En catalán o en castellano, en francés o en italiano, en portugués o en rumano, no hablamos más que un latín evolucionado respecto al idioma original que se expandió por Europa desde la Península itálica. Pero es que además lo hablamos como lo hablaba César o Catulo en algunas frases que se han conservado intactas hasta hoy en día. De la gran Roma no han perdurado sólo el anfiteatro de Tarraco o la muralla de Barcino; sino que también han aguantado hasta hoy, en mejor estado y sin pérdidas, mea culpa, spa, cum laude o alea iacta est. Unas provienen del derecho (dura lex sed lex), la filosofía (ex nihilo nihil fit) o la tradición cristiana (quo vadis), otras de la literatura (carpe diem), la historia (ave Caesar, morituri te salutant) o el saber popular (excusatio non petita, ac-cusatio manifesta). Este libro propone un viaje por las más usadas con unas deliciosas explicaciones de Josep Manuel Udina, que rastrea la etimología de cada una, a menudo sorprendentes, y sus significados actuales; un paseo entretenido por los dibujos que Toni Batllori ha creado ad hoc para esta obra; y acaba con una muestra de la presencia del latín en la calle y en la prensa elaborada por Pere Led. No hay duda, hic et nunc, aquí y ahora, seguimos hablamos latín.
Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2015 Los diarios personales son, y han sido, un refugio, una válvula de escape, un inventario, una forma de reflexión, un grito de libertad o de protesta. Galardonado con el Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos, Pasé la mañana escribiendo reúne las voces principales del diarismo español, hasta ahora dispersas y apenas estudiadas, desde los orígenes hasta los diaristas contemporáneos, rescatando una tradición tan valiosa como ignorada.
Los aforismos son pensamientos autistas, destellos metafóricos intransitivos, destinados a no ser comprendidos de inmediato sino después de envolver al lector en una incógnita; son también puntas de iceberg autosuficientes que no siempre delatan al iceberg que dicen representar; son chispazos de incomprensión que lentamente abren su laberinto a la lucidez; son ideas o fragmentos de ideas o moléculas de ideas provisionales suspendidas por igual en el aire de la razón y de la fantasía; son, en resumidas cuentas, huellas en la nieve cuyo seguimiento no es garantía de salvación, sino solo de otra presencia que ya no está.
" El laberinto de la soledad " es una de las piezas clave de la literatura moderna, ensayo él mismo moderno y reflexión crítica sobre la modernidad. En la historia de la literatura hispanoamericana se trata de la prosa ensayística más importante de este siglo, la que ha influido más en el pensamiento y en la literatura de lengua española y la que más ha resonado en los de otras lenguas. En el contexto intelectual hispánico, pertenece a la tradición del ensayo de identidad nacional. En palabras de Octavio Paz: " Es un libro dentro de la tradición francesa del " moralismo " . Es una descripción de ciertas actitudes, por una parte, y, por otra, un ensayo de interpretación histórica " . Es una voluntad de interpretar críticamente la realidad histórica de México. Esta edición revisa y corrige la anterior publicada en esta misma colección, y aumenta los textos, en especial el que da nombre al volumen y " Posdata " , que añadió Octavio Paz al tomo 8 de las " Obras completas " (1993).
La transparencia y el secreto han merecido, en los últimos años, un renovado interés en el discurso público. A veces olvidados en el ámbito académico, una reflexión sobre estos términos representa, sin embargo, la oportunidad para indagar el sentido de algunas de las problemáticas que definen nuestra época. Tras fenómenos tan recientes como el affaire Snowden o las filtraciones de WikiLeaks, que han destacado su vigencia, la semiótica se ve impulsada a ofrecer análisis que den cuenta de la renovada centralidad de esta diada conceptual en la cultura contemporánea. En esta línea, estudiosos españoles e internacionales se reúnen aquí para explorar, sub specie semioticae, las manifestaciones del secreto y de la transparencia en campos distintos como la comunicación política, la moda, el periodismo, la arquitectura, la publicidad o el arte.
Buen conocedor de la geografía y la historia españolas, Azaña siempre se consideró español, pero esa declaración no evitó que reconociese los defectos del país «su locura, su violencia su desidia, su atraso, su envidia», con los que se negó a ser indulgente. En esta tercera antología del pensamiento del gran intelectual español, dirigida por el editor José Esteban, se recopilan los textos de Azaña sobre el concepto de patria «Yo nunca he sido españolista ni patriotero», su defensa a ultranza de la unidad nacional, pero al mismo tiempo su respeto ante la reivindicación del Estatuto catalán, su apoyo a la defensa de las diferentes lenguas y su claro convencimiento de que el denominado problema vasco-catalán no es algo eterno ni irresoluble, tal y como aseguraba Ortega y Gasset. Su habitual clarividencia le lleva a pronosticar un acercamiento a Franco del nacionalismo vasco y su talante dialogante a tender puentes de acercamiento para conseguir que cada región tenga su propia Hacienda, aunque no así su Universidad particular. Azaña reflexiona sobre el carácter de sus conciudadanos y las diferencias que pueblan el territorio común de la República.
Sorprendentes relatos rescatados de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud que, como destaca en su prólogo Juan José Millás, «poseen una eficacia narrativa que había permanecido oculta hasta la presente edición». Freud no solo fue uno de los más grandes exploradores de la mente humana, sino también un excelente prosista con una amplísima cultura humanística. En ninguna parte quedan mejor reflejadas estas dos facetas como en sus legendarios casos clínicos, cuya estructura, según el novelista John Updike, «tiene una elegancia arquitectónica que iguala a la de los mejores escritores de su tiempo». Este libro, al cuidado de la psicoanalista Isabel Menéndez, presenta desde un punto de vista literario veinte de esos casos, narraciones extraordinarias que reflejan los temas más importantes en la búsqueda freudiana. La primera parte reúne breves y deslumbrantes historias sobre casos de sugestión e hipnosis, entresacadas de sus grandes trabajos técnicos, que alumbran el conocimiento del inconsciente. La segunda, textos inmersos en los trabajos que le llevaron a elaborar las teorías sobre la neuropsicosis de defensa y las obsesiones y fobias. Y finalmente, tres grandes relatos sobre paranoia y homosexualidad que culminan con una verdadera obra maestra: Una neurosis demoniaca en el siglo XVII.
«Un maravilloso libro de errancia y de paseo en el que vemos lo diferentes, y a la vez lo parecidos, que somos todavía de ese serenísimo y enigmático pionero de la ciencia y forjador del estilo literario, cuya prosa es una de las cimas de la literatura inglesa, si se atiende a Borges y a mi humilde persona». JAVIER MARÍAS La extraordinaria figura del médico, filósofo y escritor Sir Thomas Browne ha despertado la admiración de figuras como Virginia Woolf, Vladimir Nabokov o W. G. Sebald, en cuyas respectivas obras pueden rastrearse influencias de su espléndida escritura. En este ingenioso ensayo, mezcla de biografía, estudio etimológico e historia cultural, Aldersey-Williams rescata a Browne del siglo XVII y, a la par que celebra su inteligencia, examina con él las principales contradicciones intelectuales de su época, logrando así que nos replanteemos las supuestas certezas de nuestro propio tiempo. El desinteresado entusiasmo de Sir Thomas por el conocimiento de cualquier orden, desde la botánica o la ornitología hasta los ritos funerarios, logra en todo momento transmitir al lector de hoy en día el pensamiento de un personaje tan irrepetible como atemporal.
En 1970 Jorge Edwards llegó a Cuba, por encargo del gobierno de Salvador Allende, para reabrir las relaciones diplomáticas con Chile. Su expulsión de la isla, decretada por Fidel Castro pocos meses después, supuso el primer gran borrón democrático del régimen castrista. Ahora, tras la muerte del comandante, hace balance de lo que ha supuesto el largo mandato del revolucionario comunista, así como su impacto en América y en el resto del mundo. Pero Prosas infiltradas no es solo un análisis sobre la actualidad política y social, sino un homenaje al ensayo literario, a la gran cultura del pensamiento occidental. Por sus páginas desfilan creadores como Montaigne, Voltaire, Laurence Sterne, Marcel Proust, Machado de Assis, Unamuno y, sobre todo, personajes con los que ha compartido experiencias y anécdotas: Borges, Octavio Paz, Pablo Neruda, Julio Cortázar
« Cuando yo era joven, ir solo al bistrot era uno de los primeros gestos de independencia.» Marc Augé explora el gran teatro del bistrot y sus actores: camareros y clientes. Visto con los ojos del etnólogo, el bistrot es el reino de las relaciones «superficiales», aquellas en las que la acción del intercambio importa mucho más que su finalidad. Un gran bistrot en su hora punta es un lugar rebosante de vida y de emociones en el que se habla para no decir nada, gestos apenas esbozados, miradas pasajeras. Espacio relacional pero también literario, como modelo de civilización que Francia ha exportado a todo el mundo, el bistrot no es solo una imagen, es un objeto del paisaje urbano que reivindica su propia historia, una geografía y a partir de ahora también su etnología. Marc Augé, etnólogo y escritor, fue presidente de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de 1985 a 1995. Es uno de los grandes antropólogos contemporáneos. Después de algunos trabajos dedicados al continente africano y de obras teóricas actualmente se dedica a la observación y al estudio de contextos más familiares.
En nuestra sociedad, hemos llegado a un punto en el que fingir no es aceptable, en el que mostrarse como alguien que no se es en realidad buscando una sublimación de la personalidad, una faceta alternativa con la que mostrarnos ante los demás se considera poco menos que un fraude. No hay mayor pecado que ser pretencioso, aspirar a una realidad superior, a modificar la rigidez de una vida mediocre con algún que otro destello de ficción. Y, sin embargo, si no existiera la pretenciosidad, nunca hubiéramos alcanzado algunas de las grandes cumbres de la cultura pop, ni se hubieran dado las condiciones para que mucha gente, en el fondo normal, hubiera tenido la posibilidad de mostrarse ante los demás como rotundamente genial. En este ensayo provocador, Dan Fox se plantea una defensa numantina de la falsedad como una parte fundamental de nuestra cultura, una aproximación al yo que no debería ser censurable, sino alentada desde todas las vías posibles. Tanto si se trata de plantar cara a la idea consensuada de cómo debemos comportarnos y practicar el arte si nadie fuera pretencioso, si nadie aspirara a más, nunca podríamos evolucionar, como si aplicamos la idea a nuestras expectativas de autosuperación o diferenciación de los demás, lo pretencioso ha demostrado ser una forma de expresión útil y necesaria. La tesis de Fox defiende que acusar a los demás de elitismo es el último refugio de los mediocres, que la igualación del talento va en contra del progreso, y que debería haber en nuestra cultura una defensa abierta de quienes, simplemente siendo diferentes y creyéndose especiales, hacen de nuestra sociedad un lugar mejor.