Juana Bou nos transmite a través de su compromiso, el valor de cambiar nuestra actitud y nuestro comportamiento con los animales y el cuidado del medio ambiente. La magia del Frutivalle es un canto a la belleza y a la armonía que nos ofrece la naturaleza; al trabajo, a la amistad, a la ayuda, al compañerismo, a la bondad... y una crítica a la envidia, al latrocinio, el egoísmo, la desidia, el pesimismo... Una historia no solo para niños, sino una verdad para mayores, ya que son ellos quienes deben inculcar a sus hijos el respeto no solo hacia los animales sino hacia una utopía, sino una realidad patente. Editada en castellano, valenciano e inglés, establece una línea de comunicación global que alcanza, a través de distintas idiosincrasias, un camino más directo hacia la divulgación de nuevos valores, tan necesarios en la sociedad multicultural actual. Sin duda, este libro es un valor necesario en nuestros hogares.
Lluny queden els temps en què lhome sautoabastia. Avui dia, lagricultura, la ramaderia i la pesa són activitats a gran escala, la qual cosa implica la sobreexplotació de la terra, la destrucció dhàbitats naturals i laugment de la contaminació. Vols ensenyar als teus fills a creure que un món millor és possible?
Cuantas más personas habitemos el planeta, más espacio ocuparemos y más recursos naturales consumiremos. Nuestra dependencia energética es cada vez mayor y nos acercamos a una situación insostenible. ¿Quieres enseñar a tus hijos a creer en que un mundo mejor es posible?
¡Cuidemos la vida en la Tierra! Gaia está preocupada, sabe que la Tierra necesita ayuda urgente, pero ¿qué puede hacer una niña como ella frente a la emergencia climática de todo un planeta? Por suerte, su abuela Lila sabe cómo ayudarla: desde su cabaña mágica viajarán a lugares remotos y descubrirán las historias de aquellos pueblos que ya plantan cara al problema del clima. Con valor, ilusión y empoderamiento hay soluciones a todos los problemas, por grandes e inabarcables que parezcan. Un álbum con el que Eva Saldaña, activista de Greenpeace España, y Mathias Sielfeld ponen de relieve la profunda conciencia climática de una nueva generación de pequeños activistas.