«Una de las buenas costumbres de la literatura inglesa es la composición de biografías de Juana de Arco. De Quincey, que inició tantas costumbres, inició también ésta, con fervor, a principios de 1847. Mark Twain, hacia 1896, publicó sus Recuerdos personales de Juana de Arco; Andrew Lang, en 1908, su Doncella de Francia... Un libro nuevo acaba de agregarse a la serie..., su autor, Victoria Sackville-West. En esta biografía la inteligencia prima venturosamente sobre la pasión, lo cual no quiere decir que no haya pasión. Hay, eso sí, una carencia total de sensiblería... Andrew Lang, Mark Twain y De Quincey ;rindieron tributo; a la Doncella; nada menos parecido a un tributo, en el sentido cortesano de la palabra, que el libro de Miss Sackville-West. Nada, sin embargo, más comprensivo.» Jorge Luis Borges
Jordi Pujol, que ha sido durante casi 25 años presidente de la Generalitat de Catalunya, sobresale entre el puñado de políticos que han configurado la España de la segunda mitad del siglo XX. Su fuerte personalidad -tan compleja y llena de matices muchas veces contradictorios- y su abigarrado cuerpo doctrinal e ideológico -en el que, de un modo muy particular, se funden nacionalismo catalán y pensamiento liberal con personalismo cristiano, europeísmo utópico y hasta con elementos propios del romanticismo alemán pero también de la épica y el mesianismo judíos-, son puestos al descubierto en esta obra al hilo de un sinfín de situaciones, anécdotas, peripecias y viajes narrados con una sorprendente mezcla de penetración y amenidad. Jordi Pujol, a la luz de los cambios producidos en Cataluña, ya es una leyenda viva, pero en ella cohabitan grandes espacios de claridad y amplias zonas oscuras. Son los pros y contras de toda obra política y las facetas contrapuestas que brillan en todo personaje público. Criticado por unos a causa de su moderación o de su pragmatismo, y por otros a causa de un nacionalismo considerado excluyente, o por una estrategia de la ambigüedad y de la reivindicación permanente, Pujol ha abandonado la Presidencia de la Generalitat de Catalunya con grandes y casi unánimes elogios por su liderazgo catalán pero también por todos los méritos contraídos como hombre de Estado al servicio de la estabilidad política española y el progreso general.
Cuando, en 1849, Patrick Kennedy llegó a Estados Unidos huyendo de la Gran Hambruna irlandesa, poco podía imaginar que, al cabo de pocas generaciones, sus descendientes encarnarían todas las grandezas y miserias del «sueño americano». En efecto, en unos años, esta familia de católicos emigrados se iniciaba en los manejos de la política local de la mano del abuelo Patrick Joseph. El hijo de éste, el mítico Joe Kennedy, erigió un imperio financiero y alcanzó el codiciado puesto de embajador en Londres a finales de los años treinta.En 1960, al acceder a la presidencia del país, John Fitzgerald Kennedy no sólo se convirtió en uno de los presidentes más carismáticos de todos los tiempos, sino que encumbró definitivamente a su familia como epítome de la fama, la riqueza y el poder. Pero también planean abundantes sombras sobre esta fascinante saga: los asesinatos de John Kennedy y de su hermano Robert, y la espiral autodestructiva a la que se entregaron algunos jóvenes del clan en los años setenta y ochenta, hablan de una tragedia en la que se refleja una parte destacada de la historia contemporánea.
Lucio Cornelio Sila Félix (138 a 78 antes de nuestra era) fue considerado , y lo sigue siendo, un emperador romano monstruoso que, apoyado en un ejército por una vez bien pagado, estableció el terror como arma política. Marchó dos veces sobre Roma, saqueó Atenas, cinco mil hombres sufrieron bajo su mandato la pena de muerte, desposeyó a los campesinos itálicos para pagar con sus tierras a los legionarios licenciados. Pero cuando comprendió que su papel estaba cumplido, supo retirarse a la placentera vida de la campiña rodeado de artistas y amigos de juventud reencontrados. Esta biografía pretende, por encima de todo, resituar a Sila en el juego de las fuerzas políticas de su tiempo y, arrojando una mirada retrospectiva a los acontecimientos históricos de aquel siglo II, facilitar la comprensión de las condiciones en las que el cruel emperador fue posible.
En los tiempos de la tardía República Romana, caracterizadospor graves crisis internas, florecieron como en un invernadero y en rápida sucesión personalidades descollantes que contribuyeron a sepultar la antigua forma de Estado. Cneo Pompeyo Magno no fue el menor de ellos. Esta biografía traza con nitidez una carrera caracterizada desde su temprana juventud por los desafíos militares a los que Roma tuvo que hacer frente en Italia y en las provincias. Brillante estratega, primero al servicio de Sila, el curso de su vida, siempre en ambivalente relación con el Senado romano, se caracterizaría por incontables victorias tanto militares como diplomáticas. Pero al final, y con ocasión de la fundación del primer triunvirato junto con julio césar y Craso, se hizo evidente que Pompeyo no podía ser controlado por una institución como la República y así, en la medida en que César se iba convirtiendo en su sino, la confrontación final se iba haciendo ineludible.
Los orígenes desconocidos y los primeros veintidós de sus 53 años de vida, la formación musical así como la personal y su carácter han sido revelados aquí por primera vez. El autor raliza una biografía histórica y meticulosamente documentada que puede leerse como una novela. A excepción del material procedente de diversos archivos griegos y de las cartas de familia publicadas aquí por primera vez, el libro se basa en los recuerdos de casi 200 personas que frecuentaron, más o menos íntimamente, a la joven Callas y a su vez está lleno de anécdotas desconocidas de la vida de la artista.
Las dictaduras de Hitler y Stalin fueron los dos regímenes más letales de la historia y los protagonistas de la guerra más devastadora que ha conocido la humanidad. A pesar de los múltiples paralelismos y semejanzas que se han establecido entre nacionalsocialismo y comunismo ?el culto enfermizo al líder, las promesas de un futuro utópico, el terror como arma política o la absoluta negación de las libertades y derechos individuales?, el historiador Richard Overy analiza las indudables diferencias entre los dos sistemas, como el énfasis que Hitler puso en el nacionalismo y Stalin en la lucha proletaria contra la burguesía.Más de cincuenta años después de la muerte de ambos dictadores, la sombra perversa que proyectaron sigue planteando inquietantes preguntas: ¿por qué tantos ciudadanos les dieron su apoyo durante tanto tiempo?, ¿qué vínculos se establecieron entre la masa y el líder?, ¿hemos aprendido lo suficiente como para no cometer los mismos errores? Tras analizar el contexto europeo donde emergieron ambos totalitarismos, Overy investiga los diversos aparatos de propaganda, la extensión del odio al disidente, la creación de una política cultural y educativa al servicio del régimen, y termina centrándose en la preparación de la guerra y en sus fatales consecuencias.
Galdós lo retrata como el político que destaco las notas agudas del himno de Riego, frente a la repetición de las graves en la Marcha Real. Sagasta, fue una de las figuras mas destacadas dentro del liberalismo progresista en España. Este libro trata la trayectoria que le lleva desde la agitacion revolucionaria, hasta su llegada al poder como gobernante durante el Sexenio Democrático. A través de Sagasta vemos las aportaciones al progresismo que se hace en la España liberal. Su acción política consiste en la búsqueda del equilibrio entre las libertades y el orden.
En cinco actos y con dieciséis páginas de fotografías, Jack Lang dibuja la biografía de un hombre mítico. Luchador por los derechos de los negros, Mandela pasó veintisiete años preso en Robben Island, de la que salió en libertad en febrero de 1990. Se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica y consiguió reconciliar a blancos y negros. En 1993 recibió el Premio Nobel de la Paz. Pero este libro también saca a la luz las contradicciones del propio Mandela en forma de drama en cinco actos: en el primero es «el hermano africano de Antígona», consciente de tener que infringir un día la ley del Estado en pos de un deber superior; en el segundo es Espartaco, el esclavo que encabeza la rebelión contra los poderosos; en el tercero es un Prometeo, atado por las cadenas del racismo; en el cuarto es el Próspero de La tempestad de Shakespeare, el bienhechor de la humanidad que pone coto a la maldad de Calibán; en el quinto es el «Rey Nelson», el sabio soberano. Prólogo de Nadine Gordimer.