"Plantea un acercamiento a la narrativa antiesclavista cubana como producto de diversos intereses de poder. Se estudian las obras ""Autobiografía de un esclavo"" de Manzano, ""Sab"" de Avellaneda y ""Cecilia Valdés"" de Villaverde."
Uno de los cansados ritos que impone la tradición es la conmemoración de un centenario: ya sea éste el natalicio de un escritor o la celebración de una fecha. Pero más allá de la marca temporal que apenas lo ilumina para desaparecer, la obra del escritor perdura en la memoria de los lectores construyendo su identidad civil frente a la imaginaria épica colectiva de la Historia. La única geografía que el escritor conoce, aquél que escribe y se escribe, es la libertad.
Sin rehuir en absoluto el pensamiento complejo y dejando muy claro cómo nuestra orientación sexual determina gran parte de lo que acontece en nuestras vidas, este texto discute de manera muy detallada sobre los procesos políticos y culturales que, en el marco de la globalización, llevan a que culturas distintas puedan dialogar entre sí. El autor pretende, en primer lugar, entender por qué conectar con la música pop procedente de Estados Unidos no se contradice en absoluto con los valores construidos por la Revolución cubana y, en segundo, al terminar ese recorrido, descubrir eventos musicales protagonizados por grupos estadounidenses en La Habana que se convierten en un espacio privilegiado para el análisis. A modo de ejemplo, no es casual que la música cubana estuviera presente en la cena que Raúl Castro organizó en el Palacio de la Revolución para recibir a la familia Obama en su visita a la isla en marzo de 2016.
«Si se agobian las fuentes ¿por qué no dejar ante la cascada el recuerdo más bello?. Lo desértico tiene en su convite aires ajenos a la cabeza de Antinoo y se superpone el polvo lacerante en la pupila como un dolor de siglos o la sed que nos mata». Del poema Continencia LINA DE FERIA (Santiago de Cuba, 1945) inició su trayectoria literaria en 1968 con el libro Casa que no existía. Es autora de poemarios como La Conjetura Crítica (2015), Ante la pérdida del safari a la jungla (2009), El rostro equidistante (2001) o A mansalva de los años (1990, 2005), entre otros títulos. Algunos de los galardones que ha recibido por su obra poética son el Premio Nicolás Guillén (2008), el Premio de Poesía Raúl Hernández Novas (1999) o el Premio Nacional de la Crítica, que ha recibido en diversas ocasiones. En 2003, el Ministerio de Cultura de Cuba le otorgó la Orden de la Cultura Nacional. La Feria Internacional del Libro de La Habana de 2016 está dedicada a ella.
Los dos textos que se reproducen, pertenecientes a Mariano Torrente, liberal, apologista del cambio dentro del orden y Luis María de la Sierra, defensor del prohibicionismo, son magníficas muestras del intensísimo debate arancelario en torno a la «cuestión de las harinas» que se prolongó, con mayor o menor intensidad, a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XIX y que solo finalizó con la renuncia española, en 1898, a la soberanía sobre las islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Adolfo Salazar (Madrid, 1890 Ciudad de México, 1958). Compositor, musicógrafo, historiador y crítico musical Adolfo Salazar fue uno de los primeros críticos en señalar la presencia del jazz en la música clásica. Su interés por las músicas de raíces negras se acrecentará tras su viaje a Cuba en los meses de mayo y junio de 1930, una experiencia que comparte con Federico García Lorca. Su estancia le permite conocer la música popular cubana y asistir a la aparición del movimiento afrocubano en la música clásica. A partir de ese momento, Salazar se convertirá en un difusor de la música cubana y escribirá tanto sobre el son y la rumba cubanos, como sobre los diferentes compositores que incorporan los ritmos negros a sus obras: Pedro Sanjuán, Amadeo Roldán y, sobre todo, Alejandro García Caturla, cuya obra estudia con interés. La obra de Salazar será clave para el escritor y musicólogo Alejo Carpentier, que encontrará en ella un modelo para ejercer la crítica musical. Asimismo, su trabajo crítico será fundamental para la divulgación de las investigaciones realizadas por el antropólogo Fernando Ortiz sobre la presencia negra en la cultura cubana.
Una novela rebosante de humor ácido y erotismo que retrata sesenta años de la vida de Cuca, Cuquita, una fascinante mujer cubana. Al ritmo de la música cubana, el lector recorrerá los excesos y el envilecimiento de la vida antes y después de la Revolución. Una magnífica novela sobre el deseo, la esperanza y el desencanto.