Carlos Ros retrata en este libro el rostro más humano y la trayectoria vital de un hombre bueno: José María Bueno Monreal (1904-1987) cardenal arzobispo de Sevilla desde 1954, que es considerado el obispo más querido de la diócesis sevillana después del beato Marcelo Spínola. Ordenado sacerdote por Rafael Merry del Val y designado obispo por Pío XII, Bueno Monreal participó en el Concilio Vaticano II, fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española en 1972 y asistió a los cónclaves en los que resultaron elegidos los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Sus restos reposan en la capilla de San José de la catedral de Sevilla. El libro cuenta también con un pliego central de doce páginas de fotografías y una bibliografía.
Dicen que ha sido un hombre ortodoxo y disciplinado, que ha tenido la santa vergüenza de hacer siempre aquello que ha considerado oportuno. Aun sin haber ostentado ningún cargo en la Iglesia, la historia de la comunicación católica de las últimas décadas en España no se entiende sin el cura Javierre, un periodista de raza, culto, intrépido, rebelde, incluso incorrecto, pero siempre divertido. Las páginas que integran este libro sólo pretenden ser un homenaje de reconocimiento, admiración y afecto. No busque el lector una biografía crítica ni un análisis sociopolítico del momento, sino instantáneas de una trayectoria que se ha desarrollado a borbotones, nacidos de una inteligencia privilegiada, un activismo incansable y una ilimitada curiosidad. En fin, José María Javierre en estado puro.
El autor, poniéndose en el lugar de san Francisco de Asís, presenta -en especial a los jóvenes- la vida del santo tal y como la vivió entre el s. XII y XIII (1182-1226). Las ilustraciones de la obra pertenecen al Retablo de san Francisco de Gay Holmes. (1993-1994). Este retablo se encuentra en el centro franciscano internacional para el diálogo, en Asís.
Desde el principio de su juventud hasta su martirio voluntario en Auschwitz para salvar a un padre de familia, la vida del P. Kolbe estuvo toda ella bajo el signo de la Inmaculada. Su caridad ejemplar, su pensamiento teológico de una osadía fecunda, su consagración sin límites a la Misión de la Inmaculada, infunde un nuevo aliento a la espiritualidad mariana de nuestro tiempo. Ganar par a la Inmaculada el mundo entero a fin de ofrecerlo a Cristo, tal fue l a consigna del P. Kolbe.
El 16 de octubre de 1978, tras la muerte de Pabto VI y el brevísimo papado de Juan Pablo I, el hasta entonces arzobispo de Cracovia Karol Wojtyla se convertía en el 263 sucesor de Pedro, gracias al voto de 99 de los 111 cardenales reunidos en Roma. De esta forma iniciaba su andadura al frente de la Iglesia una figura clave que, para muchos, es la personalidad más importante del último cuarto del siglo XX a nivel mundial. El primer Pontífice no italiano desde 1523 nació el 18 de mayo en Wadowice (Polonia), y estudió poesía y arte dramático en la Universidad Jagellon de Cracovia. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) trabajó en una fábrica mientras se preparaba para el sacerdocio. Ordenado sacerdote en 1946, posteriormente estudió en el Instituto Angelicum de Roma y obtuvo el doctorado en teología en la Universidad Católica de Lublin, donde posteriormente impartiría clases de ética. En 1958 es nombrado obispo auxiliar de Cracovia y en 1964 se convierte en arzobispo de la misma diócesis. En 1967 llegó al cardenalato y en 1968 fue un destacado participante en los debates del Concilio Vaticano II. Finalmente, en 1978 accedió al papado. El 13 de mayo de 1981 resultó herido tras un atentado en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, perpetrado por el turco Alí Agca. En 2000, al celebrar el segundo milenio de la Iglesia, el Papa pidió perdón por los errores e injusticias de la Iglesia, en especial en lo referente al trato dispensado a los judíos y a otras confesiones religiosas. Juan Pablo II es, sin duda alguna, el Papa de los récords. A lo largo de su papado ha realizado más canonizaciones (447) y ha nombrado más cardenales (44) que ningún otro Pontífice anterior, pero sin duda será recordado sobre todo como el Papa de las multitudes y los viajes por los cinco continentes.
Una biografía completa de la figura de Rouco Varela. «Sin revanchas, pero con memoria histórica.» «Este libro es una crónica del devenir de la Iglesia católica española de los últimos setenta y cinco años, la época que abarca el recorrido vital del cardenal Rouco Varela. Sin revanchas, pero con memoria histórica. Para no olvidar a tantos que sufrieron en sus propias carnes las iras, descalificaciones y persecuciones de los rouquistas. Tantos heridos que necesitan sanación y, sobre todo, rehabilitación. Como informador religioso seguí a Rouco desde principios de los años ochenta. Y aún hoy me cuesta concretar el sentido profundo de su personalidad y de su vida. ¿Cuál es su secreto? Una tarea complicada, dado que Rouco siempre fue un decidido guardián de sí mismo y, de hecho, pocos resquicios de la persona dejó asomar el personaje durante todos estos años. Durante un tiempo tuvimos una relación tan fluida que comenzamos la tarea de elaborar una biografía autorizada. Esta colaboración llegó a su fin cuando le envié el primer capítulo, que me devolvió lleno de correcciones y tachones. Aquel episodio supuso mi entrada en la lista negra de Rouco y fue el germen de esta biografía completa y no autorizada.»José Manuel Vidal
Carlos de Foucauld vivió dieciséis años en tierras argelinas, y especialmente once entre los tuaregs. Durante los años en el desierto experimenta una definitiva transformación. Acepta con sencillez los acontecimientos que van contra lo que siempre había creído que era la voluntad de Dios y se deja llevar por las circunstancias, que son manifestación de la voluntad divina, hasta que llegó su muerte como acto supremo de entrega a imitación de su hermano mayor Jesús de Nazaret. Este libro recuerda brevemente las grandes etapas de su vida, presenta su legado para quienes deseen seguir el camino de las Bienaventuranzas e incluye textos significativos del propio Foucauld que ayudan a entender todo lo anterior.
La noble família Llissach va marxar del Llenguadoc (Occitània) el 1213, després de la mítica batalla de Muret. S'instal·là a Barcelona, i més tard a Santpedor, exercint un paper destacat en el món financer, mercantil i polític de Catalunya. El 1577 s'instal·là a Santpedor on van exercir de teixidors. Del 1660 al 1675 fou l'home més poderós de la Catalunya Central. Durant uns 150 anys, fins cap al 1870 la família tingué el control polític de la ciutat de Manresa. L'any 1880 va morir l'últim hereu, Narcís Llissach i Fransoy. Sense descendents, heretà la seva germana, Concepció, casada amb Antoni Jover i Sans, de la família fundadora de la Banca Jover. La filla, Serafina de Jover i de Llissach, fundà les Escoles Llissach de nens i nenes l'any 1897 a Santpedor.
El Padre Tom Uzhunnalil, salesiano sacerdote de Kerala, India, estaba destinado en Yemen como capellán de la Hermanas Misioneras de la Caridad. También tenía a su cargo la población católica de Yemen por el visado religioso concedido por el gobierno. El 4 de marzo de 2016, un grupo de pistoleros no identificados entraron en la casa de atención a moribundos atendida por las Hermanas, matando a dieciséis personas, incluidas cuatro de las Hermanas. El padre Tom fue secuestrado. Este libro narra los 557 días de su cautiverio, casi en total soledad, a lo largo de varias ubicaciones desconocidas, hasta que fue liberado el 12 de septiembre de 2017. En esta biografía absorbente y llena de inspiración, el Padre Tom Uzhunnalil cuenta en detalle su vida como rehén y sus experiencias de Dios, incluso durante la escena de sangre y fuego cruzado que vivió en primera persona. Estas páginas son un testimonio de que el Dios vivo escucha nuestras oraciones, y de que Él siempre las atiende en el mejor momento. La sólida garantía de que cuando afrontamos pruebas en el nombre de Dios, Él está siempre allí con nosotros, para fortalecernos con su gracia.
Una obra que recoge la herencia de la maestra de Trento, Chiara Lubich, que fundó la Obra de María, conocida como Movimiento de los Focolares. Su revolución discreta alcanzó a millones de hombres y mujeres, laicos , solteros y célibes consagrados, casados, cristianos y creyentes de diversas religiones y también no creyentes, atraídos por el ideal de un mundo unido. El legado de Chiara está en la visión de una humanidad sin fronteras, capaz de superar barreras, diversidades, pertenencias. Su vasta obra es una herencia comprometedora para sus seguidores, llamados a completar las intuiciones y visiones de la fundadora sin traicionar su espíritu originario y el impulso que las ha hecho crecer. Esta magnífica obra está dividida en dos partes, la primera abarca sus enseñanzas y la segunda el movimiento Focolar.
«Una vida puesta del revés» (Une vie bouleversée) fue el título que se dio a las traducciones oficiales del diario de Etty Hillesum, una muchacha judía que murió en Auschwitz a los 28 años y que dejó un diario que había comenzado a redactar a instancias de su psicólogo. Pero en realidad es la vida y la evolución de Etty la que nos pone del revés y nos interpela a todos nosotros. Por algo se la ha llegado a considerar como uno de los mayores referentes éticos del siglo XX. Parece imposible que el diario, que comienza con los clásicos problemas de una muchacha «postmoderna» de hoy (vida sexual muy libre, aborto, malas relaciones con sus padres, depresiones, bulimia...), termine convirtiéndose en una auténtica oración, en un encuentro con Dios que rebosa hasta proporcionar un sentido a su vida en medio del mayor sinsentido de la historia y que la convierte (en expresión suya) en «bálsamo derramado sobre tantas heridas». Etty poseía una notable capacidad de introspección, buenas dotes de narradora y una brutal sinceridad consigo misma. Sus reflexiones sobre el amor, sobre la mujer, sobre las relaciones humanas y sobre las posibilidades latentes en la profundidad de todos los seres humanos hacen que el lector se identifique con ella y se pregunte cómo pudo darse una evolución tan asombrosa en tan poco tiempo. JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS, jesuita, profesor emérito de la Facultat de Teologia de Catalunya, enseñó Cristología en Barcelona y Antropología Teológica en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador. Ex-director de la Revista Selecciones de Teología y actual responsable académico del Centro «Cristianisme i Justícia», colabora habitualmente en diversos medios escritos de la prensa nacional y en revistas especializadas.
El 23 de abril se cumplen cien años del nacimiento de Federico Ozanam, uno de los más importantes intelectuales católicos de la Francia del siglo XIX, catedrático en La Sorbona de París y cofundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Este libro ofrece un interesante acercamiento a la figura de Ozanam, que aparece retratado no solo en sus acciones, sino también en su pensamiento y en sus escritos. El libro se detiene en su papel como fundador, pero también en su contribución a la conciliación entre razón y religión, ciencia y fe, en su profunda espiritualidad, y en su compromiso ante la grave cuestión social surgida en su tiempo. La lectura de esta amena y sencilla biografía permite también descubrir cómo sus ideas han sido puestas en práctica por parte de los seglares católicos. Este libro es la versión abreviada de la obra del mismo autor que fue publicada en París en 2003 y que está considerada como la biografía definitiva del beato Federico Ozanam.
Nacido en 1856 en Lu Monferrato (Italia), ordenado sacerdote en 1882, fue enviado a España donde llegó a ser inspector, contribuyendo al crecimiento de los Salesianos de Don Bosco. Instituyó las federaciones mundiales de exalumnos y exalumnas, organizó a los Salesianos Cooperadores, sostuvo a las Hijas de María Auxiliadora en momentos difíciles y se adelantó a los tiempos fundando las Voluntarias de Don Bosco; asimismo estuvo atento al mundo del trabajo. Elegido tercer sucesor de Don Bosco en 1922. Sus restos mortales descansan en la cripta de la basílica de María Auxiliadora de Turín, donde murió en 1931. Juan Pablo II lo beatificó el 29 de abril de 1990.Los santos no son, simplemente, nuestros intercesores, ellos nos acompañan en el camino de la vida con su testimonio, que transparenta la ternura de Dios. Don Felipe Rinaldi, imagen viva de Don Bosco, fue uno de ellos. En estas páginas, don Pierluigi Cameroni delinea un perfil que pone en evidencia la calidad espiritual de nuestro beato, que hace de él un verdadero alpinista del Espíritu.