La batalla de tres días de duración, cuyo objetivo era el control del pequeño paso rocoso de las Termópilas, sigue perteneciendo al ámbito de la leyenda; una lucha heroica en la que Leónidas, el rey de los espartanos, y trescientos hombres especialmente elegidos murieron con valentía al intentar retrasar el máximo tiempo posible el avance de los persas. Los griegos decidieron organizar su resistencia en la llamada Puerta Central. En el tercer y último día, los griegos empezaron la lucha a lanza y cuando éstas fueron destruidas, pasaron a utilizar sus espadas. Cuando éstas se quebraron, persiguieron a los persas con las manos desnudas hasta que fueron aniquilados. Este libro maravillosamente ilustrado narra el desarrollo de la batalla y el enfrentamiento naval a las costas de Artemisio.
Este volumen describe las grandes batallas que han tenido lugar en nuestra piel de toro, en América u otros territorios del antiguo imperio. Se estudian las distintas fuerzas de los contendientes y las estrategias de la batalla, los motivos de las derrotas o las victorias. Desde Numancia hasta la batalla del Ebro.
La historia de la guerra desde el periodo clásico hasta nuestros días contada a través de más de 170 mapas que muestran los cambios de las fronteras y los movimientos de tropas. Desde la mítica batalla del Kadesh de Ramsés II contra el Imperio Hitita, hasta la invasión de Iraq por el ejército estadounidense en 2003.
Desde los tiempos de Napoleón, en 1805, ningún ejército invasor había logrado atravesar el Rin. La última gran maniobra de la Segunda Guerra Mundial, según Winston Churchill, fue el cruce de este gran río por los Aliados en marzo de 1945. La tarea recayó sobre los hombros del 21° Grupo de Ejércitos del mariscal de campo Montgomery. Se enfrentaban a él las fuerzas de un régimen nacionalsocialista en decadencia, formado por batallones de niños y ancianos, reforzado por diversas formaciones de tropas de élite, incluyendo a los paracaidistas y a los Granaderos Panzer. Mediante precisas descripciones del ataque de los Aliados, sólo menor en envergadura a la invasión de Normandía, esta obra narra la historia de la última gran batalla de la guerra que acercó a los Aliados a la victoria final sobre el nacionalsocialismo del III Reich de Hitler.
La invasión alemana de Polonia, el 1 de septiembre de 1939, inició la Segunda guerra Mundial en Europa. En ella se enfrentó el recién modernizado ejército de la mayor potencia industrial europea con el ejército polaco, mucho más reducido, y se mostró al mundo una nueva forma de hacer la guerra: la Blitzkrieg (guerra relámpago). Las divisiones Panzer fuero nal punta de la lanza del asalto alemán y los bombarderos en picado Stuka sembraron el terror y el caos./ Este libro demuestra que el ejército polaco no estaba tan atrasado como se ha dicho tantas veces y que su parque de carros de combate era mayor que el del ejército estadounidense de la época. Su empecinada defensa dio a los alemanes algunas sorpresas y les causó unas bajas relativamente altas para una campaña tan corta.
El 22 de junio de 1941, nada más conocerse la noticia de que el ejército alemán había iniciado la operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética, miles de españoles se echaron a la calle pidiendo la entrada de España en la guerra. Franco, que dudaba sobre si entrar o no en la contienda para apoyar a Hitler, decidió ganar tiempo enviando una división de 18.000 hombres que combatirían, como una división alemana, la 250, en el frente del Este, A las pocas horas, se habían presentado cientos de miles de voluntarios. Mandados por los generales Muñoz Grandes, primero, y Esteban-Infantes, después, combatieron en el frente ruso más de 47.000 soldados españoles. Lo que allí se encontraron quienes acudieron a la llamada de la lucha contra el judaísmo y el comunismo fue uno de los escenarios bélicos más duros de la Segunda Guerra Mundial. Los primeros combatientes que tuvieron la fortuna de ser relevados volvieron a España en 1942, fueron recibidos como héroes. Pero con el cambio de rumbo de la guerra y la cada vez más previsible derrota de Alemania, Franco supo que la supervivencia de su régimen pasaba por alejarse de Hitler y convencer a los aliados de que su neutralidad era completa. La División Azul fue entonces disuelta y el recibimiento de los últimos en regresar se hizo ya con sordina. Esta es una historia de esos hombres, de la época y la geografía en que decidieron luchar. Una historia contada con una prosa vibrante y una documentación incontestable.
La evacuación de la Fuerza Expedicionaria Británica desde las playas de Dunkerque en mayo-junio de 1940 ha alcanzado tintes de fábula en la historia militar del Reino Unido. Los nueve días de pugna para decidir la suerte de las fuerzas británicas y francesas atrapadas presenciaron duras batallas por aire, tierra y mar mientras los alemanes, en su avance, trataban de derrotar a los ejércitos aliados antes de que aquellas tropas pudieran ser evacuadas desde la costa de Francia. Frente a aquel inmisericorde ataque, los valientes esfuerzos de la Royal Navy y de pequeñas embarcaciones civiles salvaron de la aniquilación a la fuerza expedicionaria y conservaron para Gran Bretaña los medios con los que seguir luchando contra la Alemania de Hitler. Este amplio relato de la operación Dynamocobra vida aquí gracias a la profusa ilustración, con detallados mapas, fotografías y espectaculares dibujos a doble página.
Los acontecimientos de las guerras del Peloponeso son objeto incluso hoy de profundo estudio por lo que eseñan sobre diplomacia, estrategia y tácticas. Sin duda, éste es el mejor testimonio de la fascinación que suscita el choque entre las dos mayores potencias del mundo griego, Atenas y Esparta. La infame guerra civil que asoló la Hélade acabaría arrastrando a todos los aliados de las dos principales ciudades-estado y llevando a Atenas a la superpoblación y a una terrible epidemia de peste. Este libro revela el lado más oscuro de la civilización griega, con una mirada vívida e inquietante por la pasión con que se lanzaron a la guerra y la devastación los hombres que hoy celebramos como los fundadores de la civilización occidental.
En 1905, el emperador bizantino Alejo pidió ayuda a los estados cristianos de Europa occidental en su lucha contra los turcos, que barrían el Imperio tras la contundente derrota de los bizantinos en Mankikert (1071). A continuación se organizó la Primera Cruzada, protagonizada por varios ejércitos de «peregrinos armados» que marcharon a través de toda Europa hacia Tierra Santa. Estos ejércitos se encontraron con un mundo islámico dividido y fragmentado, y, mediante una serie de batallas aparentemente milagrosas, llegaron a tomar la sagrada ciudad de Jerusalén. Sin embargo, el éxito de la Primera Cruzada no volvería a repetirse: provocó dos siglos de amargas guerras, cuyas repercusiones aún podemos sentir hoy.
En mayo de 1967, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser expulsó a las fuerzas de interposición de Naciones Unidas, estacionadas en la franja de Gaza y el Sinaí desde 1957, y concentró un gran número de tropas en la frontera con Israel, a la vez que cerraba el estrecho de Tirán para bloquear el puerto israelí de Eilat, movimientos que tenían visos de preparativos de guerra. A principios de junio, Israel tomó la decisión de actuar y lanzó un espectacular ataque aéreo preventivo, que destruyó la aviación egipcia. Con el control del cielo asegurado, las columnas acorazadas de Israel avanzaron hacia el Sinaí y la franja de Gaza, y empujaron a los egipcios hasta el canal de Suez en tan sólo cinco días. Ésta es la historia de la campaña del Sinaí, una de las operaciones más audaces y victoriosas de la historia militar moderna.
La historia de la campaña de Maratón es una de las más épicas del mundo antiguo. Cuando los griegos de Jonia se rebelaron contra el dominio persa en el 499 a.C., las ciudades de Atenas y Eretria acudieron en su ayuda. Darío, rey de los persas, juró vengarse y en el 490 a.C. envió una flota de 600 naves a castigar a los atenienses. Este libro explica en detalle cómo los griegos salieron al encuentro de los persas en la batalla de Maratón y los obligaron a huir en sus naves. El efecto de esta victoria sobre la moral de los griegos fue enorme. Por primera vez en la historia, un ejército griego había derrotado a los persas, demostrando así la superioridad táctica de los hoplitas.
En la canícula del 415 a.C., Atenas lanzó un ataque preventivo contra Siracusa, acuciada por el brillante pero temerario general Alcibíades, quien afirmaba que los siracusanos estaban proveyendo de suministros a la hostil Liga del Peloponeso. Si Atenas lograba establecerse en Sicilia, detentaría una posición dominante para luego atacar Cartago y también conseguiría el dominio del Mediterráneo. Nic Fields examina la insensata campaña en la que Atenas ignoró las implicaciones estratégicas de atacar a una nación situada a 1.100 km de distancia, para lo que aparejó dos enormes armadas y alistó 60.000 ciudadanos atenienses y de sus aliados, y los lanzó a una guerra de dos años contra la otra única democracia del mundo griego.
La batalla de Almonacid puso fin a la campaña del Tajo de 1809 , cuya primera parte terminó con la victoria táctica aliada en la batalla de Talavera (27-28 de julio) y en la retirada posterior de los ejércitos británico (hacia Portugal) y de Extremadura (hacia Andalucía). Los franceses se retiraron hacia Madrid y el día 11 de agosto el general Venegas, al mando del Ejército de la Mancha (22.000 infantes, 3.000 jinetes y 29 cañones), toma posiciones en Almonacid de Toledo Al amanecer aparece el 4º Cuerpo del Ejército Francés, al mando del general Sebastiani, acompañado del Ejército de Reserva a las órdenes de Dessole, y del rey José en persona, con un total de 26.000 infantes, 4.000 jinetes y 40 cañones.