La vida consagrada no pasa por su mejor momento, a juzgar por el flujo vocacional. Tanto que alguno se pregunta si hay futuro para la vida consagrada y si aún tiene sentido escogerla. La presente reflexión afronta esta incómoda pregunta, pero partiendo de otro interrogante: ¿es la sociedad en la que vivimos post-cristiana o pre-cristiana? En una cultura que fuera post-cristiana, la vida consagrada sería insignificante, como un residuo de una época que parece extinguirse. Sin embargo, si existe en la sociedad una necesidad de signifi cado, una sed de amor y de felicidad, una apertura al misterio, se puede afi rmar que el consagrado aún tiene su lugar preciso con una doble función: reconocer y señalar la nostalgia de Dios y testimoniar con su vida que solo el Eterno puede saciar plenamente dicha necesidad.
Estamos ante un manual, no ante un estudio científico. Una historia de carácter formativo y divulgativo. La razón de esta nueva edición, a la que se han añadido nuevos capítulos y resumido o suprimido otros, es presentar un manual que satisfaga y facilite el conocimiento de nuestra historia a los formandos que han llamado a las puertas del Carmelo, a los miembros del Carmelo Seglar y a aquellas personas que quieran tener una visión de conjunto de dónde venimos y lo que somos.
«La vida consagrada es una forma de especial participación en la función profética de Cristo, comunicada por el Espíritu Santo a todo el pueblo de Dios» (VC 84). Profecía de amor contiene las sabias reflexiones de tres personas consagradas y seducidas por el Eterno. En estas páginas podemos encontrar destellos de esa luz en el corazón de quienes, alcanzados por Cristo, cantan por las azoteas lo que han oído en el secreto del alma, y ponen en el candelero lo que no se ha encendido para ocultar bajo ningún celemín. Como el vino bueno, joven y vigoroso del Evangelio, los textos recopilados en esta obra se nos ofrecen para ser degustados en el gozo de la Iglesia, que celebra con gratitud el Año de la Vida Consagrada.
Este libro recoge los cursos dedicados a la corporalidad que impartió el sacerdote claretiano y médico psiquiatra Rafael Gómez Manzano a diversas comunidades de religiosas contemplativas. Las charlas se centran en el tema del cuerpo y desarrollan temas como la evolución en el modo de comprender el cuerpo humano en la filosofía y en el mundo contemporáneo, el ser humano en la Biblia, la relación entre cuerpo, espíritu y cerebro, y los distintos significados del cuerpo (metáfora del universo, símbolo del yo espiritual, índice de cultura y lugar de la experiencia de Dios), entre otros. Las páginas finales incorporan las preguntas y respuestas de los trabajos de grupo realizados en los cursos a raíz de las charlas.
Esta obra ofrece un retrato de Teresa de Jesús, una mujer apasionante, y de su experiencia mística. La primera parte presenta una visión global de su persona y su mensaje, desde una perspectiva abierta y múltiple que permite contemplar los mil rostros de Teresa. Para ello se centra en sus textos, la mejor reliquia que de ella se conserva. La segunda parte supone una relectura esencial de las tres obras de referencia de la Santa: la Vida como teología narrativa, el Camino de perfección como antropología humanista y las Moradas como mística de la interioridad. La tercera parte, la más breve, se centra en el lenguaje teresiano, una de sus facetas más entrañable y llena de encanto, y una dimensión que hoy en día resulta ineludible para comprender a santa Teresa.
Dentro del ciclo de preparación para el gran Jubileo cristiano del año 2000, esta cuarta antología de textos de los Santos Padres está dedicado al tema central de la celebración: la glorificación de la Trinidad. Por medio de 133 textos de 48 Padres de la Iglesia, se desarrollan los puntos esenciales del misterio cristiano. Cada uno de los textos va presentado con un breve comentario para facilitar su comprensión. Se trata de un valioso material de lectura y meditación, y también para la catequesis y la predicación. El volumen se completa con tres índices: bíblico, temático y de autores y obras.
Los guardianes de la ortodoxia gustosamente hubieran quemado a Mary Ward en una hoguera inquisitorial. Galileo, por aquellos años, desarticulaba el planetario moviendo la tierra en torno al sol. Un mismo papa, Urbano VIII, condenó a Galileo y condenó a Mary Ward. Mary Ward, crecida en una familia yorkina empapada de jesuitismo, quiso aprovechar inteligentemente la brecha abierta por Ignacio de Loyola que desparramaba a sus jesuitas hasta cualquier área fuera de los muros tradicionales monásticos. Esta fue la primera mujer cristiana decidida a situar a las monjas fuera de los conventos de clausura donde los varones las tenían encerradas. El amor divino en ella arde como el fuego, no se puede encerrar. Es imposible amar a Dios y no trabajar para extender «Su Gloria». Crea equipos de jóvenes cultísimas y las pone al frente de escuelas y de misiones arriesgadas. Defensora de la Iglesia Católica en Inglaterra sufre la persecución anglicana por ayudar a los pobres, a los presos y a los católicos vacilantes en su fe. Pagó cara su osadía. Tras ella, bien a pesar de los jerarcas empeñados en ahogar sus planes, un chorro de «monjas en la calle» ha contribuido desde la mitad del siglo XVII a capacitar a las féminas para su gran revolución. La misión que emprendió en Inglaterra, hoy día esta extendida en los cinco continentes a través del Instituto que fundó. I.B.V.M. Instituto de la Bienaventurada Virgen María