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Montevideo, 31 de agosto de 2005. Típica familia uruguaya del siglo XX. El padre vive preocupado por los proyectos emigratorios de sus hijas, Sofía, de 19 años, y María Clara, de 17. La amenaza es casi diaria: «Papá, nos graduamos y nos vamos». La respuesta siempre es la misma: «No se apuren, ya encontraremos una oportunidad de futuro para que se queden». La madre pregona la libertad de opción y ha estimulado esos sueños sacándoles el pasaporte europeo. Pero, por dentro, sufre tanto como su esposo. Bruna, de 6 años, comienza a preguntar: «Y yo, ¿cuándo tengo que irme?».