Dieciocho meticulosos estudios, firmados por autores de conocido prestigio y coordinados por José Manuel Nieto y Óscar Villarroel, conceden una mayor importancia y presencia historiográfica a las iniciativas de consenso, pacto y negociación, cuyo papel histórico parece condenado con frecuencia a un segundo plano ante el protagonismo que, por lo común, asumen unas relaciones de conflicto de las que también formaron parte consustancial.
Entre la redacció de la Doctrina pueril i del Romanç dEvast e Blaquerna, Ramon Llull dedicava al fill (i per extensió, al laic cristià) el Llibre dintenció (vers 1276), un tractat monogràfic, relativament breu, sobre la teoria de les finalitats (o de la doble intenció), fonamental en tota la producció lulliana. La primera intenció es refereix a la causa final o objectiu. La segona intenció són els mitjans per aconseguir aquest fi. En invertir-les o confondre-les, lhome actua lliurement contra lordre natural, diví, la qual cosa és lorigen del pecat. El Llibre dintenció esdevé, així, una mena de manual dús específic per ordenar correctament les intencions. Lobra va ser àmpliament difosa a Mallorca, a Catalunya i a Castella, al llarg de tota lEdat Mitjana. Com a conseqüència de lauge entre els lectors medievals (mercaders, cavallers i clergues, especialment), actualment sen conserven quinze còpies catalanes manuscrites (que daten dels segles XIV a XVIII) i setze còpies llatines (entre les quals la còpia més antiga de tota la tradició, la que va pertànyer a Pere de Llemotges, de vers 1289), a més de tenir constància duna traducció al castellà del s. XV. La present edició, a cura de Maria I. Ripoll Perelló (coordinadora de la Càtedra Ramon Llull de la Universitat de les Illes Balears), és la primera que té en compte tota la tradició manuscrita i impresa catalana, contrastada puntualment amb els manuscrits llatins de major autoritat.
Pocas personas relacionan al famoso monarca sabio con las cruzadas, es más, algunos podrían creer que son elementos contrapuestos. Sin embargo, Alfonso fue un hijo de su época, tiempo en que las cruzadas estaban en pleno apogeo. En todo caso las cruzadas fueron algo más que campañas bélicas en nombre de una jerarquía eclesiástica. La ideología y el lenguaje cruzados impregnan a toda la sociedad, que participa activamente de una forma u otra. Este libro se centra en la actuación e interrelación del monarca y las élites de la época en este campo (nobleza, Iglesia, órdenes militares), al tiempo que contempla el funcionamiento de dos mecanismos básicos para emprender cualquier cruzada: la predicación y la financiación. Finalmente, se hace un análisis de la presencia de la cruzada en las obras literarias y legales del monarca castellano. También hay una voluntad de comprobar si esa visión era acorde a la de su época o si difería y en qué aspectos. José Manuel Rodríguez García es doctor en Historia Medieval por la Universidad de Salamanca, habiendo cursado estudios de grado y postgrado en la Universidad de Edimburgo. Ha trabajado como guía, editor, arqueólogo y, actualmente, es profesor del departamento de Historia Medieval en la UNED. Con numerosas participaciones en congresos y libros nacionales y extranjeros, también ha colaborado en The Oxford encyclopedia of Medieval Warfare and military technology (2010). Es autor del Atlas histórico de la
La «Suma contra los gentiles» pertenece al conjunto de «sumas» como género literario que pretende ofrecer una enseñanza de conjunto organizada. Por su contenido es filosófica, porque utiliza argumentos racionales, aunque por su intención es apologética. La redacción de los cuatro libros que componen la obra, en los que Santo Tomás empleó unos cinco años (1259-1264), fue debida a la petición de San Raimundo de Peñafort, para que sirviesen como manual de apologética a los frailes que se dedicaban en España a la evangelización de los infieles musulmanes y de los judíos de las tierras reconquistadas. Es una de las pocas obras del Aquinate de las que se conserva gran parte del texto del original escrito por él (Libro I, cap. 13 hasta el III, cap. 120), guardado en el Archivo Vaticano. Esta primera «Suma» de Santo Tomás es una obra filosófica, pero en pleno acuerdo con la fe cristiana. Es un tratado filosófico o racional, en sentido amplio, sobre Dios. De Dios en sí mismo, de Dios en cuanto creador y de cómo Dios es fin de todo se ocupan los tres primeros libros de la obra. El cuarto y último es teológico, porque se basa en la revelación divina. Se vuelven a tratar las tres grandes cuestiones Dios en sí, como principio y como fin de todos los seres, pero por la vía sobrenatural.
Pedro Abelardo es el primer intelectual urbano de la Edad Media. Pocas vidas más agitadas que la suya y la de su amante Eloísa. Si él fue un revolucionario, ella fue la única filósofa en un mundo en que las mujeres ya dominan los palacios, protegen a los trovadores y comienzan a ser dueñas de su destino. Por su carácter revolucionario lo persiguieron hasta el ensañamiento y llegaron incluso a castrarlo para que no pudiera seguir viviendo con su alumna y mujer Eloísa. Bernardo de Claraval, el presunto gran reformador cisterciense, se ensañó con sus ideas aunque no pudo acabar con su legado. Por fortuna, Abelardo escribió su autobiografía, Historia de mis calamidades, la única de un escritor medieval. Fue una de las personalidades más excepcionales de la Edad Media: teólogo, filósofo y abad, cuyas reformas casi le cuestan morir a manos de sus propios monjes. No pudo tener una mujer que mejor le comprendiera y que más le estimulara que su propia alumna, Eloísa, amante hasta los últimos días de su vida, pese a todas las desgracias que los separaron. Si la vida de cada uno de ellos es un himno a la libertad y a la inteligencia, su encuentro ha producido una de las parejas de amantes más famosas de la historia. Y ante estas dos personalidades uno no puede dejar de preguntarse quién fue más grande, si Abelardo con su filosofía, o Eloísa con su lucidez intelectual y humana.
En esta singular novela impregnada de resonancias de tiempos y tierras lejanos, un Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) más risueño e irónico entrevera con maestría la peculiar relación sentimental jalonada de marchas y contramarchas, así como de ambigüedad, entre Claudio Borja, un joven poeta valenciano, y Rosaura Salcedo, una rica dama argentina, con las vicisitudes que dieron lugar en el siglo xiv al denominado Cisma de Aviñón y llevaron al papado, con el nombre de Benedicto XIII, a «aquel don Pedro de Luna, la voluntad más tenaz de su época y tal vez de todos los tiempos». Serenado por los años, y trasponiéndose al propio Borja -especie de Scheherezade moderno-, en EL PAPA DEL MAR (1925) un Blasco con pleno dominio del ritmo y de la técnica narrativa trasciende realidades e ideas y se entrega gozoso al puro placer de narrar.
En este segundo volumen de la "Historia de la Iglesia católica" asistimos al nacimiento y desarrollo de Europa bajo la égida del pontificado y la espada del emperador. Vemos cómo la levadura de Roma y la acción misionera y civilizadora del benedictismo van realizando la transformación de los pueblos. La burguesía y las órdenes mendicantes aportan un nuevo espíritu. Se suceden horas de crisis angustiosas y días de triunfos espléndidos. Conocemos al hombre medieval en sus devociones y en sus supersticiones, en sus costumbres y en sus heroísmos caballerescos.
El monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo ocupa un lugar destacado en la historia de Castilla. Fundado en 1364 por Inés García Suárez de Meneses, la nueva comunidad gozó desde sus primeros instantes de vida de un sólido apoyo por parte de la realez
Las páginas de este libro nos adentran en el pensamiento y en la vida de Francisco de Asís. Se recogen en ellas los Escritos del propio santo; la Leyenda mayor, de san Buenaventura, que muestra en toda su grandeza la personalidad del Poverello; y las Florecillas, una de las obras maestras de la literatura universal, que conserva toda la frescura de los entrañables relatos de la vida de san Francisco de Asís.
Esta obra quiere ser una contribución de la BAC a la difusión de la doctrina de Santa Catalina de Siena. La primera parte de la misma, El Diálogo, es según establece el P. Salvador en el cuidado análisis introductorio, una recopilación de diversos escritos de la santa Doctora, con abundantes alusiones autobiográficas, lo que resuelve numerosos problemas de crítica interna, hasta el momento imposibles de resolver. La segunda parte lleva por título Oraciones y Solilo-quios, porque el contexto de estas piezas espirituales cumple en su mayoría las condiciones para que puedan ser así denominadas. Tres introducciones enriquecen la presentación. La primera está dedicada al estudio de la formación espiritual y literaria de Catalina; la segunda se refiere a la problemática que plantea "El Diálogo"; la tercera corresponde a las "Oraciones y Soliloquios". Concluye el volumen con dos índices de gran interés y minuciosidad: el de materias y el literario.
Testigo de una época turbulenta que vio la destrucción del Califato, las guerras civiles y la anarquía de las taifas -sucesos que dejan huella en escritos de Ibn Hazm de Córdoba (994-1063) tocantes a otras disciplinas, como el derecho, la teología o la historia-, en " El collar de la paloma " el autor, en cambio, evoca y resucita con delicada nostalgia su ciudad natal, la «gran metrópoli del Mediodía», en sus días de esplendor bajo el gobierno de Almanzor. Fechado en la ciudad de Játiva el año 1022, este «Tratado sobre el amor y los amantes» es, en palabras de José Ortega y Gasset, entusiasmado prologuista de la obra, «el libro más ilustre sobre el tema del amor en la civilización musulmana».
El tema de la muerte forma parte, con mayor o menor intensidad, del entramado psicológico de todas las culturas. Los autores de la Baja Edad Media le dedicaron un amplio espacio en sus escritos y lo presentaron no como una pérdida de la consciencia psíquica, sino como antesala de la vida plena. Desde este punto de vista, morir era algo más que la consecuencia lógica de un proceso natural; algo que habría que asumir y aceptar no con resignación, sino con la esperanza de alcanzar la felicidad y plenitud que toda conciencia psíquica lleva dentro. La «Epistola consolatoria de monte amici», escrita a partir de 1260 por el dominico Vicente de Beauvais, es el ejemplo medieval más acabado sobre estas consideraciones. Un modelo que retoma la mejor tradición consolatoria para aquietar el corazón de Luis IX de Francia, atribulado por la muerte de su heredero y primogénito. La obra, que se presenta por primera vez en formato bilingüe latín-castellano, es prácticamente desconocida, y a ella cabe el honor de abrir la serie "Scriptorum mediaevalium et renascentium", publicada conjuntamente por la UNED y la BAC.
La perspectiva fue una de las invenciones más importantes del Renacimiento. Con ella, el arte occidental experimentó el mayor viraje de toda su historia. La imagen en perspectiva es hoy omnipresente y ha sido exportada al mundo entero. Pero su dominio nos hace olvidar que en modo alguno reproduce nuestra visión natural. El mundo islámico conoce una mirada completamente distinta, que se expresa claramente en su arte. A diferencia de la imagen occidental, el arte islámico no está ligado a ninguna posición personal en el mundo y trata de aproximarse a algo que es en sí irrepresentable. La invención occidental de la imagen en perspectiva se debe, sin embargo, a un descubrimiento hecho en el mundo árabe ya en el siglo XI. Inmerso en una cultura sin imágenes, el matemático Alhacén concibió una teoría de la percepción que creó las condiciones que hicieron posible la perspectiva pictórica occidental. Belting explica en qué se distinguen Occidente y Oriente en su relación con las imágenes, aunque una vez partieran ambos de la misma teoría. Pues en vez de reproducir el mundo, el arte árabe tuvo por tema la luz y su geometría.
En este sintético y aclarador ensayo, el eminente medievalista Jacques Le Goff explica cuál fue la suerte de la moneda o, más bien, de las monedas en la vida, la economía y la mentalidad medieval. En la Edad Media es la Iglesia quien establece la actitud que el cristiano debe tener para con el dinero y el uso que le ha de dar. El dinero ha de tener un valor superior, no mundano; la verdadera riqueza, se insiste, no es de este mundo y, por ello, donar el dinero es tan importante como ganarlo. Sin embargo, la presencia del dinero gana terreno no sólo en el espíritu de los hombres, sino también en su mente. Aun a pesar del lento y limitado desarrollo de la economía medieval, el dinero multiplica su presencia en todos los espacios, desempeñando un papel primordial en el crecimiento de las ciudades y el comercio, y en la constitución de los Estados a lo largo del Medievo.