«Siempre he pensado -afirma Raffaele La Capria en el posfacio incluido en este volumen- que Capri era un tema imposible, un tema que escritores y artistas harían bien en evitar, porque hay algo demasiado vigoroso e imponente en la naturaleza de esta isla, algo que hechiza y convierte en ridículo e inadecuado cualquier intento de captar su magia. Pero al leer estas páginas sobre Capri escritas por Savinio en 1926, felizmente halladas entre sus papeles, he tenido que cambiar de idea. ¡Qué librito embriagador ha salido de ellas! ¡Cómo resplandece de "vibrante fulgor" su estilo, qué "variedad de luz" ilumina cada línea, y cómo rivalizan con los de la isla los colores de las imágenes y de las palabras, hasta alcanzar la misma e irrepetible transparencia! Por una vez, Capri ha encontrado a un escritor a la altura de su mito.»
Hubert Nyssen, fundador de la imprescindible editorial francesa Actes Sud, despliega en este libro algunos recuerdos y reflexiones sobre el oficio de editor, las relaciones con sus autores, los tropiezos y las satisfacciones de varias décadas sirviendo de ligazón entre el autor y el lector: Ser editor, lo supe aquel día, no es solamente poseer un savoir faire y el recuerdo de ciertas enseñanzas. Consiste, en primer lugar, en manifestar un querer hacer, aliado con un querer soñar. Es también, en ocasiones, un saber sobrevivir. Digamos más sencillamente que es tener un ápice de locura o, si se prefiere: ser más obstinado que una mula.
Ésta es la tercera pieza del gran edificio de la contrahistoria de la filosofía que Michel Onfray levanta a contracorriente de los manuales al uso, después de haber sacado a la luz a los «proscritos» y los «malditos» de la historia racionalista, idealista y cristiana de la Antigüedad y la Edad Media: los materialistas y los hedonistas. En Los libertinos barrocos se ocupa del siglo XVII francés, deconstruyendo los mitos y las leyendas de la historia oficial y descubriendo una constelación de «libertinos barrocos», los protagonistas de una importante revolución. Defienden un pensamiento inspirado en el relativismo y el perspectivismo, son partidarios del nuevo modelo científico, escépticos en materia de religión, que no desdeñan del todo, pero que matizan y reivindican la plena libertad filosófica, que combinan con su apoyo a la moral epicúrea y el sensualismo. «Un documento capital. Por fin aparece una historia de la filosofía que evoca los continentes perdidos y aborda la filosofía bajo el ángulo de la felicidad y el hedonismo antes que de la razón y la metafísica» (François Busnel, Lire).
Junto a la pregunta teórica o histórica: «¿Qué es literatura?», se plantea hoy de manera acuciante una pregunta crítica y política: «¿Para qué sirve la literatura?» ¿Qué valor le conceden la sociedad y la cultura contemporáneas?_¿Qué utilidad tiene? ¿Qué rol debe jugar? ¿Por qué defender su presencia en la escuela? «Mi fe en el futuro de la literatura?escribió Italo Calvino?consiste en saber que hay cosas que sólo ella puede darnos». ¿Para qué sirve la literatura? _fue la lección inaugural de Compagnon en su cátedra en el Collège de France, leída el 30 de noviembre de 2006. Una reflexión franca sobre los usos y el poder de la literatura.
El único cuadro que se conserva del heterodoxo y vital Torrentius?Jan Simonz van de Beeck?, que llegó a ser pintor del rey de Inglaterra y murió en la ignominia, su Naturaleza muerta con brida, da nombre a esta iluminadora colección de ensayos y apócrifos que Zbigniew Herbert, uno de los mayores poetas europeos del siglo xx, dedica a Holanda o, para ser más precisos, al esplendor de una región que en su momento concentró a muchos de los más grandes artistas de la historia. Este extraordinario libro es celebración del arte y de la vida a través de la mirada libre y entusiasta de quien sabe poner en transparencia poética la magia, la intensidad y el detalle de las obras pictóricas que se le ofrecen y la curiosidad por aquellos que las hicieron posibles y su mundo, para, al cabo, acompañarnos por los territorios de la más honda verdad humana.
Poco antes de la invasión nazi de París y de emprender viaje hacia el exilio, Rachel Bespaloff comenzó a escribir De la Ilíada, un ensayo cautivador y penetrante, que ella definió como su modo de encarar la guerra: «Donde la historia muestra murallas y fronteras, la poesía descubre, más allá de los conflictos, la misteriosa predestinación que hace dignos el uno del otro a los adversarios llamados a un encuentro inexorable. Por eso Homero pide reparación únicamente a la poesía, la cual extrae de la belleza reconquistada el secreto de la justicia vetado a la historia. Solo ella restituye al mundo oscurecido la dignidad ofuscada por el orgullo de los vencedores y el silencio de los vencidos.»
Éste es un viaje para descubrir los libros, a sus autores y a nosotros mismos. Comienza en las lecturas de la infancia y la adolescencia, esos libros que contagian el placer de la lectura. Luego están los libros que nos han formado, que nos han herido y que han sabido también curarnos. Los libros que permiten conocer y ordenar el mundo. Sobre todo, los que ensanchan los confines de la literatura y transportan más allá de ésta. En el corazón de este volumen está la crisis que se extiende desde el siglo XX hasta nuestros días. Magris busca las raíces de esta crisis en el Romanticismo y la rastrea en las tragedias que han marcado nuestra historia reciente. Alfabetos habla sobre todo de libros que chocan con la vida y con la Historia, plasmando las existencias cotidianas de sus lectores. Y recoge las contradicciones a veces trágicas de la literatura y de sus autores. Por esta razón, el recorrido se termina con una reflexión sobre la necesidad del compromiso. «Hablando de libros habla de sí mismo y de nosotros» (Massimo Romano, Il nostro tempo); «Magris nunca deja de evocar, mediante la literatura, el sentido del presente, invocando convivencia y fraternidad, crítica y rigor, compasión y descontento» (Enzo di Mauro).
El pensamiento de René Girard cobra vigencia al servir de instrumento de análisis de diversos fenómenos de violencia actuales que tienen características miméticas. Girard es radical al afirmar que es un error razonar dentro de la categoría de "diferencia" cuando la raíz de todos los conflictos es más bien en la "similitud", la competición, la rivalidad mimética entre las personas, países, culturas. Girard, en parte de su obra se dedica a analizar y develar la violencia en las relaciones interpersonales, ya sea entre parientes, amigos, parejas. De manera ejemplar se analizan las relaciones miméticas interpersonales en la obra Shakespeare.
Una antología de los mejores ensayos literarios que Auden escribió mientras componía el grueso de su obra poética madura. Muy pocos poetas en el siglo XX consiguieron alcanzar el nivel de extrema exigencia y aceptación popular que logró W. H. Auden, un éxito que sin duda se explica por su virtuosismo, por su dominio del lenguaje y la técnica, por su fraseo inconfundible, pero también por la inteligencia y la calidad reflexiva de sus poemas, en definitiva por su talento crítico. Este volumen recoge una amplia antología de los mejores ensayos literarios que Auden escribió mientras componía el grueso de su obra poética madura, entre los años cuarenta y principios de los setenta. En todo momento, ya sea para hablar de una contemporánea como Marianne Moore, de un maestro como Paul Valéry, de un clásico como Shakespeare o del legado de la civilización griega, el poeta demuestra una iluminadora perspicacia como lector, sin dar nunca nada por sentado, desafiando tópicos académicos e históricos, con un gran sentido del humor y una contagiosa libertad interpretativa. «Me es difícil encontrar un denominador común entre la gente que me gusta o admiro; en cambio, sé muy bien lo que comparten las personas a las que quiero: siempre me puedo reír con ellos.»W.H. Auden Reseñas:«Wystan Hugh Auden es la mayor inteligencia del siglo XX.»Joseph Brodsky «El uno era el público perfecto del otro, y a la inversa. La indirecta más sutil o el matiz más imperceptible de un sentido nunca pasaban desapercibidos entre nosotros.»Christopher Isherwood
«Existe un vasto grupo compuesto por todos aquellos que alguna vez le leyeron en voz alta a Borges: pequeños Boswells que raramente conocen la identidad de los otros pero que, de forma colectiva, mantienen la memoria de uno de los más cabales lectores del mundo (...) Durante varios años, de 1964 a 1968, tuve la inmensa fortuna de contarme entre los muchos que le leían a Jorge Luis Borges. Trabajaba por las tardes, al salir de la escuela, en una librería anglo-alemana de Buenos Aires, Pygmalion, que Borges frecuentaba como cliente» Con estas palabras inicia Alberto Manguel su libro homenaje al magistral escritor argentino. Un libro sembrado de emociones, vivencias y admiración. Con el estilo ameno y la erudición que le caracterizan, Alberto Manguel repasa en el baúl de sus recuerdos los momentos que compartió con el autor de El Aleph. Nos relata las lecturas y relecturas en voz alta de los libros que la ceguera le impedía escrutar. Las conversaciones y reflexiones de un Borges siempre sorprendente, su insaciable curiosidad y las sugerencias que le producían las mismas a Manguel. Magníficamente ilustrado con las fotografías de Sara Facio, Con Borges es un ensayo imprescindible para comprender las ambigüedades y simetrías de la ficción borgiana, siempre presidida por los arquetipos de la memoria, el tiempo y la eternidad. Un retrato del autor argentino que nos devuelve la fe en el poder, misterio y deleite del mundo de los libros.
«De vez en cuando me han pedido que contara mi experiencia personal de la literatura o que escribiera sobre algunos de mis maestros, y yo he procurado hacerlo siempre con un máximo de claridad y franqueza. Cuando he tenido que explicarme en público, he procurado hacerlo por escrito: detesto la improvisación, la charla presuntamente espontánea y en el fondo hecha de muletillas y rutinas, de una autoindulgencia intelectual que se ha convertido en costumbre cuando los escritores van a eso que se llama, algo ignominiosamente, hacer bolos.» Con ese mismo espíritu #claridad y franqueza# Antonio Muñoz Molina ha recogido en este volumen un conjunto de textos fundamentales, apasionados y rigurosos que, tanto individual como colectivamente, constituyen la más cabal introducción a la poética y al modo de entender la literatura de uno de los grandes escritores españoles de este siglo.
Cuenta Simon Leys que cuando era un joven estudiante tuvo la suerte de acudir a una peculiar escuela en Hong Kong. Uno de sus condiscípulos, calígrafo y grabador, la bautizó como «Escuela de la inutilidad», y en ella pasó Leys unos «años intensos y gozosos, en los que aprender y vivir eran lo mismo». Sólo más tarde descubriría el escritor belga que, puesto que el saber más ocioso constituye el fundamento de los valores esenciales de nuestra humanidad, a esos años debía lo más decisivo de su formación. Esta antología de ensayos reúne toda la sabiduría «inútil» que acumuló a lo largo de su vida: en ella se dan cita personajes, imaginarios o reales, tan diversos como don Quijote y el inspector Maigret, Confucio y Mao Zedong, o Magallanes y los náufragos de las remotas islas Auckland. Todos ellos atestiguan la espléndida travesía intelectual del lector voraz que fue Leys, conocedor privilegiado de la literatura occidental y la cultura china.
En 1765 aparecía la edición a cargo de Samuel Johnson de las obras de Shakespeare, y con el prefacio que abría la serie de ocho volúmenes se iniciaba la lectura crítica moderna de uno de los genios literarios más celebrados de todos los tiempos. Johnson, crítico impecable y a su vez autor prolífico, trazó los caminos que todavía hoy guían nuestra lectura?incesante y siempre renovada?de Shakespeare: en primer lugar, que el autor de Hamlet fue ante todo un hombre de teatro (dramaturgo y actor), atento a la relación entre la acción escénica y la reacción del público; en segundo lugar, que sus personajes no son héroes de corte clásico, son hombres que actúan como lo haría el lector?o el espectador?si estuviera en su situación. Y en tercer lugar?y el más importante?, más que un autor estrechamente vinculado a sus contemporáneos, Shakespeare trasciende en este ensayo las fronteras de su tiempo y se erige como contemporáneo de la posteridad.