Ingenio versátil crecido en el prestigioso taller de Andrea del Verrochio, Leonardo supo sacar provecho de esa experiencia para alimentar su inagotable curiosidad e innumerables intereses. Atraído por todas las disciplina artísticas, saciando en ellas su
La definición de manierismo fue objeto de debate de teóricos de arte desde su primera aparición en el tratado del siglo xvii. El termino utilizado para indicar a los pintores de la segunda parte del siglo xvi
Según la interpretación que Hans Belting ofrece del tríptico El jardín de las delicias de El Bosco, ésta no es una obra secretamente herética, ni representa una concepción personal de los dogmas de la Iglesia, ni es una singular y opulenta ilustración del relato bíblico de la Creación; según él, no se trata sino de la pintura de una utopía, que sólo pudo brotar del «espíritu de la época» y que es necesario relacionar con las teorías humanistas de Tomás Moro y Willibald Pirckheimer.
Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-Florencia, 1574) se cuenta, por su pluma, no por su pincel, entre los máximos exponentes del Cinquecento. " Las vidas " , publicadas en Florencia en 1550 por el editor ducal Lorenzo Torrentino, conforman una indiscutible obra maestra y fuente escrita imprescindible para quien desee un acercamiento directo al Renacimiento italiano y a sus protagonistas. Giorgio Vasari fue y quiso ser antes que nada historiador y por este motivo no se contentó con narrar los hechos acaecidos sin incluir juicios y críticas, sino que gustó también " distinguir al bueno del mediocre, al excelente del bueno, y hacer cuidadosa mención de las particularidades, estilos, rasgos y fantasías de los pintores y escultores " . En esta edición se presenta una selección de los autores más representativos, en concreto 32 vidas. Los artistas seleccionados se siguen considerando hoy en día figuras relevantes, ya formen parte de la dinámica artística del siglo XIV como del Quattrocento y de la época en que vivió Vasari, el Cinquecento. Cada vida se cierra con un texto que complementa el redactado por Vasari, en el que se hace un recorrido por la producción del artista. En esta visión panorámica se aclaran datos biográficos y se trabaja con obras mencionadas o no por el escritor, insertándolas en un contexto cronológico e iconográfico, al tiempo que se ubica al artista en la dinámica cultural de su momento. En cuanto a las imágenes, se ha tenido en cuenta la especial atención que Vasari concede a determinadas obras que, por otra parte, no han decaído en su apreciación a lo largo de los siglos. Otras no están ni siquiera mencionadas por él pero corresponden a sus propios planteamientos. En cualquier caso se ha pretendido ilustrar la visión del arte del propio Vasari.
Ante el mito del «Renacimiento» y de los debates que ha suscitado, ante la imagen de un presente transformado por la restitución de la sabiduría de la Antigüedad o la idea humanista de un nuevo comienzo, Élisabeth Crouzet-Pavan prefiere contraponer el horizonte de los Renacimientos italianos. El plural se impone porque existe otro Renacimiento, menos vinculado al de los sabios y artistas, pero plenamente vivo, a través del cual continúan viviendo y reviviendo pasados más o menos próximos. La autora nos guía en la complejidad de un universo humano que experimentaba tanto un inmenso amor a la vida como un persistente miedo a la muerte, tanto una extraordinaria exaltación creadora como una profunda sensación de finitud. «Renacimientos italianos», de Milán a Nápoles, de Florencia a Venecia, de Roma a Ferrara, invita al lector a ampliar su mirada.