Los habitantes de Black Mountain apenas conocen el miedo. No hay nada que temer hasta que, un día, aparece el cadáver de una muchacha y se instala en los habitantes del pueblo un dolor más parecido a la incredulidad que al terror. La doctora Scarpetta, forense famosa por haber resuelto casos similares, acude a Black Mountain y estudia los primeros indicios, aparentemente claros. Sin embargo, poco a poco el caso adquiere dimensiones que acabarán implicándola personalmente y llevándola al único lugar donde encontrar información precisa: la granja de cuerpos.
Paul Osborn es un joven cirujano que de niño presenció el asesinato de su padre. Años más tarde se le presenta la oportunidad de la venganza cuando casualmente se encuentra con el asesino en una cafetería de París. Paul está acompañado de Vera Monneray, una doctora a la que ha conocido en un congreso en Ginebra y con la que mantiene una estrecha relación. Mientras tanto, el inspector McVey investiga una serie de decapitaciones; lo más curioso es que las cabezas halladas han sido sometidas al grado de congelación del cero absoluto, algo que se creía imposible de realizar. Este caso le llevará a McVey a viajar a París, donde por azar se cruza con Osborn. Mientras tanto, un terrible secreto relacionado con una secta nazi está a punto de ser descubierto.
Unas pinturas de sorprendente fuerza y maestría podrían estar inspiradas en una terrible maldición... Tras sufrir un grave accidente, la vida del constructor millonario Edgard Fremantle cambia radicalmente. Ha perdido un brazo, se separa de su mujer y decide trasladarse a Duma Key para dedicarse a pintar. El paisaje de este cayo en Florida, con viejas casonas y una vegetación tropical, y la extraña propietaria de la isla desatan en Edgar una fiebre creadora sobrenatural: los paisajes surrealistas, los mares embravecidos y las muñecas que dibuja parecen formar parte de un aterrador mensaje de advertencia...
La capacidad fabuladora de Pilar Pedraza, su facilidad para recrear mundos fascinantes y seductores, queda una vez más de manifiesto en este Lucifer Circus, su octava novela, en la que nos invita a un absorbente recorrido por la era dorada del circo, con sus fenómenos de feria, su magia y su búsqueda del «más difícil todavía» que atraía multitudes ávidas por la novedad y lo insólito. Roger de Montbrió, conocido como el Gran Dinápoli, dirige su propio circo formado por una variopinta y exótica troupe: su mujer, la trapecista china Chaina Zhang, el domador cosaco Sdenka Sokolov, el ilusionista Johnny Silente, el acróbata andrógino Ma Blonde, y su propia hija Gemma, amazona, cuya voz nos conduce por los vericuetos de la trama. La ambición del Gran Dinápoli por adquirir un nivel internacional le lleva a viajar a Java, a una granja de animales exóticos e híbridos para adquirir un «ligre». Una vez allí entrará en contacto con un ser único, Ma Tara Kué, una niña con el cuerpo y la cara totalmente cubiertos por un vello oscuro y liso. Dinápoli decide incorporarla a su gran familia circense En las giras internacionales del circo conoceremos a personajes excéntricos y bohemios como el apuesto domador malayo Sikkim Navin, la aventurera teósofa rusa Yelena Blavatskaya, el asirio reencarnado Nabonid o el atractivo conde valaco Arpad Curtea La historia culmina de forma explosiva en los ambientes ocultistas del París de la Belle Époque.
Liz Carlyle, agente del servicio de antiterrorismo del MI5, el servicio de inteligencia británico, se reincorpora al trabajo después de unos meses recuperándose de las heridas que le causó la resolución de su último caso. Su mejor informador encubierto, un joven de origen islámico al que conocen como Marzipan, les pone tras la pista de tres hombres que parecen estar preparando un terrible atentado. En paralelo, el jefe de Liz le encarga que investigue personalmente a varios agentes del MI5: acaban de saber que unode ellos es un infiltrado del IRA y deben neutralizarlo cuanto antes. Cuando Marzipan es asesinado, Liz Carlyle se siente profundamente culpable y pierde todo el interés por su misión, hasta que empieza a relacionar ambos casos, ya que parece que el infiltrado en ambas operaciones puede ser la misma persona. En El topo, la segunda novela protagonizada por Liz Carlyle, Stella Rimingtonrecurre de nuevo a toda su experiencia para conseguir un thriller realmente convincente que introduce al lector en un mundo en elque no se puede confiar en nadie y donde nada es lo que parece.