Los 5, 6 y 7 de febrero de 2000, la población de la ciudad de El Ejido en Andalucía efectúa un verdadero progrom contra la comunidad inmigrante: caza del extranjero provocando unos sesenta heridos, destrucción de viviendas y locales, asociaciones cívicas atacadas. La policía tarda en reaccionar, lo hace solamente al final para evitar muertes que hubiesen provocado un escándalo. Las reacciones en Europa no tuvieron la importancia del grito de alarma suscitado, un poco antes, por la llegada al poder de un partido de extrema derecha en Austria. Ninguna detención, ninguna excusa. Ningún abogado de la provincia ha querido defender a las víctimas. Es la omerta. Estos disturbios racistas se han producido en una zona de agricultura hiperintensiva que ha transformado lo que era un lugar semi-desértico en primer centro europeo de exportación de productos tempranos. Las necesidades de mano de obra son enormes. Alrededor de El Ejido, unas 30.000 Ha. De invernaderos, ¡en la ciudad, 49 entidades bancarias y una sola librería! Los adeptos del neoliberalismo consideran El Ejido como un milagro económico. La política de cierre de fronteras de la Unión Europea y la obligación para la mayoría de los extranjeros ?fuera de la Fortaleza Europa? de obtener un visado ha hecho explotar el jugoso mercado de la inmigración clandestina. Este es el precio que pagamos por comer pimientos en febrero. Una comisión internacional de observadores ha ido sobre el terreno para intentar elucidar las inquietantes sinergias que han conducido a esta explosión de odio.
Durante los meses de febrero, marzo y abril de 2011 algo empezaba a moverse en España. Las redes sociales se poblaban de perfiles y mensajes que exigían una democracia real. Surgían grupos de trabajo, nodos locales, campañas virales con vídeos e imágenes. De repente, el pesimismo, el miedo y la desesperación que nos inundaba, desde el estallido de la crisis, se empezó a tornar en motivación, alegría y esperanza. Pocos, ni siquiera entre los promotores de esa manifestación fechada el 15 de mayo, esperaban el terremoto que se produciría durante los días posteriores. Un acontecimiento que marca, todavía hoy, el devenir de la política de nuestro país, en pleno viaje, desde la moribunda Cultura de la Transición de un lejano 1978, hacia una nueva forma de comunicarse, entenderse y decidir por, para y desde el común. Este libro se propone situar el acontecimiento 15M en la nueva era de la tecnopolítica, donde las tecnologías de la comunicación ocupan un lugar central en los modos de organizarse, de compartir información y de movilizar a las multitudes. De lo que pudo surgir como una revolución en las comunicaciones, hacia un cambio de paradigma, con su propia gramática. Bio Francisco Jurado es original de Úbeda (Jaén), se trasladó a Sevilla para cursar estudios en Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pablo de Olavide, donde realizó un máster en Pensamiento Político el mismo año que participó en la puesta en marcha de la plataforma Democracia Real Ya. Desde entonces ha participado activamente en iniciativas como Democracia 4.0, #OpEuribor o Democracia Digital Andalucía, todas ellas enmarcadas en el ecosistema 15M, y de corte tecnopolítico. En la actualidad reside en Barcelona, donde realiza los estudios de doctorado en Filosofía del Derecho y Política en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) de la Universidad Autónoma de Barcelona. Francisco Jurado tambíen es @SuNotissima en Twitter.
250.000 euros en paper higiènic per a les dependències policials; més de 2 milions d euros per desinfectar i desratitzar les residències dels aspirants a guàrdies civils; 69.600 euros per fer un retrat de Felipe González al Congrés; 105.000 euros en cati
Este libro ofrece una alternativa radical para atajar los principales problemas derivados de la crisis: el paro, la pobreza, la desigualdad y el endeudamiento crecientes y una elevada dependencia de las energías fósiles que desequilibra nuestras balanzas económica y ecológica. Conseguir un verdadero estado del bienestar controlando la deuda solo es posible con una nueva reorganización social que garantice la cobertura de las necesidades básicas mediante una renta básica, el reparto del trabajo y un cambio radical en el consumo de recursos físicos y energéticos. Los autores del libro consideran que el diagnóstico que la mayoría de economistas han hecho de la crisis es incompleto, demasiado centrado en el sector financiero, y no han tenido en cuenta, por un lado, la creciente escasez de metales y de petróleo y su consecuente encarecimiento y, por otro, que el avance tecnológico seguirá destruyendo puestos de trabajo cada vez más difíciles de sustituir por un incremento en otros sectores. Hasta ahora el crecimiento económico ha ido de la mano de un constante aumento del consumo de energía, pero el viejo paradigma del crecimiento como única solución a la crisis, defendido tanto por la derecha como por la izquierda, no tiene en cuenta que la entrada de la humanidad en la era del Peak Oil (petróleo escaso y caro) va a tener, si no tiene ya, una repercusión negativa sobre dicho crecimiento. En nuestro país la situación es peor, si cabe. En las últimas décadas solo hemos crecido a base de burbujas inmobiliarias financiadas con un endeudamiento insostenible. El viejo modelo económico ha dejado de ser útil. Cada vez hay más señales de que el crecimiento ya no genera más bienestar ni una sociedad más justa. La prioridad debe ser construir un nuevo modelo económico, social, sostenible y estacionario (MESSE), con las incertidumbres que esto supone. No podemos quedarnos anclados en el viejo paradigma y esperar que haciendo más de lo mismo saldremos adelante. La urgencia del momento nos obliga a ser creativos y audaces, pero a la vez realistas y pragmáticos. Este es el objetivo de los autores que nos invitan a reflexionar sobre su propuesta MESSE.
Veinte autoras de diferentes latitudes reflexionan a través de la palabra dramática sobre el fenómeno del tránsito asociado a las migraciones. Son autoras con voz propia, todas ellas interpeladas por la experiencia de las migraciones, algunas desde la deuda emocional familiar, (hijas o nietas de inmigrantes) o desde su propia experiencia, su posición transnacional y su mestizaje; todas desde el abordaje artístico y las deudas éticas con el compromiso de ciudadanas del mundo. Dramaturgas de ?suelo inquieto? que escriben ?contra el archivo? y comparten territorios desde su diversidad.?
Reconocer las raíces culturales de Europa no viola la libertad religiosa de los europeos, sino que la protege. Diagnóstico profundo de los orígenes, evolución y fragilidad de nuestra cultura.
La escena en la que un grupo de jóvenes (o no tan jóvenes) han quedado a tomar unas cervezas y, absortos en las pantallas, con la cerviz agachada, permanecen whatsappeando cada uno por su lado, se nos ha hecho por desgracia habitual. No es una cuestión que afecte solo a unos pocos. Se nos ha ido de las manos. El riesgo de que nuestra vida acabe fagocitada por los dispositivos móviles es real. Los propios Bill Gates y Steve Jobs limitaban la tecnología que sus hijos usaban en casa. Otros, como Evan Williams, fundador de Blogger y Twitter, les compraba gran cantidad de libros, pero se negaba a que tuvieran un iPad. El cuchillo, como tal, no es ni bueno ni malo. Será bueno su uso si lo utilizamos para partir y repartir el pan, y malo si lo usamos para apuñalar. De forma similar, la tecnología se puede diseñar para enriquecer nuestras relaciones sociales o para que sean adictivas. Con su uso y abuso, somos capaces de unir continentes y de separar sofás. Este libro nos propone, con sólidos fundamentos teóricos y sencillos consejos prácticos, que hagamos un alto en el camino, que experimentemos una sana desconexión para sobrevivir al problema que se nos viene encima, porque en el mundo que llega solo sobrevivirán quienes sepan integrar equilibradamente las enormes ventajas que nos regala el mundo conectado.