Ir al contenidoEducación: cuidado y orientación de alumnos
El título de este libro quiere decir tres cosas: la primera, que Jesucristo debe ser un personaje de la escuela española y no lo es. La segunda es que «resulta inaceptable que en el año 2000 haya todavía más de 113 millones de niños sin acceso a la enseñanza primaria y 880 millones de adultos analfabetos» (Foro Mundial sobre la Educación, Dakar, Senegal, 26-28 de abril de 2000). Pues bien, así dice el evangelio de san Mateo 25,45: «Os lo aseguro: cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de esos más humildes, dejasteis de hacerlo conmigo». Y la tercera es que muchas religiosas y religiosos, ¡y laicos! -mediante sus escuelas católicas-, han llevado a Jesucristo y su Evangelio «por todo el mundo» (Mc 16,15). Le oyeron decir un día «sígueme» (Mt 9,9) y consagraron sus vidas a la escuela católica. Pero seguirle no es fácil, y Jesucristo mismo advirtió de la dificultad de distinguirle en los ignorantes, hambrientos, sedientos, pobres, encarcelados, inmigrantes (Mt 25,31ss), y no donde falsos profetas le señalan una y otra vez y no está (Lc 17,20-23). Así que le ponemos falta donde no hay escuela o no es de las nuestras, y sin embargo puede que él asista puntualmente a donde están sus hermanos más humildes y hasta puede que se aleje de nuestras clases. Afortunadamente, el Espíritu del Señor llena la tierra; percibir esa otra presencia suya -no institucional, gratuita, llena de gracia- nos es muy urgente. La teología de la educación, como teología pastoral, no pretende investigar en el depósito de la Tradición cristiana -ni siquiera en la Escritura- los ideales y proyectos de la revelación divina sobre la familia, la sociedad, el trabajo, la educación, la escuela, etc., para luego realizarlos en la vida. Más bien procede a la inversa: desde la realidad actual concreta busca comprender el soplo del Espíritu, el aliento divino que tampoco hoy cesa de animar la salvación del género humano. Es decir, la teología pastoral (y con ella la teología de la educación) se hace; no se da ni se aprende una vez hecha. No hay piloto automático en ninguna tarea de la Iglesia, y menos entre los ámbitos más seculares, como el de la educación.
Ámbito de utilización: 1º de Educación Secundaria. Los tres grandes temas afrontados en este cuaderno de tutoría son planos que consideramos fundamentales en este momento: Cómo estudiar con eficacia, prevención de los trastornos de alimentación y desarrollo de la autoestima como estrategia de prevención.
Ámbito de utilización: 2º de Educación Secundaria. Los cuatro grandes temas afrontados en este cuaderno de tutoría son planos que consideramos fundamentales en este momento: Prevención del tabaquismo, técnicas de autocontrol, cómo exponer trabajos y mejora de las habilidades de comunicación.
El coach escolar es una persona formada conceptual y prácticamente, que ha demostrado eficacia en sus funciones (es un experto), tiene un espíritu de pionero y no solo de colono, propone la formación teórica después de las necesidades que plantea el enfrentamiento a retos concretos, hace pensar estratégicamente según las situaciones que se van a vivir y acompaña sin absorber ni suplir. El sistema de coaching implica en el formador una experiencia actualizada y documentada en los procesos que asesora, un conocimiento profundo de los resortes conductuales, estilos de aprendizaje y respeto a los ritmos de vida. La persona formada en este enfoque tiene como característica inicial la fortaleza para desaprender patrones rígidos y psicoescleróticos, además de profunda humildad para aprender y cuestionar.
Los crecientes problemas de disciplina en los centros escolares, y en particular la violencia escolar, se perciben como una suerte de epidemia transnacional que se mueve y extiende de país en país, cambiando por completo el paisaje de nuestros sistemas escolares y la identidad de la profesión docente. Esta enfermedad de la posmodernidad, como ocurre con otras muchas, carece de un diagnóstico claro y convincente, lo que la convierte en causa de profunda perplejidad tanto para los profesores como para las familias de nuestros estudiantes. Por eso es urgente hablar hoy del aprendizaje de la convivencia y, por ende, de la democracia, como la principal responsabilidad que tienen los centros y el profesorado en la sociedad contemporánea. Los autores presentan en este libro el resultado del trabajo realizado a lo largo de una extensa trayectoria de investigación y de asesoramiento directo a instituciones educativas en relación con el tema de la convivencia y la disciplina. Las propuestas que se realizan, concretas y bien articuladas, llegan al lector con el aval de autenticidad que les confiere el haber sido contrastadas con la práctica de los centros y las aulas.
El objetivo de esta obra es ayudar a los centros educativos y profesores a planificar, ajustar y desarrollar una respuesta educativa lo más idónea posible a los problemas que suscita la integración de alumnos discapacitados motóricos en los centros ordinarios.
La escuela debe ser el lugar donde niños y niñas han aprendido a identificar los sentimientos propios y ajenos, valorar y gestionar las diferencias de los demás, para así eliminar el dominio de un sexo sobre otro y la violencia que se deriva de este modelo tan profundamente arraigado en nuestras sociedades. Tanto la misma práctica de los profesores como los últimos estudios científicos han destacado la importancia que tiene la escuela en el desarrollo de los sentimientos, la forma de entender la convivencia y las actitudes ante las diferencias, sobre todo las de género. De ahí que la práctica pedagógica haya puesto de relieve la importancia de enseñar a amar en la escuela, de desarrollar la capacidad de respeto, empatía y diálogo, y la de resolver los conflictos de forma negociada evitando el uso de la violencia, ya desde los primeros años.
La presente obra, con una visión abierta y actual del mundo e intereses de los alumnos, nos recrea con una serie de propuestas pedagógicas que si bien son compatibles tanto con el lenguaje como con las distintas áreas de aprendizaje, con gran pericia y conocimiento, conducen al maestro, de la mano de nuevas tecnologías, por creativas e inéditas estrategias, logrando con ello hacer de las aulas lugares donde se haga realidad el aprender por placer. Lúdica pedagógica, creatividad, nuevas tecnologías, etc., son etiquetas que bien pueden definir el libro.
Los niños son seres muy vulnerables y necesitan protección. Cuando algo malo les sucede necesitan una ayuda adecuada. Es importante comprender que los traumas anímicos deben ser objeto de cuidado y que no basta con tomar conocimiento de ellos. Peor aun es pasarlos por alto. En efecto, todo niño traumatizado que no reciba los cuidados adecuados puede experimentar múltiples daños tanto de forma inmediata como posteriormente. Hoy sabemos que los traumas sufridos en edad temprana pueden tener repercusiones a lo largo de toda la vida. Gracias al desarrollo actual de la investigación, puede establecerse la relación directa que existe entre muchas patologías de la edad adulta y lesiones traumáticas sufridas en la fase temprana de la vida.Pero los niños son también resistentes. Andreas Krüger describe una suerte de principio del diente de león. Al igual que esta planta, que se abre camino incluso a través del grueso asfalto, también los niños pueden encontrar una y otra vez caminos de salida ante una gran dificultad. A menudo tienen a su disposición, de forma más inmediata que los adultos, las fuerzas que se nos han dado a todos para resistir a las dificultades. Por eso mismo es tan importante para un niño recibir una ayuda temprana y adecuada.Este libro resume de forma comprensible los conocimientos alcanzados en la actualidad por la psicotraumatología, la disciplina que estudia los traumas psíquicos, de tal modo que padres, educadores, docentes y otros agentes que tienen que ver con los niños, dispongan de una guía acerca de lo que pueden y deben hacer si el niño ha sufrido un trauma anímico. Andreas Krüger, nacido en 1964, es psiquiatra de niños y adolescentes, especialista en el tratamiento de traumas infantiles, área de la que fue responsable en el Hospital Universitario de Hamburgo-Eppendorf. Es director del Instituto de Psicotrauma-tología de la Niñez y la Adolescencia en Hamburgo, (www.ipkj.de), así como director médico de la asociación Ankerland para la ayuda a niños traumatizados (www.ankerland.org). Ha trabajado como profesor en la Universidad Alice Salomon de Berlín y es autor de numerosas publicaciones sobre el tema.