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La realización de subastas para la asignación o compraventa de bienes y servicios ha aumentado de forma extraordinaria en las dos últimas décadas. Paralelamente, el análisis económico de las subastas ha progresado notablemente en ese periodo. Parece oportuno hacer balance de ese progreso para entender por qué se utilizan cada vez más las subastas como mecanismo de asignación, cuáles son los aspectos más relevantes a tener en cuenta en el diseño de subastas y en la selección del tipo de subasta, cómo se justifican los tipos de subastas realizados en distintas situaciones y qué errores pueden haberse cometido en el diseño de subastas en ciertos contextos.
El mercado inmobiliario se ha detenido en seco. El sector financiero está colapsado. Nadie parece confiar en nadie. Y la recesión alarga su temida sombra sobre la economía. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Después de dos grandes guerras y múltiples desencuentros que arruinaron y asolaron la práctica totalidad del territorio europeo, la idea de la cooperación y puesta en común de los intereses económicos sirvió para alejar definitivamente las galopadas apocalípticas. Con la creación, el 23 de julio de 1952, de la Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA), hoy desaparecida, se daba inicio a una nueva Torre de Babel económica, que lejos de sufrir, como la Babel bíblica, el castigo de la confusión de lenguas y la posterior dispersión de sus moradores, éstos persiguen un proceso hacia unión política, una vez alcanzada la integración económica y monetaria. El objetivo de la Babel económica europea ha sido el de contribuir a construir y garantizar la paz, la democracia y las libertades. Mercurio, dios del comercio, sustituye a Marte, dios de la guerra. A los países fundadores, tras los éxitos iniciales y siguientes del proyecto europeo se les han ido incorporando tras sucesivas ampliaciones: Reino Unido, Dinamarca e Irlanda en 1973; Grecia en 1981; España y Portugal en 1986; Austria, Suecia y Finlandia en 1995. Tras la desaparición de la URSS (1989) y desde 1998 la Unión Europea abrió la posibilidad a nuevas adhesiones de los países de la Europa central y oriental, dependiendo de su evolución política y económica. Para tratar de facilitar la ampliación de la UE a estos nuevos países el Tratado de Niza (2001) llevó a cabo la reforma de las instituciones comunitarias (Consejo Europeo, Comisión Europea y Parlamento Europeo) para dar cabida hasta un total de 12 nuevos países.