Pese al enorme interes que existe en el extranjero por conocer las instituciones de los EE.UU lo que se sabe de nuestro sistema legal es, en general, fragmentario.
Con motivo del VIII Centenario del nacimiento de Jaime I, con esta obra, el autor presenta un testimonio permanente de la persona y actividad del monarca, bajo cuyo reinado se inició una de las etapas más fascinantes de la historia del pueblo valenciano. A pesar de que siempre se ha destacado su imagen de rey conquistador, esta obra -profusamente ilustrada gracias al Arxiu Mas- permitirá acceder de pleno a una faceta poco conocida del personaje, la de legislador, un argumento más para que los historiadores puedan proseguir el estudio de su figura y época
Con este libro se pretende avanzar en el conocimiento histórico-jurídico del delito de violación en la Castilla de la Edad Moderna. La violencia sexual que se ejercía en aquella época afectó, esencialmente, a los miembros más débiles de la sociedad, entre los que destacaban las mujeres, sobre todo aquellas que no tenían la protección de los padres o de un tutor, como huérfanas, mendigas o trabajadoras que realizasen algún tipo de labor aislada. Estas mujeres, solas y desamparadas, eran presas fáciles para individuos educados en una sociedad que asumía este tipo de violencia como algo inevitable. El estatus social del violador y de la víctima influía enormemente en la consideración del delito. Socialmente se aceptaban las violencias sexuales que los poderosos cometían sobre los dominados, de manera que, en estos supuestos, generalmente las denuncias no solían realizarse. Por otro lado, no era lo mismo violar mujeres de buena fama, como vírgenes, casadas, religiosas o viudas, que vivían honestamente en sus casas bajo la protección de un varón, que forzar a las que no tenían esa consideración. Mientras que en el primer caso se castigaba con la máxima dureza y las penas estaban determinadas en la ley, en el segundo, quedaban al arbitrio del juzgador, que atendía a diversas circunstancias: personales, de tiempo y de lugar en que se cometió el delito. Sin duda, la sensibilidad ante la violencia sexual ha cambiado enormemente en nuestros días. La violación, considerada hoy como un delito contra la libertad sexual en el que se atenta psicológica y físicamente contra una persona, nada tiene que ver con la fuerza de las mujeres en los siglos modernos, que se apreciaba como un ultraje al honor y la honra de los parientes, especialmente varones, de la mujer corrompida. Los textos legales de la época se preocupaban más de castigar el perjuicio causado a los propietarios de las víctimas, que los daños que ésta pudiera sufrir. Esta situación comenzará a modificarse a finales del siglo XVIII. Los jueces y la doctrina, con la influencia de la Ilustración, tratarán de humanizar el Derecho penal, considerando que la pena, más que cruel, debía ser infalible. Pero, sin duda, será en la etapa constitucional cuando la evolución del Derecho penal se consolide. Por lo que se refiere al delito de violación, en este periodo aumentará el interés por proteger a la víctima como persona individualizada, al margen del grupo familiar, valorándose los daños físicos y psicológicos que había sufrido como consecuencia del delito.
Nos plantea desde una perspectiva de la hermenéutica filosófica, una visión crítica y actualizada de la asignatura Filosofía del Derecho a través de tres Unidades Didácticas que son las siguientes: fundamentación de la ontología jurídica; los elementos fundamentales de la discusión axiológica contemporánea; cuestiones y polémicas actuales en filosofía del derecho y filosofía política.
Si el ejercicio de la función judicial aparece como una cuestión central en todos los sistemas jurídico-políticos, en las democracias adquiere una relevancia aun mayor. De ahí la importancia de este volumen, cuya primera parte se ocupa de la función judicial y comienza con dos ensayos que abordan las razones a favor y en contra de la creación de normas jurídicas por vía judicial y los efectos de la sujeción del juez a la ley. A ellos sigue un análisis de dos problemas que afectan a la función judicial: la indeterminación de las entidades jurídicas y el problema de su validez. Una reflexión sobre la actividad judicial en el ámbito de la normatividad jurídica mexicana concluye esta sección. El segundo grupo de ensayos está dedicado a la ética judicial, que está en juego en la elección de los miembros de la magistratura, el comportamiento debido de los jueces, tanto en su actividad profesional como en su vida privada, así como en la necesidad de que los jueces participen en la conformación de la confianza pública. La tercera parte se centra en el tema jueces y democracia. El papel de los jueces en una democracia ha sido desde siempre una cuestión central en los ajustes institucionales. ¿Pueden los jueces controlar un parlamento democrático? ¿Conforman un poder contramayoritario legítimo en una democracia? ¿Deben limitarse a aplicar la ley sea cual fuere su contenido? Si los jueces han de ser políticamente independientes, ¿existe alguna limitación a su independencia? Estas son algunas de las preguntas que los autores discuten y tratan de responder. Los autores de este volumen son Eugenio Bulygin, Francisco Javier Ezquiaga, Rolando Tamayo y Salmorán, Manuel Atienza, Juan Ruiz Manero, Agustín Pérez Carrillo, José Ramón Cossío, Ernesto Garzón Valdés, Martin D. Farrell, Jorge F. Malem Seña, Julia Barragán, Michel Troper, Carlos Ernst, Perfecto Andrés Ibáñez, Pablo Ruiz Tagle, Roberto García-Calvo y Montiel y Jesús Orozco Henríquez.