Coincidiendo con la conmemoración de 2011 como Año Ruso, Alba recupera las memorias del hombre que mató a Rasputín. El príncipe Félix F. Yusúpov, que en su momento fue el hombre más rico de Rusia retrata la caída del régimen zarista a la vez que compone una crónica social de los grandes fastos que rodearon su vida. Un elocuente retrato de la vida aristocrática en la antigua Rusia y de la caída del imperio del Zar.
Salme, hija del sultán de Omán y Zanzíbar, después bautizada como Emily Ruete, nació en 1844. En 1866, tras enamorarse de un comerciante alemán, Heinrich Ruete, abandonó la isla africana en secreto para abrazar la religión cristiana y casarse en Europa. Un profundo deseo de explicar a sus hijos sus orígenes la llevó a publicar sus Memorias, legando así un valiosísimo testimonio para la historia de las mujeres y el conocimiento de la vida cotidiana en un harén.
La autobiografía del hombre que afirma ser el hijo mayor de Juan Carlos I. Albert Solà es conocido como «el monarca» en el municipio donde vive: La Bisbal del Ampurdán. Sin embargo, aunque su parecido con Juan Carlos I salta a la vista, sus orígenes están llenos de misterio e incertidumbres. En este libro, Albert narra su vida y las razones que le llevan a afirmar que es el hijo primogénito (e ilegítimo) del rey emérito de España, nacido de una aventura con una joven de la alta burguesía catalana. Durante su infancia y adolescencia, Albert Solà siempre tuvo la sensación de que le observaban; incluso hizo la mili convencido de que le daban un trato especial. Más adelante, cuando empezó a investigar sus orígenes y quiso reclamar documentos sobre su nacimiento y adopción, halló todo tipo de trabas, pero también encontró a muchas personas -desde gente anónima hasta detectives y agentes del Centro Nacional de Inteligencia- que le aseguraron que es hijo del rey emérito Juan Carlos I. El monarca de La Bisbal ofrece, por primera vez, el relato completo y en primera persona de una historia única y fascinante que ha atraído a medios de comunicación de la talla del New York Times. El resultado llega dispuesto a sembrar la polémica.
Para algunos historiadores, Isabel de Trastámara es el tótem absoluto de las virtudes patrias; para otros, una mera usurpadora que se sentó en un trono que no le pertenecía. Santa para unos; fanática para la gran mayoría. Hay quien la califica, para bien o para mal, de artífice de la «castellanización» de España, pero también de marioneta en manos de su esposo Fernando de Aragón, el príncipe renacentista que inspiró a Maquiavelo. Pese a ser la introductora absoluta de los saberes renacentistas en la península, se ha asegurado que su mentalidad permanecía prisionera del oscurantismo medieval. Algo de verdad hay en ello puesto que Isabel vivió a caballo entre la Edad Media y la Edad Moderna; justo el momento en que la visión teocrática del universo dejó paso al humanismo y los descubrimientos transoceánicos ensancharon los límites del mundo conocido. Pero, aun así, nadie puede negar su interés por las artes y las letras o su condición de mecenas por encima de su talante tardomedieval. Lo cierto es que la reina Católica es un personaje absolutamente poliédrico. Autoritaria y firme en sus convicciones, fue madre afectuosa y tierna; abierta a la incipiente cultura renacentista, su extremada religiosidad rozaba el fanatismo hasta el punto de bendecir la creación del Santo Oficio o de perseguir sin tregua a judíos y musulmanes. Fue una esposa amante que conoció como luego su hija Juana el tormento de los celos, pero que no dudó a la hora de reservarse el gobierno del reino que le era propio. Sensible pero implacable; culta y doméstica a un tiempo, nada en su vida fue como parecía que iba a ser.
«En la Monarquía de España, donde las Provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas, los climas encontrados, es menester gran capacidad para conservar, así mucha para unir». Baltasar Gracián, El político Don Fernando el Católico, 1640. Esta obra del gran hispanista Henry Kamen recorre la historia de la monarquía española desde los Reyes Católicos hasta Felipe VI, repasando de manera brillante los asuntos personales y también de estado de todos los monarcas que han ocupado el trono español. Un relato vibrante y riguroso apoyado con más de cien imágenes a todo color que ofrece al lector la historia definitiva de una compleja institución con casi seiscientos años de vida repleta de luces, pero también de sombras.