Esta obra amplía nuestra comprensión del creador de obras maestras del cine como El acorazado Potémkin, La huelga o Iván el Terrible. Pero más allá de esta comprensión Memorias inmorales revela, como no lo hizo ninguna otra de sus obras antes publicadas, la esencia de Eisenstein: su personalidad mercurial, la asombrosa amplitud de sus viajes y relaciones, los procesos creadores de su singular imaginación, su papel en la Revolución rusa y en la construcción de la sociedad que surgió después. Porque Memorias inmorales es mucho más que una memoria altanera. Es un vívida, excéntrica y vital excursión al alma de un genio que recibió la más rara de todas las oprotunidades artísticas: la posiblidad de crear no sólo un conjunto de trabajos, sino toda una nueva forma de arte. Escritas en un estilo altamente emocional y asociativo, reminiscente de sus técnicas cinematográficas de montaje, Memorias inmorales es una fiesta para los sentidos, tanto como para el intelecto.
Qué es lo que tiene el cine clásico que lo convierte en un fenómeno artístico tan especial? Por qué, hoy en día, todavía nos llaman la atención unas películas que, en muchos casos, se rodaron hace casi un siglo? Quizá buena parte del interés que, para muchas personas, siguen despertando en la actualidad los filmes clásicos de Hollywood radique en que su visionado constituye una experiencia de sentido. Y, precisamente, el constituir una experiencia que nos ofrece sentido es un punto en común que liga cine clásico y religión. Son relativamente frecuentes los análisis que estudian la influencia del judaísmo o el protestantismo sobre el Hollywood clásico. Este libro, sin embargo, se centra en la aportación creativa católica a la época dorada de Hollywood. Muchos realizadores clásicos de primerísima fila crecieron educados en el catolicismo. Entre ellos, encontramos nombres como los de Henry Hathaway, Alfred Hitchcock y Erich von Stroheim. Los tres presentan como rasgo común moverse por unos terrenos cinematográficos que, en un principio, podríamos considerar poco permeables al hecho religioso: Hathaway es recordado como un director de westerns y filmes noir de marcada violencia, Hitchcock definió el thriller tal y como lo conocemos en la actualidad y el nombre de Stroheim ha quedado asociado a un tipo de drama repleto de elementos morbosos y escabrosos. El presente libro muestra, sin pretender que ésta sea la clave última de interpretación, cómo los valores y creencias católicos aparecen reflejados en la obra de estos maestros, y cómo algunas de sus películas pueden comprenderse mejor desde una óptica religiosa.
El otro Bigas Luna muestra el amplio repertorio de actividades artísticas que cultivó el famoso cineasta a lo largo de toda su trayectoria al margen de su labor cinematográfica. Una visión de conjunto que resulta imprescindible para entender su verdadera dimensión creativa.
Esta imprescindible biografía de Stanley Kubrick fue realizada tras una ardua labor de investigación, con la ayuda de actores, escritores, técnicos y amigos de infancia que le conocieron. El autor consigue plasmar la vida y obra de este genial y polé
Durante estas últimas décadas, los estudios críticos sobre el cineasta Luis Buñuel (1900-1983) han dependido de un número limitado de fuentes primarias -sus memorias y libros de conversaciones- que, con mejor o peor suerte, han marcado el estado actual de nuestro conocimiento sobre su obra. Frente a dicha tendencia, " Correspondencia escogida " ofrece una nueva fuente de información original al presentar casi un millar de cartas escritas y recibidas por Buñuel a lo largo de su extensa trayectoria profesional. Jo Evans y Breixo Viejo no solo han compilado, debidamente anotadas, las cartas del cineasta que hasta ahora se habían publicado de forma dispersa, sino que han seleccionado además cientos de misivas inéditas, procedentes de archivos públicos y privados en España, Francia, Italia, Inglaterra, México y Estados Unidos. A través de su epistolario, la figura de Buñuel reaparece aquí con voz propia y bajo una nueva perspectiva que se aleja por igual de anécdotas estereotipadas y falsas mitomanías. El cineasta se presenta como protagonista principal del cine poético y transgresor de su tiempo, desde " Un perro andaluz " (1929) hasta " Ese oscuro objeto del deseo " (1977), a través de geografías y sistemas de producción muy diversos. Pero este Buñuel epistolar es, además, interlocutor privilegiado de un grupo de creadores -directores, productores, actores, guionistas- con los que intercambia esenciales reflexiones sobre el arte cinematográfico: es dicho carácter polifónico de " Correspondencia escogida " el que, paradójicamente, desafía el enfoque individualista al que nos tiene acostumbrados la teoría del autor.
s posible que hoy en día "El hombre tranquilo" sea la película más popular, prestigiosa e influyente de John Ford, sin olvidar "Centauros del desierto" y "El hombre que mató a Liberty Valance". Puede ser que muy pocos c
Cuando muchos otros sucumben a los cantos de sirena de la gran industria, Jim Jarmusch se mantiene fiel a su independencia, lo que le propicia una libertad creativa total, así como un amplio control sobre su trabajo, desde la escritura del guión hasta la propia exhibición, convirtiéndose en una de las miradas más personales y críticas contra el sueño americano y la sociedad moderna dentro del cine actual. Sus películas son sutiles radiografías sobre la cotidianidad, la incomunicación y la soledad, agridulces crónicas de viajes de unos seres inadaptados en un mundo demasiado inmerso en su autocomplacencia, lo que les impulsa por elección propia a un sempiterno vagabundeo dictado al mismo tiempo por las circunstancias del azar. Porque el itinerario, al igual que en las " bildungsroman " o novelas de formación, conlleva múltiples significados como evasión, transformación, experiencia, conocimiento, búsqueda interior e incluso, según Jung, el anhelo de lo nunca colmado.
Las películas de Sydney Pollack tratan de las relaciones humanas. Su estilo, en apariencia clasicista, no fue producto de la copia sino de la reflexión. Se dio cuenta de que nada, ni siquiera la cámara, debía estorbar a sus amantes, a través de los cuales podía contar cualquier historia. Su voz como narrador surgió poco a poco y en su búsqueda, como les ocurre a los héroes mitológicos, se encontró con desafíos pero también con ayuda. Primero de un maestro, Sanford Meisner, que en su escuela de actores, la Neighborhood Playhouse, le enseñó, más que una teoría de la interpretación, una manera de entender el arte; después de un protector, Burt Lancaster, quien recondujo su carrera profesional, y, finalmente, de un aliado, Robert Redford, con el que construyó un personaje romántico y legendario y descubrió los grandes temas de su filmografía. El viaje tuvo su recompensa. Una obra coherente, personal y llena de amores frustrados, con la que aquel chico que en 1952 abandonó una pequeña comunidad de Indiana con la idea de probar fortuna como actor se ganó el derecho a que se le contase entre los directores que durante los años setenta transformaron el cine americano.
El de Ridley Scott es, en principio, un caso poco común en la historia del cine. Su filmografía (con 23 títulos, hasta el momento) cuenta con dos obras, " Alien, el octavo pasajero " (1979) y " Blade Runner " (1982), cuya fama, éxito y calidad artística han superado e, incluso, sobrepasado a su propio director. Mientras que el resto de sus películas apenas ha despertado el interés de los historiadores. Y eso a pesar de ser títulos de la calidad de " Los duelistas " (1977), " Thelma & Louise " (1991), " Gladiator " (2000), " El reino de los cielos " (2005) o " American Gangster " (2007). O tal vez, porque también es autor de otros films de dudosa maestría, como " Black Rain " (1989), " La teniente O'Neil " (1997) o " Un buen año " (2006). En definitiva, nos encontramos ante una carrera amplia y variada, con algunos altibajos y alguna que otra obra poco acertada, pero que, en líneas generales, nos presenta a uno de los directores más personales e interesantes del cine contemporáneo. Ya por sí sola esta dicotomía lo hace, a nuestro entender, un cineasta absolutamente relevante a la hora de adentrarnos en su cine con la intención de analizarlo en profundidad y darle forma a este estudio sobre su obra.
Fruto de una serie de entrevistas entre Claude Chabrol y François Guérif, este breve compendio realiza un repaso integral al proceso de " Cómo se hace una película " . Matizado en todo instante por la ácida y personal visión del director de " El bello Sergio " , " El carnicero " , " El grito de la lechuza " , " La ceremonia " o " La flor del mal " , el contenido de estas páginas toca desde los primeros pasos de la aventura que supone toda realización cinematográfica -la elección del tema, la escritura del guión, la búsqueda de un productor- hasta los últimos -la explotación y recepción del film-, pasando, naturalmente, por todos los problemas y detalles que lleva aparejados el rodaje, incluyendo la dirección de actores, las cuestiones técnicas y la función de cada uno de los que en aquél participan.
En Atrapa el pez dorado el director de cine David Lynch abre una ventana a su mente y nos muestra su particular forma de crear. Atrapa el pez dorado es un ensayo sobre el origen de las ideas y la creatividad que el cineasta americano aplica a su universo personal. El punto de partida del libro es la meditación, algo que le apasiona desde hace años y cuya práctica ha marcado su proceso creativo. Es, también, un compendio de pensamientos que busca fomentar la creatividad y en el que David Lynch aboga por dejar trabajar a la intuición, a la vez que va revelando, de forma ágil y amena, detalles sobre su carrera, sus películas, Hollywood, etc. Música, pintura, películas. Lynch enlaza temas y lanza ideas. Esas ideas que, según él, son como peces persiguiendo el cebo del deseo. Reseñas:«Ideas sobre la meditación al servicio de la creatividad.»Miqui Otero, El País «Atrapa el pez dorado desvela, a su manera, uno de los mecanismos creativos más legendarios del cine moderno: cómo se le ocurren las ideas a David Lynch y cómo logra transformar ideas abstractas en imágenes gracias a la intuición.»Carlos Prieto, El Confidencial
En «Mi último suspiro» (1980) Buñuel decía a propósito de su muerte: «Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar Me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, acercarme hasta un quiosco de periódicos y comprar unos cuantos » Exactamente eso es lo que pasa aquí. «Buñuel despierta», recibe los periódicos que le lleva su amigo y guionista Carrière, comenta con su habitual socarronería y humor las noticias actuales, y al hilo de la conversación nos descubre anécdotas del pasado, datos sobre películas, actores y directores, opiniones, avisos, sugerencias Un libro divertido, corrosivo en ocasiones, en el más puro estilo Buñuel-Carrière. Cuando el lector acaba, desea empezar de nuevo, que es lo mejor que puede decirse de un libro. Una fuente de regocijo.
Hablemos de cine, es una obra referencial para el cine español. A través de sus entrevistas con veinte directores, la periodista Lucía Tello Díaz deslinda los entresijos de la industria, descubriendo la relación entre la ética periodística y el cine. Con Álex de la Iglesia, Jesús Franco, Mariano Ozores, Carlos Saura, David Trueba o José Luis Garci se emprende un recorrido sin certezas y con decenas de interrogantes que nos ayudan a entender nuestro cine. Autora y cineastas diseccionarán la sociedad para ofrecernos una perspectiva inédita y personal de cómo es nuestra realidad.
"Creo que muchos críticos entienden mal mis películas; probablemente las de todos los directores. Las ven una sola vez, no recuerdan lo que vieron y escriben su crítica en una hora. Estas duras palabras, realizadas ante la mala recepción de La naranja mecánica, son demoledoras. Y lo son porque Kubrick es un perfeccionista, de ahí que prepare concienzudamente no sólo cada film, sino también cada plano, cuidándolo hasta el mínimo detalle. No le importó repetir una toma 52 veces, como en El resplandor, o el hartazgo funesto sufrido por el matrimonio Cruise en Eyes Wide Shut.
Mucho antes de ser consciente de ello, Tim Burton ya era director de cine. El aspecto visual, el estilo y los temas principales de las películas de Burton son tan distintivos que han generado un adjetivo: burtonesco. Estamos hablando de imaginería. ¡Y qué imaginería! Podemos coger cualquier fotograma de sus películas y saber que procede de su mente singular. Como películas animadas, sólo que reales? o películas reales, sólo que animadas. Pero por muy excéntricos que sean sus mundos, todos albergan algo real. Burton es el canon más autobiográfico en el cine moderno. «Él entiende el distanciamiento y aislamiento de la gente, esa sensación de no encajar o de ser diferente», dice Helena Bonham Carter. En otras palabras, él habla para todos nosotros.