He aquí una conmovedora descripción de la auténtica humanidad de Jesús de Nazaret que subraya sus rasgos más profundamente humanos y los sitúa en su verdadero contexto: su llamada a la misión; el modo en que lo veían sus contemporáneos; sus intereses y preocupaciones; sus prioridades; la reacción de los demás ante su persona y su visión de la vida.
El mayor secreto, y no es ningún secreto, se encuentra en el amor, donde resida el mayor de los poderes. Si el amor vive en nosotros y con nosotros, siempre tendremos vida, y además, llegaremos a conocer a Dios, y cuando eso suceda, experimentaremos algo sencillo y grandioso, algo muy especial. Si queremos encontrarnos con la alegría de la vida, con la felicidad, y disfrutar de algunos de sus bienes, necesitamos, desde la sencillez de nuestro camino, y una actitud positiva, ser conscientes de que estamos vivos, y perseverar en el esfuerzo por mejorar en todo lo que hacemos. Estoy plenamente convencido, de que si queremos tenerlo todo, hemos de desprendernos de todo, practicar el desapego, para que así, nada nos esclavice, nada nos domine, y nada condicione nuestro propio encuentro, el encuentro y conocimiento de nuestra verdad, para que dando vida a esa verdad, descubramos y disfrutemos de la verdad de la vida. A veces, queremos tener tanto, que es la nada la que nos visita, y queremos ir tan deprisa, que ni siquiera somos capaces de dar un paso adelante. ¡Qué perdidos caminamos, si creemos necesitar mucho para tener lo que tanto buscamos y deseamos!
A través de la historia de María Magdalena, Margaret George narra un período clave de la Historia: el nacimiento del cristianismo. María Magdalena se caracterizó desde sus primeros años por su deseo de conocimiento, así como por sus visiones. Su encuentro con un joven profeta, Jesús, la ayudó a encontrar un sentido a su propia vida. María pasó a formar parte del círculo más cercano de Jesús, contribuyendo activamente a la forja de una nueva fe, no sin grandes sacrificios personales. Su elección, sin embargo, le obligó a renunciar a su marido y a su hija, un sacrificio que despertó toda clase de rumores que han llegado hasta nuestros días.
«Sería bueno que la Iglesia, todas las iglesias, volvieran a inspirarse sin miedo en las palabras y la actitud de Jesús hacia las mujeres, asumiendo su visión del mundo.»Enzo Bianchi «Levántate, mujer, muestra la frente, quédate firme, no vivas agachada.» Cuentan los sabios que todo buen judío, al levantarse por la mañana, daba gracias a su dios por no ser pagano, mujer o esclavo. ¿Cuál era entonces el papel de las mujeres en los tiempos de Jesús? Las vírgenes eran presas codiciadas para el matrimonio, y las casadas gobernaban como dueñas del hogar y maestras de sus hijos, a resguardo de la mirada ajena y al amparo de unas leyes creadas por los hombres. A lo largo de los siglos, la Iglesia se ha preocupado por seguir estas reglas y alejar del poder fáctico a la mujer, pero Enzo Bianchi ha repasado con atención algunos textos sagrados para mostrarnos la actitud de Jesús hacia las figuras femeninas que se cruzaron en su vida: mujeres enfermas, extranjeras, adúlteras, que se acercaron y recibieron de él palabras de respeto y aliento. Y, entre ellas, destaca la imagen de María Magdalena, que la Historia con mayúsculas ha tratado de manera extravagante y a menudo perversa, pero que en boca de Jesús fue apóstol de los apóstoles, mujer sabia y poderosa. Jesús y las mujeres es un ensayo honesto y polémico que nos acerca a la historia viva de otros tiempos, y sus palabras encuentran eco en nuestra realidad.
Nunca se había hecho antes. Todo lo que se sabe sobre Jesús de Nazaret, recogido en los evangelios, libros y manuscritos antiguos, transmitido a través de la fuente escrita, se ha ordenado cronológicamente para componer la vida de Jesús: infancia, vida pública, pasión y muerte y resurrección. Más de cincuenta textos de los primeros siglos de nuestra era unificados bajo un único criterio: que el lector tenga acceso de primera mano a las fuentes originales, sin intermediarios, en un diálogo directo con el pasado de la palabra, con cada pasaje de los evangelios, y llegar así a confirmar, matizar o reformular la idea que tiene de la figura de Jesucristo, de manera que pueda responder, personalmente, a la pregunta que Él lanzó a sus discípulos: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Un cuerpo de carne y sangre. Con estas palabras define el Pseudo-Tertuliano (V, 197) la humanidad de Jesucristo. Frente a los marcionitas, que desdibujan la realidad carnal del Señor, nuestro autor insiste en que la carne de Jesús es verdadera. Se puede ver y tocar. Hasta el punto de que esta carne se convierte en el fundamento de todos los misterios de la vida del Salvador, especialmente de su Pasión, Muerte y Resurrección. A lo largo de los 1302 hexámetros que posee el Carmen adversus Marcionem podemos encontrar esta constante realista, que se abre también a la afirmación de la identidad entre la carne de Cristo y la del hombre. No conocemos el nombre del poeta que escribió la obra que es objeto de nuestro estudio. Tampoco se ha logrado llegar a datos seguros sobre la fecha de su composición. Sólo nos ha llegado su extenso poema, no muy valorado desde el punto de vista estilístico. Estas dificultades, sin embargo, no son óbice para que un análisis sosegado del mismo pueda desvelar un argumento cristológico de gran calado. Efectivamente, esta cristología enmarcada en la controversia antijudía y antimarcionita de la época se construye sobre elementos de gran atracción teológica. Así, encontramos hondas reflexiones sobre la mediación de Cristo en la Creación y las prefiguraciones del Salvador en el Antiguo Testamento. No olvida detenerse el autor en las expresiones para la Encarnación y el bifisismo, como tampoco deja en el tintero interesantes razonamientos sobre los misterios en carne de la vida de Jesucristo o sobre su sacerdocio. En definitiva, el lector tiene la oportunidad de adentrarse, por primera vez, en los profundos hitos cristológicos del Pseudo-Tertuliano.
Adéntrese en la vida y la época de Jesús de Nazaret y conozca las dimensiones históricas y espirituales del mundo en el que vivió a través de los descubrimientos más recientes de la investigación forense, la arqueología, la geografía y la historia de la cultura. Asista al origen de la cristiandad y entienda cómo se erigieron los cimentos de buena parte de la civilización occidental.
Nueva edición de un clásico de la espiritualidad del P. Larrañaga: El pobre de Nazaret. Esta obra no es una cristología, ni siquiera una biografía de Jesús, sino una memoria viva del hombre, que se descubre a sí mismo como Hijo bienamado del Padre, y desde esa experiencia singular e irrepetible va descubriendo, también dolorosamente, su misión esencial como el «pobre de Dios», en la línea del profeta Isaías. El pobre de Nazaret es una creación original que aporta una rica y matizada información documental, histórica y doctrinal, pero incluye también elementos de ficción, estrictamente apoyados en los evangelios. Es un texto de carácter testimonial, original en el tratamiento del tema, que se inscribe propiamente en la literatura narrativa, transmitiéndonos con propiedad y eficacia lo más sustancial de la vida y el mensaje de Jesús de Nazaret.
Crist i la història. Els inicis de la historiografia eclesiàstica catalana en el seu context europeu té diversos objectius: intenta explicar les aportacions de la historiografia eclesiàstica a la historiografia en general; insereix la historiografia eclesiàstica catalana en un corrent historiogràfic comú a l?occident d?Europa i analitza l?evolució de la historiografia eclesiàstica des dels seus inicis fins a l?Època Moderna. Aquest llibre està dividit en set grans apartats temàtics que descriuen, entre d?altres: - L?aportació dels precursors grecs, romans i jueus a la historiografia cristiana, ja quant a gèneres historiogràfics com les cròniques o els miralls, ja quant a conceptes com ara el de tribunal de la història o el de dret de resistència. - Els inicis de la historiografia cristiana, a través de gèneres com martirologis, passionaris, llegendaris, flors i miracles, hagiografies, catenes, florilegis i corones, episcopologis, abadologis i llibres pontificals. Es tracta, també, el canvi de concepció filosòfica en l?àmbit historiogràfic que suposa el cristianisme, palès, per exemple, en la valoració dels nens com a subjecte historiogràfic que es fa en els Evangelis de la infantesa de Jesús o en els nous models de dona que es transmeten amb les vides de la Mare de Déu i a través de conceptes com el d?evangelització domèstica. - La historiografia generada per ordes mendicants i militars com dominics, franciscans, carmelites, trinitaris, mercedaris, hospitalers de Sant Antoni, servites, jeronis i els quatre peninsulars del Temple, Sant Jaume, Montesa i Calatrava, considerant, en peu d?igualtat (i no com a apèndix) la historiografia generada per les branques masculines i femenines d?aquests ordes. La tònica global d?aquest estudi ha estat sempre la d?equiparar les produccions masculina i femenina. Aquesta simetria formal inclou la producció històrica generada des de conceptes com l?ortodòxia i la dissidència. En aquest sentit, s?inclouen els reflexos historiogràfics dels considerats «enemics de la fe», tant els elaborats pels agents de l?ortodòxia (com ara cronistes d?instàncies oficials) com els generats pels heterodoxos. Nogensmenys, es té en compte la multiplicitat de significats de l?adjectiu i la seva aplicació discriminatòria en el si dels mateixos grups dissidents. L?estudi s?acaba amb l?examen del paper compactador d?identitats comunes que tenen les produccions historiogràfiques cristianes referides a exclosos com ara els jueus, amb una anàlisi sobre la tolerància historiogràfica envers les minories i amb una reflexió sobre el paper de la llengua en l?anteriorment explicitat.
Jerusalén. Abril del año 33 d.C. Jesús, un artesano, rabí, sanador y profeta galileo, acusado del cargo de sedición por arrogarse el título mesiánico de «rey de los judíos» frente al poder romano, es azotado, insultado, ridiculizado y escupido. Condenado a morir crucificado como un bandido, es abandonado por sus discípulos en el momento de su detención. En su amarga agonía en la cruz solo un grupo de mujeres lo acompaña desde la lejanía. Otros condenados colocados junto a él le lanzan recriminaciones. Un grito desgarrador pone fin al suplicio. Pero, ¿qué ocurrió tras esta desoladora escena? La muerte de Jesús, más que un fin, fue el comienzo de un movimiento religioso, el cristianismo, de dimensiones universales. Al principio, no obstante, las cosas no fueron sencillas, pues el judeocristianismo se vio envuelto por sombras de luchas, censuras y tergiversaciones que suscitan diversos interrogantes. ¿Existió más de un cristianismo? ¿Lideró un hermano de Jesús, tras su ejecución, la primitiva comunidad judeocristiana que surgió en Jerusalén? ¿Hubo enfrentamientos y purgas entre los primeros grupos de cristianos a cuenta de su diferente interpretación de la vida, magisterio y muerte de Jesús? ¿Hay algún testimonio escrito anterior a los evangelios que pueda considerarse como el «testamento de Jesús»? ¿La Iglesia paulina triunfante manipuló, censuró y destruyó las evidencias de la existencia de un cristianismo distinto al oficial y tergiversó la biografía y enseñanzas de Jesús para mimetizarse con la estructura de poder imperial romana? ¿Qué mensaje nos transmite el único testimonio textual sobreviviente de la corriente religiosa judeocristiana primitiva integrada por los nazarenos? ¿Qué relación hay entre la tradición sapiencial judía, el magisterio de Jesús y las filosofías y religiones orientales? ¿Qué puede aportar a los hombres y mujeres del siglo XXI la sabiduría de Jesús preservada por sus herederos legítimos?
Jesús aparece en este libro como hijo de su tierra, modelado física, psíquica y espiritualmente por ella; la tierra que le vio nacer y también morir. Jesús camina por sus colinas y valles, sus montañas y torrentes, a la vera de sus ríos y lagos, come de sus frutos, respira su aire, reza a su Padre en el silencio de sus noches y es celoso de conservar la santidad de la casa de su Padre en Jerusalén. La tierra, testigo elocuente de la fidelidad del Dios de Israel a su pueblo, impregna a Jesús con su inspiración divina. Somos conscientes de que la realidad de la persona de Jesús nos sobrepasa y no admite ser mostrada en profundidad por criterios puramente racionales, pero merece la pena profundizar también en estos últimos. No cabe duda de que lo peculiar de este libro son las muchas rutas, marchas que el autor ha realizado siguiendo la huella de Jesús y tratando de discernirla haciendo el camino.