Con la intensidad, sensualidad y fuerza narrativa que caracteriza a la autora, Belli nos relata en estas páginas los momentos más determinantes que hicieron de su trayectoria vital y de su evolución como mujer un testimonio de una época, y una memoria lí
El Diario recoge las anotaciones comprendidas entre el 1 de enero de 1660, cuando Samuel Pepys lo inició siendo un modesto oficinista, hasta el 31 de mayo de 1669, cuando lo tuvo que dejar, convertido en un muy respetado y opulento alto cargo de la Armada con aspiraciones de convertirse en parlamentario. En el período reseñado, y gracias a su posición profesional y a ser vecino de Londres, pudo observar movimientos políticos tan importantes en la historia de Inglaterra como la Restauración monárquica de Carlos II; fenómenos sociales y culturales como la fundación de la Royal Society, la reapertura de los teatros tras la época puritana, incidentes militares como la segunda de las guerras con Holanda (1665- 1667) y célebres catástrofes públicas como la gran plaga (1665) y el incendio de Londres (1666).
Durante muchos siglos Tiberio ha sido un monstruo para la humanidad, casi comparable a Nerón o a Calígula en su maldad. No en vano fue el emperador de Pilatos, el Poncio que dejó crucificar a Cristo por cobardía. En contraposición, al final del siglo XVIII el espíritu racionalista rehabilitó la figura de Tiberio, siendo Voltaire uno de sus primeros defensores.
A un mal perro, a un perro que muerde, hay que meterlo en una jaula. O sacrificarlo. Willem Holleeder es uno de los criminales más celebres de Europa. Obtuvo cierta notoriedad al secuestrar, en 1983, al presidente de la cervecera Heineken. Durante décadas ha manejado a sus parientes como si fueran un apéndice más de sus negocios mafiosos, llegando a amenazarlos de muerte si se atrevían a traicionarle. A su hermana Astrid, sin embargo, Willem la consideró siempre su confidente. Vive escondida porque tuvo el valor de escribir este libro. Tras observar cómo su hermano se abría paso en el hampa, apenas cumplía ninguna de las condenas que recibía y morían tanto sus socios como quienes osaban denunciarle, Astrid decidió cambiar las tornas. Empezó a colaborar con la fiscalía y a grabar las conversaciones con Willem, para obtener pruebas que permitieran condenarlo definitivamente. Nadie sabe cómo terminará la partida. Judas no es solo una historia de crimen real: es un retrato espectacular sobre las relaciones de familia y el sentido de la traición. La crítica ha dicho...«Un libro arrebatador donde no sobra ningún detalle.»Berliner Zeitung «Un relato real inesperadamente siniestro y cruel que, al estar narrado con solvencia, se convierte en una lectura fabulosa, trufada con el típico humor negro de Amsterdam.»De Telegraaf «Un libro en el que se mezclan la repulsión, el amor y la venganza. Este es el relato real de una familia que ha sido dominada por el crimen.»NRC Handelsblad «Escrita desde un lugar secreto, en protección de testigos, Judas es una historia sobre el engaño, el fraude y, por encima de todo, el coraje. Una denuncia contra los lazos familiares que llegan a estrangular las vidas de muchos.»The Washington Post «Un drama fascinante y conmovedor.»De Volkskrant «Astrid Holleeder es una Sherezade actual. Es muy buena explicando historias para salvar la vida día tras día.»Literaturspiegel «Holleeder es un apellido poco conocido fuera de Holanda. Con este libro, todo va a cambiar.»The New York Times «Un relato autobiográfico espléndido, sensacional, inolvidable.»Kirkus
Este texto no trata sobre Historia con mayúsculas. No es el propósito de la autora contar solo lo que pasó. Habla de la gente corriente que hay detrás de los hechos históricos, eso que Unamuno denominó intrahistoria. Es la historia de la autora, la madre de Rodrigo, un estudiante cualquiera, un viajero como otros tantos que perdieron la vida aquel maldito 11 de marzo de 2004, y de lo que supuso para su familia. Dicen que la Historia la escriben los poderosos y las guerras, los vencedores. En este caso el poder político intentó manipular la verdad para camuflar sus responsabilidades. Sus medios de comunicación fueron insistentes durante años. Aunque no pudieron torcerla como habían pretendido, mancillaron sin compasión el dolor y el derecho al recuerdo de los familiares de las víctimas. Todavía hoy, restos de sus teorías conspirativas ensucian con sombras de duda la memoria colectiva. Desde su humilde oficio de escritora, la autora quiere contar la historia de los que perdieron. Los de siempre. Los de abajo. Del sufrimiento por el asesinato de un hijo, multiplicado por el mal hacer de muchos conciudadanos. Redactado casi quince años después de los hechos con una serenidad adquirida con el tiempo y un esfuerzo continuado, pero muchos de los textos se escribieron en momentos muy duros y están cargados de rabia, de pena, de desesperación o de angustia. Este testimonio es valioso porque muestra la realidad de lo vivido.
En esta obra se recoge el testimonio de una vida singular, marcada por la violencia que debieron sufrir las vencidas. Una vida en la que la condición de mujer resistente acabará imponiéndose a la de víctima. Para ello, la protagonista, Enriqueta Trujillo