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¿Cuándo y dónde nació la virgen María? ¿Quiénes fueron sus padres? ¿Cómo transcurrió su niñez? ¿Qué hacía cuando era joven adolescente? ¿Fue realmente virgen? ¿Quién era José, y cómo conoció a María? Éstas son entre otras muchas, algunas de las preguntas que los primeros cristianos se hacían sobre la Madre de Jesús. Surgieron por un doble motivo: unas veces por la curiosidad de saber más acerca de la vida de María, pues los evangelios canónicos son muy parcos, otras, por la preocupación de responder a los ataques de los judíos increyentes o de ciertos cristianos heréticos que habían sembrado dudas acerca de la virginidad de la Madre del Señor y del alumbramiento extraordinario del Hijo de Dios. Entre los escritos que pretenden salir al paso de estas cuestiones se encuentra el Protoevangelio de Santiago, un apócrifo del siglo II . Su influencia se ha dejado notar incluso, para enriquecer el calendario litúrgico con nuevas fiestas en honor de la Virgen: Natividad, la Presentación, la fiesta de sus padres, etc. Aquí presentamos la traducción de las versiones griegas y siríaca. Una comparación de los textos permite conocer mejor los ambientes y las circunstancias en los que circulaban las tradiciones estas tradiciones apócrifas.
A través de los siglos: Historia del texto bíblico es el catálogo de la exposición homónima organizada por la Asociación Bíblica Española (ABE) con motivo del III Congreso Bíblico Internacional, «Los rostros de Dios en la Biblia», celebrado en Sevilla en septiembre de 2012. La exposición ?y el presente libro? se detiene en los tipos de escritura, los scriptoria en que fueron copiados y los soportes empleados: desde el papiro y el rollo, el pergamino y los códices, hasta las biblias impresas. Presenta diversos tipos de biblias, como las iluminadas, las políglotas, las rabínicas o las romanceadas, entre otras. También dedica un espacio a las impresas de los siglos XIX y XX, a los proyectos de edición actuales y a las traducciones más recientes. Este libro no es un catálogo al uso, pues no solo sigue el itinerario de la exposición, sino que se detiene a explicar algunos de los textos mostrados en ella. Pretende aportar una visión diacrónica y de conjunto de la historia ?fascinante y para muchos desconocida? de la transmisión del texto bíblico. Sus autores han escrito un texto de amena y atractiva lectura que quiere suscitar el interés de lector, al tiempo que muestra que el interés por el texto de la Biblia sigue vivo.
A los hombres y mujeres de hoy les cuesta leer y comprender el Antiguo Testamento, incluso algunos llegan a pensar que el Dios que se refleja en él es distinto del Dios de Jesús de Nazaret, cuando es esencialmente el mismo. La violencia explícita e implícita vertida en el Antiguo Testamento ha dificultado su lectura y comprensión. Quizá por eso, los cristianos se han sentido más cómodos leyendo el Nuevo Testamento y relegando el Antiguo a lecturas selectivas y nada conflictivas. Pero, para la tradición judeo-cristiana, los libros que conforman el Antiguo Testamento siguen siendo Palabra de Dios. giosa universal, que mantiene su valor de revelación progresiva y contextualizada en su tiempo, y apunta, no sin contradicciones, hacia una superación de toda violencia. El cristiano, por tanto, puede y debe seguir leyendo como Palabra de Dios el Antiguo Testamento, sin el que, como nos lo recuerda el último documento de la Pontificia Comisión Bíblica, El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana (2001), el Nuevo Testamento sería «indescifrable».