La Llei 19/2014, de 29 de desembre, de transparència, accés a la informació pública i bon govern està cridada a tenir un paper clau en el funcionament de les administracions públiques catalanes i en les seves relacions amb la ciutadania. El llibre analitza la regulació de les obligacions de transparència activa, el dret daccés a la informació pública i els mecanismes previstos per a la seva garantia, el registre dels grups dinterès, el bon govern i la bona administració i el govern obert. El llibre també contextualitza la nova regulació en el marc dels processos de regeneració democràtica impulsats en els darrers anys i en el conjunt de normes tant estatals com daltres comunitats autònomes. Finalment, exposa limpacte daquesta norma en les administracions locals catalanes. Aquest llibre és una eina útil per a tots els responsables daplicar la Llei 19/2014 tant en les administracions públiques catalanes com en la resta de subjectes obligats (perceptors de fons públics, gestors de serveis públics, grups dinterès, etc.
Els governadors civils, figura política creada a la Constitució de 1812, varen marcar levolució de lEstat espanyol cap a una estructura centralitzada i militaritzada, de caràcter excloent i poc integrador. Lordre públic esdevingué una problemàtica decisiva del càrrec, sobretot a Barcelona la província més conflictiva dEspanya, que sovint determinà la inestabilitat del govern central. El governador civil era un càrrec escassament professionalitzat, abocat a defensar els interessos del partit i a contactar amb les elits provincials, i es va trobar sovint subordinat al capità general, veritable poder fàctic de lEstat a Catalunya. El franquisme reforçà la institució, i en radicalitzà el seu contingut centralitzador i repressiu.
En este texto, que nace en el seno de las Conferencias Reith 2019, emitidas por la BBC, Jonathan Sumption sostiene que ha llegado el momento de devolver algunos problemas al ámbito político en aras de la salud de nuestras democracias.
El desarrollo de la civilización ha llevado aparejada la multiplicación de documentos referentes a las más diversas de nuestras actividades, tanto del campo administrativo como del puramente personal. ¡ARCHÍVESE! constituye una interesantísima aproximación a un ámbito que, pese a su cotidiana cercanía -o precisamente debido a ella-, suele permanecer en la sombra. Tras introducirnos en la historia y la finalidad de los archivos, RAMÓN ALBERCH FUGUERAS y JOSÉ RAMÓN CRUZ MUNDET abordan los vínculos que la acumulación y la manipulación de estos caudales de información -y el poder que comporta su control- tienen con fenómenos como la corrupción, la delincuencia organizada o las tramas de los servicios de información, para acabar dando una visión nueva y reveladora de la gestión del poder.
Este libro trata el tema de la inmigración a través de una reflexión sobre los discursos que fundamentan propuestas políticas acerca de cómo gestionar el proceso histórico de multiculturalidad. Propone un programa de investigación basado en el enfoque de las políticas del discurso sobre la inmigración, esto es, la constatación de que el discurso en torno a la inmigración se ha convertido en una política, hasta el punto de que los partidos políticos se preocupan más por responder a las preguntas «¿qué decimos?» y «¿cómo lo planteamos?» que a las preguntas «¿qué hacemos?» y «¿cómo lo resolvemos?». La política del discurso no es un medio neutro que transmite interpretaciones acerca de distintos aspectos relacionados con el proceso de multiculturalidad, sino que orienta la realidad en determinadas direcciones y proporciona recursos legitimadores para gestionar políticas y percepciones ciudadanas. Tras una reflexión inicial sobre el vínculo entre discurso y política en el marco de la inte pretación de la multiculturalidad, la obra se desarrolla en dos partes: una parte teórica donde se presentan las diferentes políticas del discurso re-activas (populismo y tradicionalismo) y pro-activas (igualdad y ciudadanía), y una parte aplicada donde se analiza el proceso de construcción de una política del discurso en España, la relación entre gobernabilidad, discursos y opinión pública, y el discurso institucional de la inclusión de la Unión Europea.
Algunos de los principales conceptos de la moderna teoría política sobre el Estado no son en realidad sino conceptos teológicos secularizados y arrastran por ello en su estructura lógica una serie de aporías y contradicciones características del pensamiento occidental sobre la divinidad. Ello se pone de manifiesto al estudiar las contradicciones a que conducen algunas ideas políticas como las de pueblo, voluntad popular, autogobierno o autodeterminación cuando se toman como verdades últimas que pretenden sostener por sí solas el edificio institucional de las actuales democracias. No existe algo así como una «esencia» de la democracia, sino que esta es un régimen de gobierno construido en gran parte sobre principios teóricos que son contradictorios entre sí y que se han amalgamado progresivamente en una historia conflictiva y en una práctica prudencial. Desconocer esta realidad y apelar a la regeneración de la democracia mediante la puesta de nuevo en pleno vigor de su «esencia», que estaría centrada sobre la idea de autogobierno, no conduce sino a resultados insatisfactorios. El autor examina las contradicciones y los problemas a los que lleva el «esencialismo democrático» al hilo del análisis de una serie de tópicos de la filosofía política actual, como son los ya clásicos pares de oposición entre autogobierno y Constitución, o la democracia directa frente a la representativa, o la teoría deliberativa comparada con la contractualista liberal. Aunque también aplica este mismo punto de vista crítico del esencialismo democrático a asuntos más prácticos y contextuales, como son el tan discutido principio de autodeterminación nacional de las entidades subestatales o su reclamación de soberanía, sea exclusiva o compartida. Se trata, en definitiva, de poner de relieve la imposibilidad de reducir la democracia a un solo principio y la necesidad de aceptar su particular condición compleja y tentativa si se desea que funcione menos insatisfactoriamente. La solución de los problemas sempiternos de nuestros regímenes de gobierno no se encuentra en dotarlos de «más democracia», sino en conseguir que esta trabaje mejor
El miedo, que puede orientarse hacia un peligro real o imaginario, inminente o hipotético, e inspirar asimismo reacciones de agresividad o fuga, es una de las emociones más poderosas que articulan la sociedad y por ello se presta bien a la manipulación política. Para CARLO MONGARDINI, en la sociedad actual, sometida a una crisis general de las formas políticas que caracterizaron históricamente la modernidad, se da el caldo de cultivo idóneo para una nueva instrumentalización política y cultural de esta formidable arma, por medio de la cual buscan su legitimación nuevas formas de totalitarismo. Importante contribución a la sociología de la cultura, MIEDO Y SOCIEDAD es una lúcida reflexión acerca de las relaciones de esta emoción con la cultura y la sociedad contemporáneas.
Contrariamente a lo que se suele creer, el Banco Mundial no tiene como misión combatir la pobreza. En realidad, en lugar de combatirla, la reproduce. En la práctica, el Banco Mundial y su hermano gemelo, el Fondo Monetario Internacional (FMI), son instrumentos de subordinación utilizados por las potencias más industrializadas para imponer sus intereses a los países del Sur ahogados por una deuda en la mayoría de los casos impagable. Por otra parte, desde sus orígenes hasta hoy estas instituciones han sido reticentes a considerar el respeto a los derechos humanos como algo que hay que tener en cuenta a la hora de conceder sus préstamos. El Banco Mundial no ha tenido ningún reparo en apoyar financieramente a las dictaduras más sangrientas, y la política que preconiza con frecuencia constituye en sí misma una violación de los derechos humanos fundamentales. Con un rigor extremo, aportando toda clase de datos, este libro analiza las políticas del Banco desde sus comienzos hasta 2006, situándolas en su contexto político y geoestratégico, con resultados reveladores y que a menudo sorprenderán a quien ingenuamente crea que las instituciones financieras internacionales pretenden resolver los problemas de miseria, desarrollo, medioambiente, sanidad o educación de los países sometidos a sus dictados.
¿Los políticos nos manipulan? ¿Nos influyen? ¿O simplemente detectan nuestras necesidades e intentan cubrirlas? ¿Usan la neuropolítica para ello? En realidad los tres términos hacen referencia a lo mismo y lo único que cambia es la connotación positiva o negativa que le queramos dar. Los seres humanos tenemos una serie de necesidades que debemos cumplir y tomaremos nuestras decisiones a favor de aquellas alternativas que nos lleven lograr nuestro objetivo. Si algún político o cualquier otro sujeto satisfacen nuestras necesidades con el interés de influirnos o manipularnos, bienvenida sea esa manipulación. Si ya hemos visto algunos de los métodos más utilizados para conseguir tu voto, como los efectos goggle, halo, diablo y manada, lo cierto es que el repertorio de técnicas utilizado para conseguir influir en las decisiones de los demás es mucho más amplio. La neurociencia y concretamente la neuroeconomía, una rama de la primera para el estudio de toma de decisiones, está consiguiendo aflorar una gran cantidad de métodos para influir en la elección de los votantes.
La desobediencia civil es uno de los conceptos de la filosofía política más controvertidos, nota que impregna asimismo su práctica. En el presente libro, William Scheuerman rastrea de forma analítica y cronológica las cuatro " escuelas " filosóficas,la religioso-espiritual (Gandhi, M. L. King), la liberal (Rawls), la democrática (Arendt, Habermas) y la anarquista, que tienen más presente esta estrategia política que conoce un nuevo auge en nuestros días. Todas ellas comparten un rasgo común: la defensa de la ruptura de la ley cuando ésta es a todas luces ilegítima y existe algo, el derecho natural, que está por encima de ella. Con una saludable objetividad, Scheuerman no deja de tocar temas de actualidad, como el movimiento «Black Lives Matter» o las filtraciones de Snowden, y proporciona la información necesaria para que el lector forme su propio juicio acerca de las diferentes manifestaciones de esta estrategia siempre polémica.
Siempre pensamos que libertad y democracia van de la mano. Pero, ¿realmente es cierto que cuanta más democracia haya de mayor libertad se disfrutará? ¿O no? Ahora que la democracia es el único sistema cuya legitimidad no se pone en duda, este importante l
En las sociedades capitalistas más desarrolladas, progresivamente despobladas y envejecidas, la mayoría de los dispositivos humanos son biopolíticos, es decir, no matan, aunque sirven para realizar ajustes demográficos a largo plazo. El modelo tanatopolítico permanece dormido, como a la espera, en la agenda del Estado que las rige. La impostura política prolifera dentro de tales sociedades debido a que rara vez se reconoce en público que casi todos sus miembros están amortizados en las cuentas del capital, que graciosamente puede regalarles la vida o puede, si el coste es aún menor, directamente matarlos. «El trabajo fue consumación de series disciplinarias, fin último de los hombres construidos en la relación-capital, apoteosis de la producción capitalista. Ya no lo es: ha cambiado su función. Hoy el trabajo en los centros del capitalismo globalizado es, en gran parte, trabajo inútil desde el punto de vista de la producción en general, pero sigue siendo el principal criterio de clasificación y distribución de hombres», Raúl Fernández Vítores.
¿Quién fue Zygmunt Bauman? ¿Cuáles de sus ideas calaron más hondo en el imaginario colectivo de nuestra sociedad? Los enunciados expuestos en Reflexiones sobre un mundo líquido dan cuenta de sus aportaciones a la conceptualización de la posmodernidad, a la que él denominó «modernidad líquida», y en cuyo análisis centró su obra con tanto acierto. Con vocación eminentemente introductoria, presentamos una obra que se convertirá en la mejor toma de contacto con un autor sencillamente imprescindible.
Escrita poco después de volver de París, donde Lippmann había sido testigo de cómo la negociación del Tratado de Versalles se llevaba por delante los planteamientos idealistas con los que EEUU había entrado en la Primera Guerra Mundial, esta pequeña obra se inspira también en los grandes cambios vividos en los albores del siglo XX. Estos iban a afectar a las categorías y a la práctica del gobierno democrático, como la tendencia hacia un ejecutivo cada vez más fuerte que, con un Congreso poco capaz de ejercer su función de control, otorgando el protagonismo a la opinión pública. Pero el modo en que esta opinión pública se formaba también era diferente. Ahora los ciudadanos dependían cada vez más de los medios para formar sus ideas y esto situaba en el centro del juego político el ejercicio de un periodismo carente de profesionales preparados, repleto de propaganda y en manos de empresarios dispuestos a pontificar, desinformar o manipular sin límite alguno. Se dibujan así los problemas que iban a marcar el signo de los tiempos, y entre todos ellos, el interrogante más acuciante: si la democracia basada en el consenso podría sobrevivir a una época en que la «manufactura» de ese consenso estaba en manos de grandes empresas privadas carentes de cualquier exigencia de responsabilidad. Un siglo después las dudas y los interrogantes de esta pequeña obra siguen siendo en gran medida los nuestros.