Según el pretigioso musicólogo H. Anglés, las cantigas de Santa María son, por su riqueza musical, "el monumento más importante de la lírica de la Europa medieval".El estilo de la monodia de los trovadores aplicado a cantar a la Virgen María y conservado en códices de preciosas miniaturas con textos en galaico-portugués, es presentado en este espléndido libro a todo color.La presente obra contiene una selección de 23 cantigas de entre las 412 melodías que figuran en el "Códice princeps", instrumentadas cada una de ellas con el máximo rigor musicológico, utilizando en todo momento el "instrumentarium" medieval representado en las miniaturas alfonsinas.Intérpretes: Conjunto de Música Ibérica de Holanda. Director: Nelly van Ree Bernard.
Este volumen es la primera parte de una nueva e importante aportación relativa al mundo de las especies de interés agrícola y forestal cultivadas, durante la época y cultura arabo-islámica, en el área de la Península Ibérica conocida como Al-Andalus. Fue ésta una época de innovación en la historia de la agricultura y de profundo desarrollo cultural y social, que representa un gran patrimonio todavía muy pobremente conocido. Este libro será de gran ayuda para paliar esa laguna de nuestro conocimiento.
Continuación de «El Papa del Mar» (BA 0144), en la que se da inicio a la historia amorosa que liga a Claudio Borja, un joven poeta valenciano, y Rosaura Salcedo, una rica dama argentina, esta novela en la que prosiguen sus avatares puede leerse perfectamente, sin embargo, como novela suelta. Si en la anterior era Claudio quien introducía la acción paralela narrando a Rosaura la historia del cismático Benedicto XIII, " el Papa Luna " , aquí es Baltasar Figueras, tío de Claudio, quien evoca vivamente el ascenso y apogeo de LOS BORGIA en la Roma del siglo xv, una ciudad «postrada A LOS PIES DE VENUS, divinidad despertada después de tantos siglos de sueño mortal».
No es posible olvidar la extraordinaria figura de Clara de Asís. Su calidad de vida cristiana, su condición de fundadora de la Orden de las clarisas, el que sea una de las representantes más significativas de la vida contemplativa, el que haya vivido tan compenetrada con San Francisco , el que pueda ser considerada como una auténtica versión femenina de lo franciscano y su desta-cada personalidad humana nos impele a editar una vez más este libre, indispensable en toda bi-blioteca franciscana y recomendable para cualquier persona, creyente o no.
Este libro nació de una corazonada con los pueblos de Candamu. Desde hace muchos años, casi una veintena, hemos compartido con los vecinos de estas comunidades aldeanas sus preocupaciones y su nostalgia por un pasado brillante. El trascendental giro económico del sector rural de Asturias (también de estos territorios) en la segunda parte del siglo XX y la primera década del presente, ha propiciado cambios radicales de todo el sistema de relaciones del poblamiento aldeano, ahora subsidiado en gran medida por las pensiones, a las que muchos han podido llegar con dificultades extremas a la hora de pagar las cuotas mensuales exigidas. Es cierto que quienes han conseguido un retiro digno pueden vivir con cierta comodidad, pero no lo es menos que al quedar la producción agropecuaria e incluso la fruticultura muy relegadas, los pueblos y los vecinos de este concejo, al igual que los de otras latitudes asturianas, viven su futuro sin demasiados sobresaltos, pero también con un horizonte sin atractivos notables. Nos pareció que ofrecerles la historia de Candamu, desde una perspectiva de larguísima duración: los despertares humanos del Paleolítico (todo el mundo se siente orgulloso de la Caverna de la Peña, San Román) hasta el siglo XV inclusive era una contribución personal al acervo cultural de estas tierras llenas de vigor social en otros tiempos. No pretendemos, en absoluto, que el pasado sea un modelo que pueda repetirse miméticamente para animar y orientar el presente y el futuro. Repetir la historia es un pecado con consecuencias graves y estamos obligados a buscar caminos nuevos. Sólo se trata de un sencillo aporte de las riquezas naturales y sociales de su historia milenaria, entre las que lo ecológico, sus magníficos rincones y el paisaje ocuparán siempre un lugar excelente. El libro está hecho con mimo y con calma y para muchos de los detalles del mismo, las localizaciones de su variada toponimia, por ejemplo, pudimos contar siempre con la ayuda entusiasmada de todas las personas que encontramos en nuestras caminatas. Las aclaraciones de muchos de ellos sirvieron, entre otras cosas, para descubrir rincones entrañables y desconocidos. Por lo demás, el libro fue elaborado con el rigor metodológico de una historia local, de un espacio concreto convertido en territorio desde tiempos muy remotos; porque la territorialidad, cuando está bien definida, termina cristalizando, de forma más o menos espontánea, en la configuración de un verdadero «territorio», que define en definitiva la naturaleza de sus habitantes. Si el empeño y los esfuerzos que esconden estas páginas sirviera para que los hombres y mujeres de Candamu y quienes nos visitan conocieran mejor esta bendita tierra, y «reconociéndola», la amaran más, comprometiéndose con su futuro para algún proyecto de renovación económica y animación social, nos sentiríamos muy satisfechos y fortalecería nuestra condición de candamín adoptivo. (Francisco Javier Fernández Conde)
Resultado excepcional de una larga tradición de la que sólo tenemos noticias indirectas, EL CANTAR DE ROLDÁN es la más perfecta epopeya del ciclo carolingio. Si bien el núcleo histórico del relato lo constituye un pequeño combate de retaguardia librado por las tropas de Carlomagno al regresar de una expedición fallida en la Península Ibérica, la obra, en cambio, suscitó desde muy temprano traducciones y recreaciones, alcanzando una extraordinaria repercusión directa e indirecta tanto en el espacio como en el tiempo no sólo en la tradición literaria, sino también en la iconografía y el folclore. Junto a los valores propiamente literarios de este canto épico, otra dimensión atractiva de la leyenda es que traza un maravilloso cuadro de la Alta Edad Media, con sus virtudes de valentía, de honor, de lealtad y de grave y profunda religiosidad. Precedida de un completo estudio de Juan Manuel Cacho Blecua, quien sitúa la obra en su contexto y la analiza desde diversos ángulos, la presente versión del poema es obra del escritor y poeta Benjamín Jarnés.
Es San Anselmo una gran figura en el campo de la teología escolástica. Es cierto que no alcanzó la madurez teológica de un Santo Tomás, ni su doctrina revistió la forma definitiva que sólo podía darla el tiempo; pero podemos considerarle como un pionero que abrió camino el primero en la selva enmarañada de las cuestiones teológicas, trazando casi un plan completo de curso de teología, aunque no en forma didáctica, con las doctrinas recogidas len los Santos Padres, especialmente en San Agustín. Trazó, pues, una senda, un primer ensayo de organización y síntesis teológica, que habían de perfeccionar los siglos, y cuyo conjunto llamamos la Escolástica. Es él, por tanto, su fundador, su padre, el intermediario entre la patrística y la teología propiamente dicha. Sus escritos no han perdido actualidad. ¡Qué placer para el lector recorrer esos maravillosos tratados que se llaman el «Monologio», «Proslogio», «Cur Deus homo» y todos los demás, donde, al lado de la sutileza, profundidad y agilidad de un gran talento, se siente latir el corazón de un gran santo, enamorado de la verdad, que se complace y salta de gozo en la contemplación de las perfecciones divinas y no acierta a separarse de ellas! Él cree, pero es para comprender y amar el objeto de su fe. Y así, de un golpe, en un mismo punto vemos aparecer, admirablemente reunidos, al filósofo, al teólogo y al místico.
El 24 de febrero de 1402, en Sevilla, en donde se halla reunida la Corte, fallece, tras una agonía terrible, el principal consejero eclesiástico del rey Enrique III de Castilla. Nadie parece dudar de quién ha sido el instigador de lo que todos consideran un asesinato largamente preparado: el electo de Toledo, Gutierre Gómez Álvarez de Toledo, contrariado por la intervención de la víctima para impedir su promoción a la mitra toledana. Todo ello acaece en medio de las luchas desatadas por un Cisma de Occidente que divide a toda la cristiandad, también la castellana, ahora separada de la obediencia al Papa Luna. Gracias al estudio de una extensa documentación inédita, el autor consigue reconstruir minuciosamente aquellos hechos que llevarán al lector al conocimiento de aspectos recónditos de una época, extraña y apasionante, como fue la primera mitad del siglo xv. Así, en estas páginas emergerá, con perfiles cada vez más nítidos, un personaje complejo e históricamente decisivo, situado en el centro de la vida política de su tiempo, y, sin embargo, escasamente conocido, como este don Gutierre, señor de Alba, y, finalmente, ya en sus últimos años, arzobispo de Toledo, tal como ambicionara en su juventud. Tras su muerte, en 1446, un sobrino-nieto convertirá la herencia de don Gutierre, antes de que acabe el siglo, en el título de duque de Alba, siendo, así, el origen de la más poderosa casa noble de la historia de Castilla y España.
En 1264 una gran sublevación de los mudéjares andaluces, con el apoyo del reino nazarí de Granada y de los benimerines norteafricanos, puso en grave peligro el dominio castellano del valle del Guadalquivir. Entre las zonas más afectadas por el levantamiento, la cuenca del Guadalete tuvo una especial significación por la dureza que en ella revistió y las amplias consecuencias sobre la zona. La más importante, el surgimiento de la frontera andaluza en los años siguientes con el perfil que le fue propio durante más de dos siglos. Esta obra aborda la cuestión haciendo de la ciudad de Arcos de la Frontera el eje interpretativo de los acontecimientos. En ella colaboran algunos de los expertos sobre ese momento histórico más reputados, así como estudiosos locales, que ahondan en aspectos generalmente poco tratados al abordar el nacimiento y rasgos de la frontera andaluza entre moros y cristianos.