Recrear momentos de la historia es una de esas quimeras hacia las que la gran pantalla nos sirve de puente, y uno de los momentos que el cine ha visitado con mayor frecuencia ha sido la edad media, período mítico por excelencia en el que se basa buena parte de las leyendas y los referentes de nuestra sociedad actual. El medievo queda al mismo tiempo lo bastante lejos como para poder crear mundos exóticos y arcanos que nos seduzcan, y lo bastante cerca como para que nos podamos sentir identificados con él. Así, a través de intermediarios, como la literatura, desde Shakespeare hasta Walter Scott, o la pintura de historia del siglo XIX, el séptimo arte ha contribuido de forma decisiva a crear nuestro cliché de la edad media. Un mundo de oscuridad, misterio, magia y barbarie tan romántico que, aunque quizá nunca ha existido, ha habido que inventarlo.
El cine de cárceles ha desarrollado un lenguaje propio, casi como si de un género se tratase. Y lo ha hecho para presentarse ante la audiencia con muy diferentes intenciones: desde denunciar un sistema penal con serias imperfecciones a relatar historias de superación, pasando por descubrir injusticias e implicarnos en trepidantes fugas. Pero ya sea con la intención de emocionarnos, sobrecogernos o incluso hacernos reír, cada vez que una cámara se ha colocado al otro lado de las rejas lo ha hecho para recordarnos el valor de un bien no siempre del todo apreciado: nuestra propia libertad.
ochenta películas seleccionadas entre miles de títulos que han ido conformando una cinematografía de primera fila, coherente, industrialmente potente, y culturalmente imprescindible. en 2020 se celebrarán los 125 años de la primera proyección en paris,
La violencia, ese instinto animal arraigado en el hombre desde tiempos remotos, se institucionaliza a través del Estado, poseedor de su monopolio bajo el amparo de la ley, para impartirse desde motivaciones supuestamente legítimas; entre otras, la de salvaguardar la paz social mediante esa represión que trata de mantenernos alejados de la barbarie. Intrínseca a esa prerrogativa del Estado está la facultad de obligar a sus ciudadanos a secundar esa violencia, aportando su sufrimiento e incluso su propia vida y la de sus seres queridos. El cine, reflejo de todas las facetas que engloba la existencia del ser humano, nunca estuvo al margen de la representación de la guerra, ya sea para apoyarla, para censurarla, para constituirse en mero testimonio histórico o incluso para utilizarla como un espectáculo más con el que distraer a la audiencia. La guerra es, por desgracia, ese elemento que siempre estuvo, está y estará presente en el devenir del género humano.
La segunda mitad del siglo xx en España estuvo caracterizada por una serie de cambios que tuvieron su punto de inflexión con la muerte de Franco y el fin de la dictadura, una sucesión de transiciones y transformaciones que, sin duda, marcaron el devenir de la sociedad actual. El recorrido que se propone con las cincuenta películas seleccionadas pretende mostrar cómo afectaron todos estos cambios sociales, económicos, políticos, culturales y emocionales a la población española; trabajos que hablan de la apertura de España al exterior y la llegada de la modernidad, pero también de la salida de un Régimen que durante cuarenta años había paralizado en muchos sentidos al país.
Tanto el cine como la exploración espacial surgen a partir de avances tecnológicos que hacen posible dos actividades que previamente solo podían suceder en el dominio de la imaginación: el abandono de la Tierra y la materialización animada y reproducible de la visión de un artista. Ambos sueños, transformados en realidades, se han retroalimentado en el tiempo, compartiendo elementos para que cada uno lleve a cabo sus propios objetivos: conocer y habitar nuevos lugares del universo, que a su vez se conviertan en nuevos escenarios y situaciones donde los cineastas puedan contar sus historias. Este libro, que desde su título parte del mensaje entusiasta con el que Yuri Gagarin salió de la Tierra a bordo de la Vostok 1 ¡Poyejali! (¡Vámonos!), propone uno de los infinitos viajes posibles a través de las retroalimentaciones entre la historia de la exploración espacial y el cine.
"Historia del cine español (1896-2006)" publicada en 2007 por esta editorial y que ahora presentamos de nuevo -a modo de homenaje a su autor- con los textos originales, las conclusiones oficiales de las Conversaciones de Salamanca y el apartado sobre la censura, pero añadiendo una sucinta reseña de Rafael de España sobre lo producido en los últimos diez años.
¿Te imaginas un festival del humor donde no se ríe nadie? Este libro no solo lo imagina, además trata de explicar por qué no sería un fracaso, sino, más bien, la posibilidad de una nueva forma de comedia. Hace casi diez años un buen puñado de los críticos y humoristas más importantes de nuestro país unieron sus fuerzas, en forma de textos y viñetas, para rastrear las últimas mutaciones que estaba experimentando el humor a través de la parodia, la incomodidad o el vacío. El «posthumor» fue el término que crearon y Andy Kaufman, Bill Murray, los Monty Python, Judd Apatow, Aki Kaurismaki, Stephen Chow, Jerry Seinfeld, los hermanos Farrelly y Takeshi Kitano algunos de los nombres que lo encarnarían. Desde entonces han pasado muchas cosas en las fronteras del humor ?el ataque terrorista a la redacción de Charlie Hebdo, las condenas a tuiter@s español@s bajo el amparo de la Ley Mordaza, los periódicos calentones colectivos en redes sociales, el último monólogo de Hannah Gadsby? que nos han hecho ver la necesidad de reeditar estas ideas y sumar aportaciones nuevas que las enlacen con los debates actuales sobre la ética del humor: ¿debe el cómico plantearse quién le ríe los chistes?, ¿qué efectos tuvieron tantos chistes a costa de Monica Lewinsky?, ¿puede el humor ser constructivo?
Constitueix un apropament documentat i rigorós al cinema a Catalunya durant la Guerra Civil, amb una especial èmfasi en Laya Films, la productora del Comissariat de Propaganda de la Generalitat republicana, que va produir noticiaris (com Espanya al dia) i documentals durant els anys 1937 i 1938. El text descriu les cartelleres de Barcelona, els conflictes darrere els estudis de rodatge o les pel·lícules que s'hi van fer, alhora que reivindica personalitats tan fascinants com Joan Castanyer (col·laborador estret de Jean Renoir i amic de Picasso), Rosario Pi (primera cineasta catalana del període sonor) o Paco Elías (pioner del cinema sonor espanyol i quintacolumnista infiltrat al sindicat anarquista), i reconstrueix les vicissituds d?André Malraux durant el rodatge de L?Espoir a Catalunya els darrers dies de la guerra.
Bueno, pues hoy vais a leer este libro, y os voy a contar un poco... Esta es la historia de un chiquín, llamado Ángel, que un día decidió compartir con sus amiguitos de Facebook sus chorradas postcine rodeado de saludables cañas. Y como la gente se reía, creó una página llamada " de Cine" en dicha red social. Y allí elevaba su muy particular visión sobre películas, clásicas o actuales, con un uso del castellano muy peculiar, con expresiones de la enjundia de "lo que le da calidad a la película" o "A TETA BRISA". Y como la gente se seguía riendo y cada día se sumaban más fanses a las , traduce al papel lo escrito en digital. pero siempre de buen rollo. Y para ilustrar lo que es " de Cine", qué mejor que una de estas como ejemplo: Bueno, pues hoy he visto DIRTY DANCING y os voy a contar un poco. La película va de una chiquina que se va con su familia de campamento de verano a aprenderse una coreografía y tirarse al profesor de baile. A la muchacha le llaman Baby, como a un cerdo de peluche, y la pobre es un tordo romero. Se lleva un poco mal con su hermana, que es tan tonta que no tiene cola porque se la mordería. El campamento familiar es un desparrame: taller de pelucas, merengue, magia, julepe Al límite. Están los yayos como en un ambulatorio. Y los trabajadores mientras tanto restregando la patata en sus barracas que aquello ya es restregar por restregar, porque después de 8 horas eso ya no da gustito, eso escuece. El profesor de baile es más chulo que un pavo con los huevos de un caballo, y baila con la profesora de merengue como monos peleaos. Cada vez que bailan los demás se apartan por si les cae un zapatazo o un soplamocos, porque esos bailan a pata galope. La Baby baila como mi madre en los cruceros, pero luego el profesor le enseña un baile que es pasitos de frente, pasitos de espalda, arrechucho que te pego, te hago la redondilla, cosquillas en la sobaca mora Y un salto que tú te ves toda la película entera a ver si al final la lanza patrás y la escalabra, y que es lo que le da la calidad a la película. El vestuario está muy bien porque son chanclas con calcetines y las tetas apoyadas en los pantalones, y la música es muy buena porque dan ganas de restregarte hasta con el marco de la puerta. Te la recomiendo si te gusta jugar al julepe o bailar a pata galope.
Yokakis, samurais, yakuza, geishas, monstruos gigantes, sexualidad malsana, surrrealismo historico, leyendas ancestrales, honorabilidad... Estos son solo algunos de los elementos que pueblan una cinematografía japonesa, que, al igual que el país que lo contiene, se debate en una lucha eterna entre la tradición y la modernidad. Poseedor de una rica y extensa filmografía que, pese a ser hoy bastante más conocidad de lo que lo era hace no muchos años, sigue siwendo una gran desconocida para un amplio espectro del público occidental; espectadores que tienden a catalogar el cine japonés bajo unos parámetro erróneos y derivados de equivocadas ideas preconcebidas, extrapoladas de películas estereotipadas que en absoluto dan una visión fidedigna de la realaidad. La cinematografía japonesa guarda dentro de sí muchas y variadas propuestas que nos hacen mirar con esepranza hacia oriente, ya que Japón es dueña de una cultura audiovisual envidiable y lo sificientemente diferente a la nuestra, la occidental, como para detenerse sobre ella y descubrir verdaderas joyas fílmicas. Sirvan puess estas páginas como una guía iniciática que fomente la curiosidad en el lector y le anime a bucear libremente en el profundo, rico, variado y hermoso mas de sensaciones y emociones que es el cine japonés
Entre 1929 y 1948, Hollywood era una ciudad formada por pequeños imperios creadores de sueños. Los grandes estudios cinematográficos eran feudos de talento... enormes, densos, bulliciosos, diversos. Era la edad de oro de las películas, y cada estudio hizo su contribución distintiva a la industria del cine: Paramount, donde Adolph Zukor dejaba a susdirectores plena libertad para que expresaran todo su talento; MGM, donde el rey era el productor y basaba su política en ofrecer las más grandes películas interpretadas por los más grandes actors; Warner Brothers, regida por la frase clave de Jack mWarner: No lo quiero bueno, lo quiero el martes; Fox y su estética conservadora; RKO, abierta a todo tipo de filmes; Universal, la auténtica industria del cine, un monstruo gigantesco si personalidad propia, mimetico de todos los demás estudios, pero capaz de darnos también los mejores clásico del cine de terror. Ethan Mordden, en su atento repaso a los principales estudios de Hollywood en los grandes años de la producción cinematográfica, nos ofrece una apasionante retrospectiva que abarca toda una época y un lugar. Lleno de anécdotas e incidents, Los estudios de Hollywood son a la vez una exploración autorizada y un gran revival de la época e nque se cimentó uno de los fenómenos más revolucionarion de nuestro siglo: el cine
A lo largo de su dilatada historia, la utopía concibió modelos sociales que se sabían ambivalentes e irrealizables porque, desde su mismo origen, las contradicciones han de formar parte de la esencia de todo paisaje utópico. Sometida a sus dogmas incuestionables, la utopía se pervierte y se transforma en distopía, aunque con frecuencia resulta difícil establecer las fronteras entre una y otra. Partiendo de los modelos clásicos de Huxley y Orwell, en un itinerario que nos llevará desde " Metrópolis " hasta el OASIS de " Ready Player One " , el presente volumen notificará, a partir de una variada selección filmográfica, el fracaso de estos modelos de sociedad rígidos y reglamentados. Recuperar el pensamiento utópico hoy supone enfrentarlo con los problemas de nuestro tiempo en un mundo real donde individuo y comunidad puedan convivir sin fricciones. El cine contribuye poderosamente a mantener vivo este relato, pues uno y otro se sitúan bajo el mismo entorno del sueño.