A casa ens van ensenyar a demanar les coses «sisplau», a lescola ens feien desitjar bon dia tan bon punt entràvem per la porta i a linstitut ens van explicar que la clau estava en el respecte. Però, tot duna, quan van aparèixer les xarxes socials, una bona colla va deixar de banda la (bona) educació i va cedir a la temptació desbravar-se a còpia dinsults... I com que leclosió de les xarxes va coincidir amb el procés, Catalunya i els catalans ens vam convertir en un blanc perfecte. La nostra reacció sol ser ignorar linsult, eludir latac desproporcionat, no donar peixet a la catalanofòbia... però també hi ha algú que sha dedicat a respondrels de la millor manera possible. Amb humor. I que fa públiques i extensives les seves enginyoses rèpliques a través del blog Societat anònima. Perquè per respondre a segons quins insults no nhi ha prou amb 140 caràcters. Cal una carta. Una que comenci amb un «estimat (o no)».
A los cinco años de edad, Toby Little decidió enviar cartas a todos los países del mundo. Con la ayuda de su madre, Toby empezó a escribir y a mandar cartas a toda clase de personas, tanto niños como adultos. Sus destinatarios fueron desde científicos en la Antártida a guardabosques en Chad; desde un escultor en Jordania hasta los alumnos de una escuela en Corea del Sur; desde un niño ciego de once años que pudo salir de Siria y ahora vive en Irán, hasta el Papa. Las cartas no sólo llegaron a sus destinatarios, sino que el mundo le respondió. Este libro es una recopilación de las cartas más bellas, asombrosas y conmovedoras que envió y recibió.
Nueva traducción a cargo de Marta Cabanillas y prólogo de Manuel Ruiz Rico. «Viajaremos, cazaremos en los desiertos, dormiremos sobre el empedrado de ciudades desconocidas, sin cuidados, sin penas.» Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno Poeta maldito por antonomasia, enfant prodige de la poesía, vivió una vida tumultuosa marcada por la inquietud. A los veinticuatro años lo abandona todo para iniciar una larga deriva personal en la que acabará perdiéndose. Viaja por África y se establece en Abisinia, donde vive del comercio con café y armas. Durante sus años africanos Rimbaud mantuvo una correspondencia regular con su familia, gracias a esas cartas sabemos que se aburría pero que adoraba el clima. Después vinieron la enfermedad, el dolor y la decisión de volver a Francia donde le amputan la pierna pero no logran salvarlo de la muerte que le sobrevino cuando solo tenía treinta y siete años. La presente edición reúne una selección de las cartas de África acompañadas de las sugestivas ilustraciones del maestro Hugo Pratt, un libro fascinante que une a dos viajeros inquietos en el signo de la aventura y la imaginación.
Fruto de su colaboración asidua en la prensa italiana, los escritos reunidos bajo el título Colección de arena ofrecen otra dimensión narrativa de Italo Calvino, que se asoma entre las líneas de estos artículos como un observador que intenta describir y examinar lo que ve, que elige con cuidado objetos capaces de estimular una reflexión y que, con tal fin, se da una vuelta por museos y lugares de exposición parisinos, visita excavaciones arqueológicas en Toscana, jardines zen en Kioto, monumentos en Palenque y Persépolis. Un turista de la cultura que recorre con su mirada el espectáculo de la realidad elegida, pero que jamás se queda en ninguna, fiel a su vocación de curioso e inquieto comentarista de un universo visual; un coleccionista que selecciona, descompone y reelabora en un esfuerzo por dar un sentido unitario a una realidad múltiple y dispersa. Los textos de esta Colección de arena se agrupan en cuatro partes: «Exposiciones-exploraciones», dedicada a las más originales e insólitas de ellas y, sobre todo, a descripciones de objetos; «El rayo de la mirada» y «Exploración de lo fantástico», que tratan de obras de arte o de imágenes que han llamado su atención; y «La forma del tiempo», que describe cosas vistas en países lejanos, exóticos.
Escritos con honestidad, agudeza y sentido de la inmediatez, los diarios de Virginia Woolf hacen aflorar esa corriente de vida que fluye incontenible detrás de sus novelas. «Yo utilizo a mis amigos más bien como lámparas: veo que ahí hay otro campo: con tu luz. Allí, una colina. Ensancho mi paisaje», nos dice, y sus palabras nombran también y dan sentido a la lectura de estas páginas. La luz de la escritora se vierte sobre los espacios, su ingenio y clarividencia iluminan ya un suceso menor en el curso de la noche ;alguien robó su bolso;, ya los grandes hitos de su obra literaria. «Digo que estoy escribiendo Las olas siguiendo un ritmo, no una trama», leemos, o bien: «Orlando es un libro muy rápido y brillante, sí, pero no intenté explorar». Este volumen abarca íntegramente el período de tiempo comprendido entre 1925 y 1930. Virginia Woolf alcanzó entonces su plena madurez como escritora, consiguió una posición segura y respetada en el mundo de las letras y participó de una agitada vida social. Pese a todo, día a día siguió consignando la impresión que le causaban escritores como W. B. Yeats, H. G. Wells o Thomas Hardy, su amor por Vita Sackville-West y el de Ethel Smith por ella, sus lecturas, sus empeños, las franjas más inaprensibles de su intimidad.
Tras el traslado de Manuel de Falla a Madrid para desarrollar sus estudios musicales a finales del siglo XIX, el compositor estableció amistad con un grupo de jóvenes que formaron lo que ellos mismos denominaron una ?Peña Lírica?: Leopoldo Matos Massieu, Manuel Prieto Ledesma, Joaquín García González y algunos otros. De todos ellos, el amigo más constante, su consejero, su aliento en los momentos depresivos, su soporte económico cuando el maestro lo necesitó, el depositario de sus ahorros cuando los tuvo, el receptor de sus recomendaciones y el depositario de sus confidencias, fue el primero, Leopoldo Matos: ?Eres el único amigo fiel de todos los que formaron nuestra histórica o prehistórica peña?, le escribe Falla en 1914. Lo sorprendente del caso es que se trata de una figura totalmente ajena al mundo que a Falla le interesaba. Abogado de prestigio en Madrid, Diputado por Las Palmas entre 1910 y 1923, Gobernador Civil de Barcelona, Ministro en tres ocasiones, con Maura y con Berenguer, con amistad muy estrecha con la Familia Real? Esta es la persona a quien Falla se dirige, refiriéndose a su ópera, con las expresiones de ?nuestra hija? y ?nuestra Vida Breve?, a quien dedicó El sombrero de tres picos, y quien tuvo la oportunidad de escuchar, interpretado por el propio Falla, lo que iba componiendo de Atlántida. Entre ambos se cruzó una copiosa correspondencia a partir de 1909 conservada en el Archivo Manuel de Falla y en el Archivo Histórico de Las Palmas, truncada por el asesinato de Matos al comienzo de la Guerra Civil, que permite adentrarse en aspectos inéditos de la personalidad del compositor más importante del siglo XX en España.
Creo comprender más o menos lo que empuja a una persona que se siente testigo de hechos importantes a anotar asiduamente los datos pertinentes y sus propios comentarios, que lo son también sin duda, por lo menos a su juicio. Nunca he sentido que fuera ése mi caso. Siempre he estado al margen de los centros de decisión y de los hechos notorios, nunca me he codeado con las grandes figuras y me es imposible imaginar que mi testimonio tenga algún valor objetivo. Pero tampoco me siento muy afín a esos espíritus que fijan en el papel los acontecimientos nimios de sus vidas privadas, sin duda para ulteriores evocaciones íntimas, o que exploran interminablemente los matices, las sutilezas y las irisaciones de su ánimo, supongo que por deseo de conocimiento y no sólo por autocomplacencia. Son cosas a las que unos cuadernos como éstos, proseguidos a lo largo de muchos años, pueden acercarse a veces, pero que en todo caso están lejos de caracterizarlos. Advierto pues al lector que si espera encontrar aquí alguna información útil, biográfica o histórica, o alguna visión instructiva de la actualidad de tal o cual época, o las sabrosas anécdotas que tanto satisfacen a los espíritus ágiles, no podrá sino quedar gravemente defraudado. Y sin embargo puede decirse que hay un poco de todo eso en estos cuadernos.
Un libro sobre lo espiritual y lo no tangible. Y sobre el cambio de conciencia protagonizado por gente -cada vez más- convencida de que todos somos uno y de que no existimos como seres individuales. He aquí un diario real que parece protagonizado por un personaje de ficción. Tras dos años de investigación y seguimiento, Gaspar Hernández escribe un diario sobre la figura de Enric Corbera. Nacido en Olesa de Montserrat (Barcelona) Corbera es el creador del método de consulta humanista en Bioneuroemoción y nos plantea una particular y sorprendente manera de entender el mundo: «Nada es real» y «todo es un sueño». Al mismo tiempo, se interesa por la no-dualidad, el Advaita y el libro Un curso de milagros, e investiga hasta qué punto Enric Corbera logra hacer milagros. Pero a Corbera lo siguen médicos y su método se imparte en universidades. ¿Es un obrador de milagros? ¿Un ser iluminado? ¿Un gurú? ¿Qué hay detrás del fenómeno Corbera? Las preguntas recorren este libro, que muestra una forma de ver la vida radicalmente distinta de la de la mayoría.
Artemisia Gentileschi fue una de las más brillantes creadoras del xvii. Hija de Orazio Gentileschi, del que aprende el oficio de la pintura, pronto sus obras superan en dominio de la luz y el color a las del padre, proponiendo a menudo un despliegue portentoso de texturas, tonos y maneras muy diferentes de enfrentar el relato, los cuerpos y el propio canon. Desdichadamente, no es este sin embargo el único o primer motivo para explicar la popularidad de la pintora, uno de los más notables referentes entre las artistas mujeres. La violación perpetrada por el colaborador del padre, Agostino Tassi, pendenciero y mentiroso y al cual el propio Orazio denuncia por este hecho mucho después y tras una serie de desavenencias económicas entre ambos, hace que Artemisia se convierta en su propia leyenda, en una especie de heroína maldita. Aquí se reproducen, además de las cartas, la primera parte de las Actas del proceso, consistente en los interrogatorios y en las declaraciones de la acusación, del imputado y de los distintos testigos sobre el tema concreto del estupro.
Escriptor brillant i polifacètic, Eugeni Xammar va ser una gura fonamental del periodisme català de la pri mera meitat del segle xx. Dotat d?una llibertat d?esperit absoluta, va posar a la seva carrera periodística després de la Guerra Civil, i va exercir com a traductor ns a la mort. De Josep Pla a Jorge Semprún, de Francesc Pujols a Montserrat Roig, d?Armand Obiols a Joan de Sagar ra, van ser moltes les persones que van deixar per escrit l?impacte que els havia produït conèixer o llegir un home d?una personalitat tan imponent i carismàtica. Les cartes aplegades en aquest volum, escrites al llarg de prop de setanta anys, donen al lector l?oportunitat de retrobar la veu inconfusible de Xammar?com a corresponsal a Ber lín durant l?adveniment del nazisme, diplomàtic durant la Guerra Civil o traductor errant a l?exili?i de gaudir així de la sagacitat, la franquesa i la desimboltura amb què observava el món.
La Primavera Árabe derrocó a brutales dictadores en Túnez, Egipto, Yemen y Libia, y desató una de las guerras civiles más sangrientas de la era moderna en Siria. Libia se encuentra sumergida en una guerra civil en la que dos gobiernos gestionan diferentes zonas y milicias islamistas, principalmente ramas del Estado Islámico y grupos afiliados a Al-Qaeda, han llevado a cabo atentados terroristas en hoteles y han secuestrado y decapitado a grupos de cristianos egipcios y activistas mediáticos. Jon Lee Anderson es uno de los periodistas de guerra más célebres en la actualidad. Su vocación de historiador sumada a la insólita habilidad que tiene para infiltrarse en lo más profundo de los conflictos en el norte de África y Oriente Medio lo convierten en una de las voces más autorizadas del mundo.
«Desde el dolor o desde la alegría, sólo he escrito aquí de lo que amo, que es como decir que he escrito de lo que ignoro. Y he escrito de lo que amo para poder amarlo más, en cada sílaba de su nombre. He escrito de una amigamuerta, del mar o de unos membrillos por el puro gusto de nombrarlos, nada más, porque al nombrar lo que se ama se recrea uno en lo que ama. Más allá de esto, sé que escribir es siempre un fracaso: adelantar lamano y abrir un dedo para señalar a otros el rastro de un pájaro cuando ya se ha ido. Lo que me recuerda que, a veces, algunos me habéis criticado que escriba de cosas tristes. Ya sabéis lo que pienso: que para hablar un poco de la alegría hay que hablar mucho de lo que cuesta conseguirla, de las desgracias en las que hay que ahondar y de lo difícil que es percibir la justicia y la bondad bajo los escombros. Un libro no debería ser nunca un sucedáneo de la vida. Sino pura vida, vida inagotable. Algo que nos roba de la vida durante unas horas para al cabo devolvernos a ella más vivos, es decir, más atentos y comprensivos. En éste quise, como siempre, lo más difícil: que la lluvia que yo he visto, a veces, caer desde lo invisible traspasara por un momento el techo de lo visible y que, a través de una grieta olvidada, mojara estas frases que he tenido frente a mí durante un año, en la mesa donde escribo.» J. M. JOSÉMATEOS nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1963. Como poeta se dio a conocer con el libro Una extraña ciudad, al que después se han ido sumando títulos como Días en claro, Canciones, La niebla o Cantos de vida y vuelta, todos ellos publicados por Pre-Textos. El libro Reunión recoge toda su poesía anterior al año 2006. Además, JoséMateos es autor de un libro de relatos, Historias de un Dios menguante (Pre-Textos, 2011), y de algunos libros insólitos y de difícil clasificación, en los que se entremezclan pensamiento y emoción, filosofía y poesía, como Soliloquios y divinanzas (Pre-Textos, 1998), La Razón y otras dudas (Pre-Textos, 2007) o Silencios escogidos.
Los años de infancia y de primera juventud de Clara han pasado muy deprisa. En 2013, cuando abandona la casa familiar para estudiar biología en Lovaina, su madre, Charo Crego, se da cuenta de que no ha tenido tiempo de compartir con ella sus reflexiones sobre todas esas cosas que, a lo largo de los años, han sido el entramado de su propia vida: aquella exposición sobre Meliès, ese libro recién recibido dedicado al arte español, aquel candelabro de 1900 o aquellas fotos encontradas en la basura de Nueva York.
«De la correspondència entre els que saben escriure, sempre nobtindrem [ ] la plenitud de la serena bellesa de la paraula ben polsada», escriu Enrique Badosa. El present volum recull la correspondència que els poetes J. V. Foix i Albert Manent van intercanviar al llarg de més de trenta anys damistat. Aquestes missives, que versen sobre temes molt diversos, mostren destacables facetes de la personalitat dels autors: un Foix que, en plena capacitat creadora, sovint escriu en vers rimat, i un Manent jove però en camí de la plenitud literària; i permeten al lector conèixer els canvis polítics i culturals de la Catalunya del segle xx des de la perspectiva de dos homes de lletres.