Una de las asignaturas pendientes de Africa en este inicio del siglo XXI son los derechos humanos constantemente violados por los gobiernos, en nombre de la tradición, el Islam, la construcción nacional y el desarrollo, y por los señores de la guerra o los islamistas, para acceder al poder o a las fuentes de las materias primas. Se ha instaurado en todas partes la cultura de la impunidad, responsable del fracaso del proceso de democratización y de la proliferación de los conflictos, que convierten a los africanos en exiliados en sus propios países. Ha llegado la hora de poner fin a las prácticas coloniales y neocoloniales del serkali africano y de exigir cambios radicales al Norte que, por sus políticas y prácticas perversas, crea las condiciones objetivas de violación de derechos humanos y de violencia en Africa. En un enfoque multidisciplinar, y esencialmente pedagógico, la obra evidencia todo el drama africano y establece las responsabilidades: la herencia colonial, la tradición «inventada» y las prácticas etnofascistas de las elites y el integrismo étnico e islámico.
El presente trabajo fue elaborado en el curso de un año de investigación y de docencia ejercidos en la Facultad de derecho de la Universidad de Granada. Tuvo lugar una serie de actos de carácter académico y seminarios dedicados a los aspectos esenciales del régimen de los derechos fundamentales y la libertades públicas dentro del ordenamiento de la Constitución de 1978.
Este volumen recoge el debate sostenido en la revista «Teoria Politica», entre 1998 y 2000, entre los teóricos italianos más importantes en materia de derechos humanos. Como eje de la discusión se incluyen tres trabajos de Luigi Ferrajoli: «Derechos fundamentales», que da origen a la polémica; «Los derechos fundamentales en la teoría del derecho», en el que responde a la primera serie de críticas y objeciones, y, finalmente, «Los fundamentos de los derechos fundamentales», el más amplio de los trabajos dedicados por Ferrajoli a los derechos fundamentales, en el que recoge y sistematiza todas las críticas recibidas y donde reelabora lo que, acaso, constituya en el presente la teoría jurídica de los derechos más acabada y perfecta.