Castilla-La Mancha, Comunidad Autónoma de



TESORO ARTÍSTICO Y GUERRA CIVIL. EL CASO DE CUENCA (VEGA ALMAGRO, VÍCTOR DE LA)
El Cronista de Cuenca Juan Giménez de Aguilar y Cano murió en Alcalá de Henares en el año 1947, desterrado y proscrito por los ganadores de la guerra civil española. la leyenda negra creada en torno a él por los franquistas, aún perdura. Este trabajo espera contribuir a desmontarla y restablecer la verdad sobre su actuación al frente de la Junta del Tesoro Artístico de Cuenca durante la guerra civil española. La recuperación de la memoria y la verdad es necesaria para una comprensión equilibrada de aquel período en uno de sus aspectos más importantes: la destrucción de iglesias y ornamentos.Este libro ofrece una perspectiva del problema de la propiedad de los bienes artísticos y de cómo éstos fueron objeto de venta y especulación, así como también víctimas de la ola revolucionaria. Sin embargo, muchos republicanos se jugaron la vida para salvarlos en aquellos trágicos mil días. Esa es la verdad, y ha sido ocultada hasta ahora.

LAS FLORES DE LA ATALAYA (CAMPOS GALLEGO, JUAN)
A pocos kilómetros de Ciudad Real nos encontramos con un paraje muy utilizado por los ciudarrealeños para aliviarse del estrés urbano y pasear, correr, jugar con los retoños o saborear los amores primeros. Se le conoce como La Atalaya, ya que desde su cima se recorren 360º sin que la mirada tropiece en nada que no sea un lejano horizonte donde se junta un cielo, casi siempre azul, y una tierra hermosamente llana. La vegetación, aunque muy degradada y poco cuidada, es sorprendentemente rica en especies. En esta obra recogemos una mínima parte de estas especies. Quizás sean las más comunes, las que estamos hartos de ver y a las que no prestamos la menor atención cuando pasamos a su lado. Queremos llamar tu atención sobre su escondida belleza, su humildad, la fugacidad de su floración y la riqueza que supone poder admirarlas. Tal vez, convencidos de que los paraísos son siempre lejanos, no sepamos apreciar lo que nuestro estorno inmediato nos brinda a diario. La obra, profusamente ilustrada a todo color, recoge una dilatada selección de esta flora, con su denominación científica correspondiente y una completa descripción.

TOLEDO Y BIZANCIO (CORTÉS ARRESE, MIGUEL)
Los estudios recogidos en este volumen profundizan en el conocimiento de los siglos VI y VII, cuando Toledo fue sede política y religiosa del reino visigodo y en la que dio comienzo su brillante trayectoria posterior.La ciudad dio acogida a una corte cuyos modelos de comportamiento y gustos estaban influenciados por la capital mundial del momento: Constantinopla.Esta vinculación se vuelve a dar en la época moderna, en tiempos del Greco quien no abandonó nunca sus raíces bizantinas, quizás su vertiente menos conocida, y tuvo la oportunidad de convivir con una colonia de griegos asentados en Toledo.

RECUERDA CUENCA Y LA CIUDAD ENCANTADA (RODRÍGUEZ ZAPATA JOSÉ LUIS)
Declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, Cuenca debe su existencia a la topografía, ya que su estratégico emplazamiento, justo en la confluencia de los ríos Júcar y Huécar, le confieren un carácter defensivo que fue su razón de ser. La falta de espacio configuró un trazado irregular en sus calles y un crecimiento en altitud de sus casas, lo que origina una perspectiva sorprendente de sus viejos edificios, sus famosas Casas Colgadas, la Catedral, la iglesia de San Pedro y el Castillo, todo ello alternando con numerosas construcciones civiles que forman un conjunto urbano armonioso y singular. También se da cuenta en esta obra de su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, y de sus principales especialidades gastronómicas, como el cuchifrito, el zarajo y el famoso morteruelo. La visita termina en La Ciudad Encantada, Declarada Sitio Natural de Interés Nacional en el año 1929, paraje natural cárstico que se extiende sobre un área de 20 kilómetros cuadrados.

LA PLAZA MAYOR Y SU ENTORNO ARQUITECTÓNICO. . CUENCA, CIUDAD BARROCA I (IBAÑEZ MARTÍNEZ, PEDRO MIGUEL)
El contenido del presente volumen atiende a la plaza Mayor y su entorno arquitectónico. De todo el conjunto barroco de la ciudad, hemos decidido segregar el sector para prestarle la atención debida del centro histórico que es la plaza Mayor. De compleja evolución, conoce su momento culminante en lo monumental a lo largo del siglo XVIII. Era por entonces el conjunto barroco por excelencia de Cuenca. Le daban su significado, y en buena medida se lo siguen dando, tres importantes monumentos y sus correspondientes fachadas: la catedral, las casas consistoriales y el convento de San Pedro de las Justinianas. La imagen más potente la ofrecía sin duda el antiguo hastial catedralicio y la vecina torre de campanas o Giraldo, aunque es de lamentar la pérdida de todo ello y de la propia unidad dieciochesca de la plaza. La fábrica de las nuevas casas consistoriales cerraba la explanada por el sur, en un teatral efecto genuinamente barroco. Por último, el convento de las Petras alzaba su masa con una fachada entonces más barroquizante, por la pintura, de lo que ahora muestra.