¿Por qué algunos se derrumban frente a los golpes de la vida mientras que otros resisten y son capaces de enfrentar las dificultades y crecer? Eso es la resiliencia, una fuerza que hace que las personas sean capaces de hacer frente a las crisis de todo tipo. Un crecimiento interior de talentos y riquezas que solo es posible con nuestro esfuerzo, con la ayuda de los demás y, para los creyentes, también con la gracia de Dios.
Tres grandes autores cristianos hablan sobre esta virtud de un modo cercano, mostrando su impronta divina y su relación estrecha con virtudes como la humildad o la caridad.
«La Iglesia-lugar no es un espacio meramente funcional para la Iglesia-asamblea, sino que debe expresar su naturaleza misterioso-celebrativa». El autor formula de este modo la mutua interconexión entre espacio y celebración litúrgica, que va desarrollando a lo largo de las páginas de este libro. Se trata de expresar la comunión y la trascendencia en la disposición de los diferentes elementos que constituyen el núcleo de la acción litúrgica de la asamblea reunida: el ambón, como lugar del anuncio de la Resurrección, el altar como mesa de la Última Cena y piedra sacrificial, y el sentido de la sede presidencial constituyen el centro del estudio de Bernardino Ferreira, que acompaña su reflexión con sugerentes imágenes de nueva arquitectura.
Dorotea inicia su largo viaje intergaláctico para conocer la fe cristiana, una superstición con la que sus superiores quieren acabar. Pero a medida que la viajera se va adentrando en el signi cado de la fe en Jesucristo, y va conociendo a la comunidad cristiana, sus textos de referencia y la liturgia, experimenta un profundo cambio interior que la lleva a solicitar ser bautizada. Se trata de una odisea en tres volúmenes que se pueden leer por separado: Viaje al corazón de la fe. El aterrizaje, El corazón del viaje. La exploración, y este último título, Un viaje siempre nuevo. La misión. La trilogía incluye una selección de textos bíblicos, patrísticos y litúrgicos, que nos permiten seguir un itinerario de iniciación a la fe y situar en su contexto muchos elementos de la tradición cristiana. La forma novelada de la ciencia ficción lo hace muy agradable de leer.
Este libro es, en definitiva, como la 'Hoja para la celebración' de Misa Dominical, pero para todos los días del año, exceptuando los domingos y las fiestas del Propio del Tiempo, porque para ellos ya existe, naturalmente, Misa Dominical. Es decir, que para las ferias de todos los tiempos litúrgicos y para todas las celebraciones del Propio de los Santos, el celebrante encontrará aquí todo aquello que necesita para los momentos en los que no está en el altar (o está en el altar por motivos prácticos pero debería estar en la sede o en el ambón). El libro contiene, para todas las ferias del Propio del Tiempo, para cada día, la antífona de entrada; el saludo; un acto penitencial propio según el modo tercero (es decir, el de las invocaciones al 'Señor, ten piedad'), aunque evidentemente, cuando se desee, pueden utilizarse los otros dos modos, que se encuentran en el Ordinario de la Misa al principio del libro; la oración colecta; la introducción y la conclusión de la oración de los fieles, con la indicación de la página del libro Oración de los fieles en la que el lector encontrará las intenciones de oración; y finalmente, la oración poscomunión, a la que se añade, en tiempo de Cuaresma, la oración sobre el pueblo. Una novedad importante, además, es que, para las ferias del tiempo ordinario, y según lo que prevé el propio misal, se ofrece una distribución de oraciones para cada día de la semana, a fin de evitar la rutina de tener que repetir cada día la misma oración del domingo anterior. Y luego está el Propio de los Santos. En él se ofrece, para todas las solemnidades y fiestas, el mismo formulario completo que acabamos de describir para el Propio del Tiempo. Y para las memorias, ofrecemos todos los elementos propios (los no propios se toman del Propio del Tiempo), así como, en un buen número de casos, según de qué santo se trate, un formulario de oración de los fieles propio. Sin duda, un libro de gran utilidad.
Tras el éxito del volumen Padre Nuestro, Romana presenta con Libreria Editrice Vaticana (L.E.V.), el comentario del Papa Francisco a la oración por excelencia dirigida a la Virgen María, el Ave María. En sus 160 páginas se contiene el testimonio directo del pensamiento del Papa Francisco acerca de la invocación del cristiano a María: el Ave María. Es notoria la devoción de Francisco por la Virgen María en sus diversas advocaciones El Santo Padre explica el misterio de María a través de los versos de la oración más amada, como ya hizo con la oración del Padre nuestro. En este precioso libro, que publicamos en España el 23 de octubre, el Papa Francisco ilumina el Ave María versículo a versículo, respondiendo a las preguntas de Marco Pozza, teólogo y capellán de la cárcel de Padua, a partir de una conversación entre ellos, situada en el marco de la predicación del Papa en la oración del Ángelus y en la catequesis de las Audiencias generales de cada miércoles. En suma, las palabras del Papa Francisco, con su original estilo, con lenguaje vivo, rico de metáforas e imágenes, capaz de tocar el corazón de quienes escuchan, de involucrarles, y de relacionarse con las circunstancias particulares de sus vidas, comentan a la oración del Ave María, que el Santo Padre trata de iluminar a la luz del Evangelio. La introducción del volumen la ha escrito Francisco, como reconocimiento a la trascendencia de la oración dirigida a la Virgen María. El comentario inédito del Papa Francisco a la oración del Ave María. Una novedad exclusiva para el otoño y Navidad de 2018, de la mano de Romana.
La Edad Media, vista en su conjunto, no es una época rural ni iletrada ni oscura. Es un perido urbano, culto y más claro de lo que puede parecer. La irrupción del cristianismo, el papel desempeñado por los padres de la Iglesia, también de muchos obispos, el monacato y las catedrales, las universidades, los burgos y el comercio fueron decisivos en la construcción del orden medieval. Fue la época de los castillo y las fortalezas, de las murallas, de los recintos cenobíticos y los claustros, de los copipstas, de las gremios y banqueros, de las autoridades y, finalmente de los artistas con identidad genuina y singularmente propia.
En estas líneas queremos profundizar lo que el concilio Vaticano II ha llamado la "cumbre y fuente" de la vida cristiana (cf. LG 11, PO 5, SC 10), el centro mismo de la Iglesia. En primer lugar, abordamos lo que la Escritura dice sobre el mayor de los sacramentos y el lugar que va ocupando en la vida de la Iglesia, para seguir después con el tratamiento más sistemático de sus principales dimensiones, esto es, la Eucaristía como memorial, como presencia y como comunión. La Eucaristía permite además que todo lo nuestro sea presentado como ofrenda agradable al Padre.
En la historia de la Iglesia nunca ha habido tanta presencia, formación y compromiso de los laicos como ahora. Aunque queda mucho camino por recorrer, un nuevo tiempo ha comenzado. El autor ofrece una panorámica general sobre el laicado desde el comienzo del cristianismo hasta nuestros días. Y a partir de ahí, hace una llamada constructiva a encarar el futuro eclesial con nuevos aires: una Iglesia colaborativa en la que los laicos, y de modo especial la mujer, tengan cabida y actividad en común con el clero.
Es bien sabido que en el Génesis el término griego logos significa ?discurso? o ?palabra?, pero hay un sentido antiguo del logos que permite vincularlo con el concepto de «número». Para recuperarlo, Paolo Zellini rastrea a través de los textos cuán cerca estaban palabra y número en nuestra tradición y nos descubre que el término logos aunaba ambos sentidos ya en los versos de Homero, así como en las primeras teogonías, en la tragedia antigua y en la filosofía pitagórica. Asimismo, en las fuentes que atestiguan el origen ritual de las matemáticas, el número tiene un sentido análogo al que luego adquiere el logos en el cristianismo. Gracias al estudio de estos conceptos comprenderemos el origen y el destino del pensamiento filosófico y científico de Occidente: pensar el logos no supone la vaga evocación de mitos y tradiciones remotos, sino que permite reconstruir la raíz común del conocimiento antes de la división entre las letras y las ciencias.