, se indicará que se realicen actividades del ANEXO. Estas actividades, en su mayoría, son de picado o de recortar, por lo que es conveniente que el niño o la niña las haga varias veces hasta que el profesor o tutor considere que las realiza de forma correcta.
La primera medida para aproximarnos a nuestro objetivo ha sido elencar los cien juegos más frecuentes en la población española, entre los dos y los catorce años, y analizar las actividades características de cada juego. El análisis dimensional agrupa las actividades de los juegos en núcleos afines, que ordenados por la media de edad en que tales actividades se practican como un juego, han permitido elaborar unos estadios lúdicos evolutivos que se acoplan a las fases de maduración intelectual. Mediante la observación atenta, por parte de los padres y educadores, de los tipos de aparatos que frecuentan los niños que juegan al aire libre y la utilización de la escala propuesta aquí, se haya la edad lúdica y lo que es más importante, se alerta a los padres en caso de retraso para ayudarles a recuperar el desnivel del juego. Se elencan al final, por edades de más probable uso, quince actividades al aire libre que servirán para establecer una escala base para diagnosticar la edad lúdica.
La autora de este libro, Dra. en Psicología y especialista en Desarrollo del Lenguaje, comienza enfocando el problema desde la consideración de la comprensión lectora como un proceso cognitivo desvelando, de forma accesible, la compleja dinámica mental que los lectores adultos ponen en marcha cada vez que se enfrentan a textos complejos. Pero el modelo de competencia adulta resulta insuficiente si no se complementa con un modelo evolutivo que rastree desde la infancia hasta el final de la adolescencia los obstáculos que hay que ir salvando para alcanzar dicha competencia. De la consideración de ambas perspectivas se deriva un programa de prevención del "analfabetismo funcional" en torno a tres objetivos: Desde la infancia, la vinculación entre el lenguaje oral y el lenguaje escrito para conseguir una lectura correcta, que no distorsione el mensaje que el autor quiere transmitir. Durante la adolescencia, la vinculación de la lectura con el proceso de construcción de la identidad personal para conseguir una lectura significativa, vinculada a los pensamientos, sentimientos y acciones del lector. Al final de la adolescencia, la vinculación de la lectura con los avances cognitivos en memoria, atención, supervisión consciente y autorregulación para conseguir una lectura eficaz, capaz de afrontar los textos más complejos. Los profesionales de la educación encontrarán en este libro una vía sencilla de acceso al conocimiento científico acumulado en torno al proceso lector, así como una serie de propuestas prácticas para evitar que los déficits en comprensión lectora impidan a los alumnos alcanzar el máximo de su potencialidad cognitiva.
Prolijas investigaciones nos han conducido a una manera nueva de entender la inteligencia, que ha sido argumento del tratado "Del Juego a la Inteligencia". Al someterlo a la crítica de psicólogos solventes, alguno de ellos opinó, benévolo, que: "este libro debe ser conocido por la gente, los educadores tienen que saber estas cosas" Pero a la gente no le interesa la demostración científica. Necesitan contenidos, puestos a su alcance. Esta ha sido la razón del "plagio". La novedad en el concepto de inteligencia proviene en parte de la nueva visión del juego, y de cómo podemos hacernos más inteligentes. ¿Qué es el juego? ¿Y cómo repercute sobre la inteligencia? ¿Da lo mismo jugar a cualquier cosa en cualquier momento de la vida? ¿Cómo ayuda el juego a aprender y ser inteligente? En el tratado original se documentan los datos bibliográficos, y se completan con índices de autores y de materias, además de un nuevo anexo pormenorizado de los juegos investigados y su evolución. El texto presente se divide en pequeños capítulos, para ser leídos sin prisa y sosegadamente, como a sorbos, uno cada vez, de forma que la idea se pose, y permita el juego intelectual, dándole vueltas. Se espera que de esta manera, el libro resulte entretenido y que, además de ayudar, recree. No se limita la obra a una lucubración teórica sobre el juego y la inteligencia. Está basada en comprobaciones y aspira a modificar, en la práctica, los hábitos educativos. No se trata sólo de entender. Es una manera de vivir.
En este libro, la autora intenta concienciar a los lectores de las consecuencias tan graves que para el presente y el futuro escolar, profesional y vital del niño con dificultades de aprendizaje escolar que conlleva la práctica - tan extendida entre los clínicos - de asignarle una etiqueta y, con ello, encerrarlo en un cajón desastre, simplemente a partir de datos observacionales o de puntuaciones psicométricas obtenidas en los test, en lugar de ofrecerle un diagnóstico diferencial de la naturaleza de sus déficits (que ninguna de esas dos prácticas permite hacer). Una etiqueta -aún en los pocos casos en los que es correcta- está muy lejos de ser un diagnóstico. Y sólo un buen diagnóstico diferencial que determine la naturaleza exacta de los déficits de cada paciente concreto permite planificar y llevar a cabo un tratamiento eficaz, en vez de una secuencia de palos de ciego. Esta situación llama especialmente la atención si tenemos en cuenta que, desde finales de los años 60 del siglo pasado, los conocimientos acumulados progresivamente por la Neuropsicología Cognitiva se vienen aplicando con éxito al diagnóstico diferencial de las dificultades de aprendizaje escolar y, en consecuencia, al planteamiento, también diferencial, del tratamiento de las dificultades en función de su naturaleza particular en cada caso concreto. En este libro se presenta el acercamiento, desde la Neuropsicología Cognitiva, a los cajones desastre más populares, incluidos los utilizados con los adultos. Los cajones desastre contemplados en el libro son: la disfunción cerebral mínima, la memoria del trabajo, el trastorno específico del lenguaje, la dislexia, el trastorno por déficit de atención, el retraso mental, la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo leve.
En El Niño que habla, Marc Monfort y Adoración Juárez abordaron la intervención pedagógica en el desarrollo normal del lenguaje oral. Siguieron su reflexión metodológica en Estimulación del lenguaje oral (Entha), ofreciendo un modelo aplicable a los niños con dificultades. En esta tercera obra se centran en una patología especialmente grave como es la disfasia, donde se pueden observar las alteraciones más específicas y donde se ponen a prueba la eficacia de los métodos logopédicos.
Jesús Flórez Beledo es Doctor en Medicina y Cirugía (España) y en Farmacología (Ph.D.) (USA), y Catedrático de Farmacología. Es autor de varios libros y más de un centenar de artículos sobre el síndrome de Down. Ha recibido varios premios nacionales e internacionales por sus investigaciones sobre el síndrome de Down, y la Medalla de Oro de Cruz Roja Española. El discurrir de los años permite destilar las visiones y las ideas. Desde aquel contemplar a las personas con discapacidad abandonadas "a la vera de nuestros caminos" pasamos a dar la bienvenida a esa "nueva dimensión" con que la sociedad las empezaba a considerar e introducir en su seno. Es ahora el momento de, finalmente, escrutar las soluciones que debemos brindar en forma de "pilares y actitudes". El encontrar estos pilares y plasmar las actitudes se han convertido, sin duda, en la piedra angular sobre la que se instala todo este magno complejo que vamos construyendo en torno a la discapacidad. Se nos va la fuerza por la boca hablando de apoyos. Y no hay mayor apoyo que la sociedad pueda prestar a una persona con discapacidad que cambiar su bastarda actitud hacia ella quitarse la careta de una vez y reconocer su derecho a vivir, a disfrutar de nuestro mismo aire y de nuestro mismo mundo.
La elaboración del programa ORTOLECO (FUNDAMENTOS PARA LA INTERVENCIÓN EN EL APRENDIZAJE DE LA ORTOGRAFÍA) está basada en investigaciones del conocimiento de la actividad ortográfica desde el marco teórico del enfoque cognitivo. Los contenidos están organizados de lo más simple a lo más complejo, pasando por la realización de actividades propias del procesamiento léxico hasta el procesamiento sintáctico-semántico con palabras, oraciones y textos. Las actividades planteadas implican el uso de las rutas: semántica (directa) y/o asemántica o indirectas (lexico-fonológica y subléxica), estando enfocadas a lograr el adecuado aprendizaje de las normas ortográficas a través de los procesos lecto-escritores (comprensión y producción) buscando la automatización de las normas y, por lo tanto, su generalización a cualquier contexto en el que se use el lenguaje. La ortografía se aborda a través del tratamiento de: Errores por arbitrariedad de base fonética. Potenciación de contenidos sintácticos-semánticos de tipo gramatical. La corrección de errores originados por un inadecuado procesamiento fonológico, por el uso incorrecto de las reglas ortográficas, errores por déficit de atención. Uso de diccionario. Todo esto se completa con evaluaciones iniciales y finales para ver la progresión, junto al uso de reforzadores positivos dispensados a los largo de las unidades de trabajo. Los cuadernos se presentan con una doble orientación: Del 1 al 10 (serie azul) siguiendo los fonemas. Del 11 al 14 (serie rosa) siguiendo niveles progresivos de la Educación Primaria y Secundaria.
Yo también ¡quiero escribir! es un programa para aprender a escribir los grafemas y palabras con letra enlazada a través de los siguientes pasos: Actividades previas de entrenamiento. Adquisición del trazo y direccionalidad de cada uno de los grafemas. Adquisición del trazo, direccionalidad y enlaces en la escritura de la palabra. Evaluación a través de actividades de autodictados de palabras y frases como adquisición del nivel simbólico de la escritura. El programa está compuesto por 276 fichas distribuidas en los siguientes cuadernos de trabajo: Cuaderno nº1: 40 fichas. Preescritura de grecas. Grafema de vocales. Cuaderno nº 2: 69 fichas. Grafemas: s-p-l-m-t-ca,co,cu-que,qui-n-d. Cuaderno nº 3: 58 fichas. r-rr-h-b-v-ñ-ga,go,gu,gue,gui-f. Cuaderno nº 4: 59 fichas. ll-y-za,zo,zu,ce,ci-ch,-j,ge,gi-x-k-w-gü. Cuaderno nº 5: 58 fichas. pl-cl-fl-bl-gl-pr-tr-cr-br-fr-gr-dr y autodictado de frases. Para la utilización de cualquiera de los cuadernos es necesaria la Guía, que puede descargarse gratuitamente, que incluye los registros de evaluación.
Dentro de los diferentes síntomas que presentan los niños y niñas con dificultades escolares y los distintos aspectos de estás, nos encontramos con las que se refieren concretamente al aprendizaje de las materias instrumentales y que se han englobado dentro del término de DISLEXIA. Es un hecho hoy en día el gran número de niños y niñas que presentan alteraciones en el proceso de aprendizaje de la lectura, escritura o cálculo, hasta el punto de hacernos pensar en un aumento de alumnos-problema con relación a épocas anteriores. Aunque es cierto que poseemos en la actualidad mejores técnicas de diagnóstico de estos problemas y existe una mayor sensibilización socio-escolar para detectarlos, hay que tener presente la existencia de algunos factores que, posiblemente, estén favoreciendo ese aumento de casos. Unos programas de enseñanza poco adecuados a la realidad psicológica de los niños o unos métodos y procedimientos que no tienen en cuenta las distintas fases del desarrollo o las diferencias individuales con que éste se produce en cada niña o niño, tienden a favorecer la aparición de problemas de aprendizaje. Las características de la sociedad en que vivimos, especialmente la competitividad y fuerte incremento del ritmo de vida, que el niño vivencia a través de las actitudes de los adultos que le rodean, son sin lugar a dudas, si no causa directa, sí factor predisponente de estos trastornos de aprendizaje. El niño o la niña se encuentra con padres y educadores que adoptan posturas exigentes ante el rendimiento escolar, o hipertrofian el valor que éste tiene (notas y calificaciones). No se deja lugar para el error. Se olvida que éste es un escalón más en el proceso del aprendizaje, desde el que poder partir de nuevo hacia la meta de un ensayo más. ¿No es así como adquiere valor la experiencia que ayuda a crecer? Esta situación de exigencia crea en gran número de niños y niñas una reacción negativa y en lugar de superar las dificultades que naturalmente surgen ante el aprendizaje de unas técnicas nuevas, las aumentan y sobreviene el fracaso con todas sus secuelas psicológicas y sociales, alterando la vida y desarrollo del niño o de la niña. Al plantearnos cómo ayudar a estos escolares con dificultades disléxicas, hemos tenido presente los distintos campos en que se manifiestan específicamente: Alteraciones de la Percepción Visual y Auditiva. Problemas de Lenguaje en su Compresión y Expresión. Percepción y Orientación Espacio-Temporal. Conocimiento de su Esquema Corporal y Dominio Lateral. Coordinación Visomotriz. De esa forma se han seleccionado una serie de ejercicios correspondientes a cada una de esas áreas. Pero no podemos olvidar nunca la personalidad integral del niño o de la niña, o la ayuda que intentemos prestarle quedará incompleta, si no le damos el apoyo afectivo necesario para el desarrollo completo de su Yo personal. El uso de este material es realmente sencillo, ya que cada ficha se presenta con su correspondiente orden de trabajo. No obstante, se facilitan unas normas y la descripción y solución de algunos ejercicios que pudieran presentar alguna dificultad. Las fichas se han elaborado recopilando gran variedad de ejercicios, de tal manera que no solo actúen sobre cada área específica, sino que también produzcan una transferencia positiva en el resto. El orden de presentación de las fichas no implica que deba ser mantenido en su ejecución. El reeducador podrá intensificar los que sean más idóneos para la corrección de las dificultades diagnosticadas en cada caso, teniendo en cuenta que la mayoría de los niños y niñas afectados padecen trastornos en varias de las áreas señaladas. Esto es debido a la correspondencia que existe entre ellas y a estar estrechamente relacionadas con el aprendizaje escolar. Los ejercicios de cada área se presentan en orden creciente de dificultad. Se han intercalado algunos ejercicios más sencillos que sirven de repaso o afianzamiento. Es parte del tratamiento que el niño o la niña establezcan un buen contacto afectivo con el reeducador. Se sabe que, en muchos casos, la dislexia puede tener como origen problemas afectivos, sin olvidar los trastornos de comportamiento de los niños fracasados: pérdida de interés o, incluso, rechazo por lo escolar, pérdida de confianza en sí mismo, sentimiento de ser rechazado por los demás, etc. El adulto dispuesto a ayudar a un niño en sus dificultades de aprendizaje tendrá en cuenta que: Debe hacer sentir al niño o niña que se le acepta con sus problemas y se está dispuesto a ayudarle a resolverlos. Le ha de dar el apoyo necesario para que recupere el gusto por el trabajo escolar, aumente la seguridad en sí mismo y mejore su autovaloración. Le facilitará ocasiones de éxito proponiéndole ejercicios adecuados a su personalidad y nivel de dificultades específicas. Los ejercicios deben atender a los principios de simplicidad, graduación y repetición. Respecto a esto último conviene aclarar que la mera repetición mecánica carece de valor terapéutico. No se debe olvidar nunca dar cabida a la creatividad y originalidad espontánea de los niños, permitiéndole intervenir en los cambios y variaciones que sean precisos. Es básico en el trabajo de reeducación tener presente que educar no es "manipular al niño" para que siga la norma establecida.