Amb les 15 catequesis sobre lEucaristia, que el papa Francesc va oferir des del novembre de 2017 fins a labril de 2018 en el marc de les Audiències Generals dels dimecres a Roma, som convidats a aprofundir en el sagrament més important de la vida cristiana, que configura les nostres comunitats i pel qual som enviats a anunciar lEvangeli al món. Amb el llenguatge senzill, amè i accessible a tothom que li és propi, el bisbe de Roma fa un recorregut pedagògic per totes les parts de la missa i ens dona pistes per participar més conscientment i més intensament en la missa de cada diumenge.
Con la presente Instrucción, este Dicasterio quiere confirmar el inmenso aprecio de la Iglesia por la vida monástica contemplativa y su solicitud por salvaguardar la autenticidad de esta peculiar forma de sequela Christi" (CIVCSVA).
La obra de referencia sobre el mito y la historia de la reliquia por excelencia del cristianismo. ¿Cuáles son los orígenes del mito del Santo Grial? ¿Cómo han influido las leyendas que recogen su existencia en la gestación del mito? ¿Cuál es el contexto histórico en el que se forjó su leyenda? ¿Se conserva en la actualidad el auténtico grial? ¿Son auténticos los cálices de Valencia y León? ¿Qué fue del cáliz de la Última Cena? Esta obra recoge la historia y desarrollo de dos de las facetas principales que podemos atribuir al Santo Grial: como mito y como reliquia religiosa. Acompañados de Carlos Taranilla, indagaremos en la historia, descubriendo las reliquias buscadas y veneradas por los primeros cristianos, la creación, a finales del siglo XII, del mito del Santo Grial, que dio lugar a un nuevo tipo de héroe caballeresco, así como las últimas investigaciones sobre el origen de los cálices de Valencia y León. Esta obra, útil y necesaria, aporta datos y relaciones que permiten al autor afirmar, por primera vez, que el objeto estaba tallado en madera, deshaciendo así las teorías que hablan de cálices de ágata u ónix. Mito e historia del mito se funden en esta obra, que aúna leyenda literaria y rigor histórico, con una sólida y amplia documentación. «Con un estilo conciso y sin florituras, Carlos Taranilla presenta a grandes rasgos la historia del mito del Grial en sus textos y en sus reliquias, permitiendo entender así la reciente falsificación leonesa.» Del prólogo de Patrick Henriet
Harald, el último vikingo inaugura la colección de Historietas de Desperta Ferro Ediciones y El Fisgón Histórico, una original apuesta de historia en cómic que tratará de acercar al público infantil, juvenil y por qué no, también al talludito, las andanzas de populares personajes históricos de forma didáctica a la vez que divertida, valiéndose del poderoso lenguaje visual del cómic pero sin necesidad de ficcionar, siempre recurriendo a las fuentes históricas (sí, nuestros vikingos no tienen cuernos). El mundo de Harald: A Harald Hardrada, protagonista de Harald, el último vikingo, se le ha llamado a menudo «el último vikingo», porque con su muerte en la batalla de Stamford Bridge en 1066 se considera que el periodo histórico que conocemos como la Era Vikinga llegó a su fin. Una era que había comenzado casi tres siglos antes, cuando en el año 793 un grupo de vikingos saqueó el monasterio de Lindisfarne, en la costa de Inglaterra. Durante los dos siglos siguientes, los vikingos llevaron con sus incursiones el terror a buena parte de Europa, pero, tras un primer periodo de saqueos, en muchos lugares grupos de vikingos intentaban conquistar el territorio. El mundo de Harald era ya uno en cambio, en el que los monarcas escandinavos afianzaban su poder y en el que el cristianismo iba desplazando a los viejos dioses, pero en el que todavía había hueco para que los aventureros del norte intentasen ganar fama y fortuna a punta de espada, fuese como mercenarios en Bizancio o tratando de conquistar su propio reino. Para que lo sitúes temporalmente, en la península ibérica es la época de los almorávides y de El Cid ?apenas un poco mayor que Harald?, y faltan solo unas décadas para que comiencen las Cruzadas. Harald, "el último vikingo": Harald Hardrada, el último vikingo, nació alrededor de 1015 en Noruega, y sus padres fueron Sigurd Sow, un reyezuelo noruego, y la reina Asta Gudbrand. Antes de este matrimonio, Asta estuvo casada con el rey de Noruega, Harald de Westfold. Un hijo de esta unión, Olaf Haraldson, hermanastro de Harald, fue rey de Noruega entre 1016 y 1030. Expulsado, Olaf trato de recuperar el trono, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Stiklestad, el 29 de julio de 1030. Allí, con apenas quince años, Harald combatió y fue herido, pero pudo huir. Marchó así al este, a Rusia, donde entró al servicio de Jaroslav el Sabio, antiguo aliado de Olaf. Su carrera militar continuó al servicio del Imperio bizantino, en la Guardia Varega, cuerpo donde gran número de guerreros vikingos buscaban fortuna. Tras varios años de campañas en Anatolia, Sicilia y el Mediterráneo oriental, y participar incluso en un golpe de estado palaciego, hubo de escapar de Constantinopla ya que la emperatriz Zoe Porfirogéneta no quería prescindir de su espada. Con un langskib cargado de riquezas, regresó a Kiev para pedir la mano de Elisif, hija de Jaroslav, y luego viajar hasta Noruega, donde compró la mitad del reino a su sobrino Magnus el Bueno. A la muerte de este, y controlando ya toda Noruega, Harald intento repetidas veces conquistar Dinamarca, aunque sin éxito. Las ansias de gloria de Harald no estaban sin embargo apagadas, y en 1066, a la muerte del rey de Inglaterra Eduardo el Confesor, vio su oportunidad para conquistar otro reino. Mejor hubiera hecho en hacer caso a los presagios? El guion: La vida de Harald está tan llena de aventuras y sucesos extraordinarios que la ficción parece mezclarse con la realidad, pero podemos estar relativamente seguros de que gran parte de lo que contamos en nuestro cómic Harald, el último vikingo responde a hechos reales, aunque quizá algo adornados por nuestras fuentes. Hemos recurrido por tanto a las principales fuentes escritas con que contamos, siempre teniendo en cuenta los problemas que estas plantean, como determinadas incoherencias cronológicas o exageraciones. El texto más completo está en la Heimskringla («Orbe del mundo»), escrito por Snorri Sturluson en Islandia ya a mediados del siglo XIII, y que recoge las sagas de los reyes noruegos. Sturluson recopiló textos de autores más antiguos y también poemas de los escaldos, aunque tiene problemas como asignar a Harald anécdotas que también se adscriben a otros líderes vikingos. La Heimskringla es un texto lleno de poesía, tanto que no nos hemos resistido a incluir algunos de sus fragmentos como bocadillos en Harald, el último vikingo, como los poemas que el propio Harald compuso y cantó. Otras fuentes son la Crónica Anglo-Sajona, que nos cuenta solo la invasión de Inglaterra por Harald en 1066; una crónica escrita en Constantinopla a finales del siglo XI y que narra sus aventuras en la Guardia Varega; y la Historia de Adán de Bremen, terminada en 1075. Además de las fuentes, hemos recurrido a las obras de investigación histórica que existen sobre el periodo, y que ayudan a que tengamos una visión más completa de la vida y el tiempo de Harald Hardrada. La documentación: Si de algo nos preciamos en Desperta Ferro es de la fidelidad de nuestras ilustraciones a la realidad histórica, y eso es algo que hemos mantenido en la colección Historietas. Combinamos un trabajo de documentación exhaustivo con el entusiasmo por la historia y su representación de Juan de Aragón, El Fisgón Histórico. Para recrear el aspecto de los personajes y de los lugares por donde transcurre la acción de Harald, el último vikingo nos apoyamos en lo que sabemos por la arqueología, muy bien trabajada en Escandinavia para la Era Vikinga, y por la iconografía, con ejemplos como el famoso tapiz de Bayeaux. Puedes estar seguro de que las armas y vestimentas, las casas y palacios, o los barcos y ejércitos, se corresponden a lo que sabemos de la época. Y todo ello con el característico estilo de El Fisgón Histórico, colorista y vivaz, expresivo pero detallista, y capaz de viñetas tan increíbles como esta de la huida de Harald de Constantinopla, con Santa Sofía recortada en la noche. Del boceto al papel: Cada página de Historietas implica un proceso muy cuidado. En primer lugar, El Fisgón Histórico (Juan de Aragón) y Alberto Pérez se reúnen para, a partir del guión, concebir cada página, decidiendo qué mostrar en las viñetas. A partir de ahí entra el genio del Fisgón, que hace una primera aproximación en lápiz (aquí le tienes trabajando en el próximo título de la colección, a ver si adivináis sobre qué personaje versará), que servirá de base para el boceto digital. Este se va puliendo y acaba en un limpio dibujo, donde ya se aprecian los detalles de rostros, objetos o paisajes de Harald, el último vikingo. Y aquí no hay que destacar solo la fidelidad de los detalles al registro arqueológico e iconográfico, sino la fuerza que Juan da a los personajes, con gestos y posturas a cual más expresivo, y que no permite empatizar con ellos. A esto le sumamos el coloreado, con esa paleta suya tan característica que otorga una vivacidad brutal a las escenas. Por último, se rotula, para dar voz a cada vikingo, conquistador español o reina egipcia que salga del pincel (¡digital!) de El Fisgón Histórico.
Recorrido por las siete obras de misericordia espirituales, que ayuda a entender cómo la felicidad más profunda consiste precisamente en cuidar a los demás.
Un norteafricano que en el siglo IV predicó el Evangelio en Barcelona y murió mártir. Y la historia empieza así: 'Investigar la vida de un mártir de los primeros siglos del cristianismo es toda una aventura. Los documentos que hablan del mártir a menudo son escasos, muy posteriores a los hechos que narran y con unos criterios históricos que no son los nuestros...'
La vida consagrada se haya en el epicentro de la Iglesia, nace de ella y a ella se orienta totalmente; pertenece a su vida, santidad y misión. Conocemos que Dios sigue llamando hoy. Pero, ¿cómo guiar el camino de los jóvenes?, ¿cómo ayudar a discernir y escoger?, ¿cómo enseñar el don de la vida consagrada que lucra y edifica a toda la Iglesia?, ¿cómo presentar a la juventud este llamamiento eclesial que conlleva la construcción del Reino en el servicio a los hombres de todo el planeta? En la presente obra se recogen las ponencias de la 47ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el ITVR (Madrid). Entendidos en vida consagrada y pastores comprometidos nos empujan con sus reflexiones a continuar manteniendo viva la llama de esta manera original y hermosa de seguir a Jesucristo.
Texto íntegro de la exhortación Gaudete et exsultate del papa Francisco con propuestas de trabajo para cada capítulo, así como aplicaciones a la pastoral juvenil y a la catequesis. El libro viene presentado por el cardenal Juan José Omella y recopila claves de varios autores (Ángel Moreno, de Buenafuente; Paula Depalma; Vicente Altaba; Koldo Gutiérrez y Sergio Pérez) que nos ayudan a valorar mejor las repercusiones que tiene la exhortación en la cultura actual y en la vida caritativa y social.
Cronológicamente, el punto de partida del libro bien se puede emplazar en la Guerra de Independencia librada entre los patriotas españoles y el ejército napoleónico. Es precisamente en este episodio en el que se enmarca la contribución de Emanuele Marco Omes en torno a los significados de determinadas ceremonias en honor de José I o de su hermano, el emperador (caso, por ejemplo, del culto a San Napoleón). Más adelante, el Trienio Liberal es abordado específicamente por Gérard Dufour y por Elisabel Larriba con sendos estudios sobre la prensa, que revelan la utilidad de este medio para lograr un mejor conocimiento de las diferentes posiciones con que se abordó en aquella interesante coyuntura la cuestión religiosa (que se delinea claramente entonces, aunque con unos rasgos muy distintos a otras etapas posteriores de gran confrontación entre liberales y absolutistas o entre republicanos y monárquicos, como El Sexenio democrático o la II República). Los dos periódicos estudiados son el Diario constitucional de Barcelona y El Censor. También la aportación de la historiadora del ISCTE-IUL de Lisboa, Fátima Sá e Melo Ferreira se emparenta con las anteriores, tanto desde el punto de vista cronológico, pues tiene como centro el agitado periodo de la historia portuguesa en que, como ocurriera en la vecina España, los liberales también se hicieron cargo del poder (1820-1823), como por el recurso a la religión para combatir al liberalismo, como se aprecia en sermones predicados en aquel tiempo, como los de José Agostinho de Macedo que la autora analiza para sopesar el recurso a conceptos como regeneración y revolución. La documentación vaticana constituye una fuente fundamental en los estudios sobre la problemática religiosa tanto en el periodo acotado en nuestro proyecto de investigación, como para otros periodos y coyunturas históricas. Es justamente ese acervo documental el que Maximiliano Barrio utiliza para aportar nuevos conocimientos en torno a la política seguida por el Vaticano en España y, en particular, sobre la actuación del Nuncio, Giustiniani, cuya gestión aborda en esta ocasión de un modo íntegro, no limitándose al Trienio Liberal[6], sino comprendiendo también los años posteriores hasta su relevo en 1827 durante los cuales el representante pontificio colaboró activamente con el gobierno de Fernando de VII reforzando su línea marcadamente antiliberal. Ángel de Prado, por su parte, retomando el argumento que ya había desarrollado en el proyecto anterior, como era el de las actividades del Santo Oficio entre 1814 y 1820, se ocupa del periodo inmediatamente posterior sacando a la luz las grandes presiones que se ejercieron sobre la Corte, ya desde el verano de 1823, para que dicho tribunal fuera restablecido y explora, asimismo el poco conocido asunto de las Juntas de Fe establecidas, precisamente, para suplir la acción represora de los tribunales inquisitoriales. Las aportaciones de Ester García Moscardó, de Rafael Serrano García y de Alexandre Dupont se emplazan en un periodo posterior, el de las décadas de 1860-1870, y abordan diferentes tipos de discursos religiosos. En el caso de García Moscardó su atención se concentra sobre el peculiar político y escritor republicano Roque Barcia, uno de los mejores ejemplos españoles de la corriente del republicanismo que buscaba hacer compatible el ideal democrático con el cristianismo, desempeñando un papel esencial en esa creencia la pasión redentora de Cristo. Serrano García, por su parte se ocupa del que fue el poeta español más popular durante el siglo XIX, José Zorrilla, para contrastar las opiniones religiosas expresadas en un largo poema, titulado La inteligencia escrito al regreso de su larga estancia en Méjico, con la valoración dominante del escritor vallisoletano como un autor aferrado al tiempo viejo y a un enfoque muy reaccionario de la religión católica y de la identidad nacional. Dupont, en fin, tomando como pie la circulación internacional de la obra de Donoso Cortés, Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo, se ocupa de estudiar la organización transnacional del neocatolicismo y de sus alianzas pero también diferencias-, con los legitimismos en torno a la década de 1870, proporcionando a estos últimos, tanto en Francia como en España, una influencia renovada sobre las masas católicas a la vez que el pueblo cobraba un importante papel en el pensamiento contrarrevolucionario[7]. Otro bloque de aportaciones se refiere a las devociones religiosas, las de Francisco Javier Ramón Soláns, de Daniele Menozzi y de Maria Paiano. En el primer caso, su autor se ocupa de la eclosión de santuarios marianos en el orbe católico a partir de que las apariciones de la Virgen, en Lourdes, en 1858 convirtieran a esta pequeña localidad pirenaica en el centro por excelencia de las peregrinaciones marianas y lugar de experimentación de nuevas formas de movilización y adoctrinamiento de los fieles. Adoptando también un enfoque transnacional, el objetivo último del autor consiste en estudiar el impacto del modelo de Lourdes en el desarrollo de una movilización de masas católicas en España, en el último tercio del siglo XIX, un proceso que se quiso replicar con la organización de multitudinarias peregrinaciones o romerías a lugares de culto como El Pilar, en Zaragoza, Begoña o Montserrat. La contribución de Daniele Menozzi entronca muy bien con la anterior en el sentido de que se centra en la devoción a la Inmaculada Concepción, definida como dogma por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854 y en la intención, muy bien documentada, del pontífice, de ligar dicha definición dogmática a la censura de los errores modernos, pese a que, finalmente, no se reunieran ambos aspectos en un único documento pontificio. En el texto se sigue de cerca todo el proceso, presidido por la idea de convertir a María, libre del pecado original, en un potente símbolo frente a la creciente heterodoxia. María Paiano, por último, se ocupa de una vertiente del movimiento asociativo católico, en concreto, de la Società della Gioventù Cattolica italiana, surgida en una coyuntura crítica para la suerte del catolicismo en Italia, la de finales de la década de 1860 y comienzos de la siguiente al objeto de profundizar en su espiritualidad en la que la devoción al papa y a sus defensores caídos en batallas como la de Castelfidardo cobraron singular importancia haciendo que sus miembros adoptaran el modelo de Miles Christi, lo que no les llevó, sin embargo, a salirse del plano de la legalidad, primando actividades como la oración o la organización de celebraciones religiosas para ir al encuentro de sus objetivos. Bien es verdad que en esta ocasión hemos procurado dar a este empeño editorial un enfoque más amplio, de forma que pudieran tener en él cabida otras expresiones de la problemática religiosa (tan marcada por los retos que planteaba la secularización) en los Estados del sur de Europa en la época considerada, razón por la cual hemos optado por titular la presente obra de un modo más general e inclusivo, como Dimensiones religiosas de la Europa del Sur, 1800-1875. Y es que, en efecto, al lado de contribuciones que se ajustan de manera bastante precisa a los términos con que oficialmente figuraba el proyecto, hemos creído interesante el incorporar estudios en torno, por ejemplo, a la asistencia social en España, incidiendo especialmente sobre el proceso de secularización que aquella experimentó a todo lo largo del siglo XIX, como hace Elena Maza en el trabajo que aporta. Su trabajo permite, por lo demás, ampliar la panoplia discursiva que aquí nos interesa estudiar, teniendo en cuenta el peso que la iglesia tradicionalmente había ejercido sobre la colectividad en materias tan sensibles como el cuidado de los enfermos y desvalidos. O estudios sobre una faceta de la acción del Estado que se erigió en un espacio de confrontación entre neocatólicos y liberales, como fue la instrucción pública, abordada por Mario Bedera, quien ha elegido para ello un periodo de la historia española particularmente apropiado, como es el Sexenio Democrático. Otros autores, como Giovanni Vian, en su texto sobre la iglesia católica en el territorio italiano del Véneto ?sujeto, durante buena parte de este periodo a la dominación austriaca, aunque no inmune en absoluto a las tensiones que entre los fieles y el propio clero veneciano produjo el Risorgimento? han optado por llevar a cabo un estudio de conjunto, referido a los dos primeros tercios del siglo XIX, de la medida en que el cambiante panorama sociopolítico reinante en Europa y en Italia tuvo su reflejo tanto en las directrices doctrinales o de disciplina marcadas por los sucesivos titulares del Patriarcado de Venecia, así como de los comportamientos del clero y de los fieles. También Ramón Maruri, por el planteamiento temporal que adopta, sobre un periodo de unos 150 años y por el hecho de arrancar del Antiguo Régimen para terminar en el periodo de la Restauración, ya a comienzos del siglo XX, firma un trabajo que se singulariza en este libro. En él, apoyándose en las visitas ad limina practicadas por los obispos de la diócesis de Santander entre 1754 y 1901, estudia la evolución y, más aún, las constantes en su marcada intransigencia? que cabe observar en el pensamiento de los titulares de dicha diócesis al tener que enfrentarse con coyunturas ideológico-políticas que suponían un reto a las posiciones de la Iglesia católica. Pese a esta variedad temática y a la exploración de otras expresiones de lo religioso en la Europa del siglo XIX, existe un hilo conductor que enlaza estos trabajos con los anteriores y es el de abordar el estudio de otras manifestaciones discursivas y otros productores de discursos articulados en torno a lo religioso.