Incluye un estuche a todo color dedicado al MADRID BOHEMIO, desde finales del siglo XIX hasta la Guerra Civil, que contiene un gigantesco plano del Madrid de la época con los principales cafés cantantes, tabernas del mal vivir, casas de dormir, domicilios de escritores, poetas y cupleteras, librerías de viejo, cementerios y enclaves siniestros, tertulias y teatros de variedades, con información detallada de estos y de aquel fascinante mundo. Todo ello junto a un cuaderno de 32 páginas con una selección de ensayos sobre la bohemia y un cartel, también a color, realizado en exclusiva para esta edición por la maravillosa Ajo Galván. El nuevo Agente Provocador es bello, único y coleccionable.
Leopoldo Bonafulla finalizó este libro en noviembre de 1909, apenas un mes después del fusilamiento de su amigo y compañero Francisco Ferrer i Guardia. El objetivo explícito de la obra era triple: explicar las causas de la insurrección, denunciar la repr
Este libro acomete un estudio riguroso y documentado de la situación de la enseñanza en España en el primer tercio del siglo XX, visto a través de lo que acontecía en la provincia de Segovia entre 1900 y 1931. Un periodo con una situación de partida ensombrecida por nubarrones como las altísimas tasas de analfabetismo, la carencia de escuelas, la escasez de maestros, la mala formación de éstos, los recursos casi inexistentes, la inasistencia escolar, y un largo etcétera, en el que, sin embargo, hubo maestros con un gran nivel de conciencia que trabajaron para llevar al pueblo una formación más democrática, sacándole del atraso cultural en que se encontraba, que se organizaron y aprovecharon algunas reformas estructurales para prender una luz que contribuyó al resplandor que para la educación supuso el advenimiento de la II República.
Aquesta és la història dels emigrants de la Marina Alta a Nova York entre els anys 1912 i 1920, un fenomen migratori de magnitud impressionant del qual s'ha parlat molt però, fins ara, poc investigat i no gens tractat des d'una perspectiva comarcal.
Quizá con Ciro Bayo desaparece un tipo de escritor entre bohemio y sabio, un escritor, como dijo Gastón Baquero, en estado puro. «De escritor que sólo necesita de veras escribir para dominar la existencia. Los demás lo ven como fracasado, mentiroso, ridículo a veces, pero él es por dentro el rey de un mundo magnífico». En EL PEREGRINO ENTRETENIDO se presentó así: «Soy un caballero andante de nuevo cuño, o si le parece a usted mejor, un pícaro; porque a esto viene a parar la antigua caballería traducida a la prosa de la vida corriente. Soy también letrado, que es lo mismo que decir hidalgo pobre dos veces, con la agravante de conllevar con buen ánimo y conformidad mi pobreza. Soy artista, soy escritor, y quien dice esto, dice un desmañado, un inepto en la vida práctica. Además de esto, no quiero rebajarme al nivel de esos prosaicos burgueses de susceptibilidades y pequeñas vanidades, que manejan con tal cual acierto sus negocios y no pasan de ahí. También me siento enemigo de la sociedad actual; yo, que odio la vida reglamentada y codificada, no soy ni idealista ni utopista, ni pensador ni energúmeno, ni apóstol ni sicario. Soy un estoico, al que no se le da nada de la vida corriente. Lo confieso soy un español rezagado del siglo XVII». No fue difícil reconocer a Ciro Bayo detrás de don Peregrino Gay, en Luces de bohemia. Valle-Inclán lo presentará como el hombre que «ha escrito la crónica de su vida andariega en un rancio y animado castellano» y su amigo Ricardo Baroja escribió de él que era un «magnífico compuesto de soldado, de viajero, de poeta, de asceta, de bohemio, dando a esta palabra su sentido más noble y último aventurero español de la vieja, de la noble cepa». CIRO BAYO (Madrid, 1856-1939). Fue un extraño personaje, de vida aventurera y bohemia. A los 16 años milita en el Partido Carlista, como cuenta en su libro Con Dorregaray, una correría por el Maestrazgo (1912). Estudió Derecho. Recorre Europa y América del Sur -fue maestro rural en la Argentina- y sus andanzas le inspiran obras como El peregrino en Indias. En el corazón de América del Sur (1911), Los marañones. Leyenda áurea del Nuevo Mundo (1913), Los caballeros del Dorado (1915), Por la América desconocida (1920), etc. Entre lo más destacado de su obra, están los libros de viajes por España: Lazarillo español (1911), que narra un viaje de Madrid a Barcelona, y este que aquí presentamos, El peregrino entretenido (Viaje romancesco) (1910), donde relata una excursión a pie, desde Madrid hasta Yuste, en compañía de Pío y Ricardo Baroja.
Una profunda crisis institucional, política, ideológica y socioeconómica marcó la etapa final del régimen liberal oligárquico de la Restauración, liquidado finalmente en clave autoritaria. Este libro, a través del estudio del caso de las comarcas de Castelló, contribuye decididamente a la identificación de las claves que definen como lo afrontaron y qué papel jugaron las fuerzas dinásticas ?liberales y conservadoras?. A través de la búsqueda de elementos que aportan luz a estas cuestiones, Gerard Llansola va poniendo de manifiesto la presencia de un proceso de adaptación de las facciones liberales y conservadoras castellonenses a contextos políticos relativamente movilizados, empujadas por la necesidad de presentar batalla en los escenarios propios de la política de masas. No obstante, ni los conservadores ni los liberales, como el estudio constatan, estuvieron dispuestos a renunciar a los privilegios que el sistema les ofrecía en los ámbitos electoral e institucional para hacer evolucionar el régimen hacia niveles de corrupción y caciquismo más homologables a contextos verdaderamente democráticos.
En el ardiente verano de 1907 el gobierno conservador de Antonio Maura, preocupado por el creciente escándalo ante los delitos cometidos por los bandoleros andaluces y su aparente impunidad, organizó una gran campaña contra ellos con miles de guardias civiles. Al cabo de un tiempo, solo permanecía activa una última cuadrilla formada por Francisco Ríos González, Pernales, y Antonio Jiménez Rodríguez, Niño del Arahal, quienes durante semanas burlaron la persecución en una huida seguida día a día por los periódicos. El diario republicano España Nueva envió a su reportero Enrique Mullor de Quesada a intentar obtener una entrevista con Pernales en un viaje cuajado de incidentes, en el que incluso el periodista fue detenido por la guardia civil. El periplo quedó interrumpido cuando los fugitivos fueron abatidos en la sierra de Alcaraz, pero la serie de crónicas titulada En busca del pernales, nunca hasta ahora recogidas en libro, no constituyeron tan solo el vibrante relato de una persecución periodística, sino una radiografía del bandolerismo y de sus causas, un intento de comprender desde el terreno los problemas del campo andaluz y los ultrajes padecidos por los jornaleros. Esta olvidada crónica narra el canto del cisne del bandidaje meridional, y de su leyenda, combinando interés narrativo, calidad literaria y capacidad analítica. Enrique Mullor de Quesada (Cuba, 1880-Tánger, 1946) fue un periodista criado en Teruel y que inició su carrera en el diario republicano de Rodrigo Soriano, España Nueva, desde su fundación en 1906; allí publicaría numerosos artículos y reportajes con el seudónimo de El Capitán Tormenta. Trabajó también para España Libre, ABC y otros periódicos, pero su trayectoria estuvo particularmente vinculada a El Sol, donde fue redactor durante cerca de veinte años y donde seguía trabajando en los duros años de la Guerra Civil, que pasó en Madrid. Fue candidato a diputado por Teruel en dos ocasiones durante la II República por los partidos republicanos de Alejandro Lerroux y de Miguel Maura, expresión de sus ideales regeneracionistas y su continua preocupación por los males sociales que también combatió desde el periodismo. Fernando Durán López es catedrático de Literatura Española de la Universidad de Cádiz y autor de varios libros y artículos sobre las representaciones literarias del bandolerismo andaluz en el siglo XIX y principios del XX, alrededor de las figuras de Juan Caballero, Julián Zugasti y el Vivillo.
Una ciudad siempre es un organismo en evolución, a veces en auténtica metamorfosis, como la que experimentó Barcelona entre los años diez y treinta del siglo XX. Tuvo la suerte de atraer la atención de un periodista, Gaziel, que nos ha dejado un retrato