Egipto fue uno de los grandes focos culturales de la Antigüedad y algunos de sus monumentos son universalmente reconocidos como las manifestaciones emblemáticas de una brillante civilización. Pero tras las pirámides o la esfinge de Giza, símbolos por antonomasia del Egipto faraónico, existió una estructura social, un modelo administrativo, una autoridad, unas formas de organización de la economía y una producción ideológica y cultural cuya interpretación plantea todavía numerosos interrogantes. Este estudio, centrado en el Imperio Antiguo (2650-2150 a.C.) o período de las pirámides, demuestra que la sociedad egipcia no fue una estructura estática e inmutable, tal como se había creído, donde los conflictos estaban sencillamente ausentes y donde el cambio social sólo podía ser fruto de factores exógenos invasiones, catástrofes naturales. Como si la solidez pétrea de las pirámides hubiera impregnado el conjunto de la sociedad egipcia del III milenio. Gracias a las rigurosas investigaciones del autor, se pone de manifiesto el dinamismo y el potencial de transformación del mundo egipcio, tanto en la esfera institucional palacios, templos como en el ámbito rural, cada vez más presionado por el Estado a través de impuestos, tasas y trabajos forzados. Todo ello explicará el colapso de la estructura social y económica del Imperio Antiguo a finales del III milenio.
En este estudio riguroso y bien documentado, Wengrow busca las raíces sociales del antiguo Egipto. Para ello, el autor remonta a finales de la era Cuaternaria, rastreando en el desierto los orígenes de la civilización egipcia. Sin duda un largo período de tiempo de más de 7.000 años de duración, en el que tuvieron lugar importantes transformaciones sociales a orillas del Nilo, hasta que las élites locales lograron apropiarse de los recursos materiales y simbólicos, formándose las primeras identidades políticas y finalmente el estado egipcio en 2650 a.C. Por primera vez un egiptólogo se atreve a definir a través del registro arqueológico los orígenes prehistóricos de la civilización egipcia, rompiendo con ello la barrera que existía hasta ahora entre prehistoriadores y arqueólogos que estudiaban la historia antigua de Egipto.
Lo que nadie se atrevió a contar sobre el polémico período comprendido entre los siglos XII y VIII a.C. en el Egeo y el Mediterráneo oriental es abordado por Susan Sherratt con conocimiento de causa y a través de una exhaustiva información basada en el registro arqueológico y en las fuentes escritas. En este libro se recoge una selección de sus trabajos más relevantes sobre la cuestión, en los que analiza y desmenuza al detalle y desde la perspectiva del contexto socio-económico en el que se inscribe el comercio interregional y la interacción entre Grecia, Chipre y el Levante, antes, durante y después de la transición del Bronce al Hierro. Frente a la visión tradicional defendida por muchos autores, que consideran este período como una época turbulenta de crisis y de ruptura, en la que se mezclan acontecimientos dramáticos, invasiones de hordas de pueblos del mar y la resistencia de héroes míticos y casi bíblicos, la autora propone una lectura mucho más coherente, innovadora y convincente del proceso de la famosa «crisis del 1200 a.C.», que desmitifica basándose en un riguroso análisis del contexto social, económico e ideológico de este período clave de la historia del Mediterráneo. Entre otras muchas cuestiones, en este libro se explora el auténtico significado social y comercial de la cerámica micénica del siglo XII a.C., el rol de las fortalezas micénicas –verdaderos «acorazados» en la organización política y regional de los centros griegos del Bronce–, la relación entre la épica homérica y el registro arqueológico, la formación de las identidades egeas a través del encuentro con el «otro» o los circuitos premonetales y las consecuencias sociales, económicas y culturales del ascenso de la plata como metal de élite y patrón estándar de los intercambios
Hace seis mil años, cuando en Egipto donde aún no había ni faraones, ni pirámides ni jeroglíficos y en el resto del mundo los hombres vivían las últimas épocas de la prehistoria, un pueblo de origen desconocido se instaló en las inmediaciones del golfo Pérsico, en el actual Iraq, entre el Tigris y el Éufrates: el pueblo de los sumerios, que construyó las primeras ciudades de la historia e inventó a partir de cero la civilización urbana, la escritura, la democracia y la religión. Es menos sabido que los sumerios también fueron los padres fundadores de la ciencia de los números (desconocida para los egipcios en la época de los faraones). Acadios y babilonios, sucesores de los sumerios en Mesopotamia, a partir del siglo XIX antes de nuestra era, tomaron prestada de ellos su escritura y su sistema abstracto de numeración, lo que les permitió elaborar un sorprendente saber matemático, cuyo tema principal fue el álgebra de las ecuaciones de primer y segundo grado. Arrastrados por Roger Caratini a esta extraordinaria aventura del espíritu y al universo cultural que la condicionó, los lectores conocerán los principales textos matemáticos cuneiformes desde 1842, año en que fueron descubiertos, hasta nuestros días, y podrán seguir los primeros pasos científicos de la humanidad.
A pesar del gran interés que ha suscitado su estudio, el lenguaje humano en la Prehistoria sigue siendo un fenómeno poco conocido. Su investigación sólo ha podido llevarse a cabo de forma muy elemental, debido a las grandes limitaciones que la Arqueología encuentra en su realización, pues las palabras no dejan huellas visibles en los yacimientos. Sólo por medio de la Paleoantropología se ha podido relacionar ciertos criterios de evolución anatómica (neurológica y somática) dentro del género Homo con la posibilidad de la existencia del lenguaje. En este libro se realiza un estudio multidisciplinar, usando los conocimientos más actuales de la Neurología, la Psicología, la Sociología y la Biología evolutiva. Con ellos se elabora una síntesis metodológica, o modelo general, sobre el desarrollo y funcionamiento cognitivo del género humano, el cual es utilizado en la interpretación de la conducta observada en los yacimientos y, por tanto, del lenguaje necesario para su creación. Con esta nueva visión se llega a la conclusión de que el lenguaje es consecuencia de la actividad cognitiva o pensamiento, pero también es modulador del mismo y ambos son controladores de la acción y la conducta humana. Conducta, pensamiento y lenguaje son tres procesos psicobiológicos que siempre actúan conjuntamente, tanto en el presente como en el pasado. El objetivo final de este trabajo es ir deduciendo, sobre los datos arqueológicos y el modelo multidisciplinar anteriormente elaborado, rasgos generales sobre el lenguaje en el Paleolítico, así como una explicación coherente, razonada y con una aceptable base científica de los cambios culturales que se dieron en los diferentes homínidos que compusieron nuestro linaje en tan lejanos tiempos.
Son muchas las publicaciones existentes en el mercado para profundizar en el campo de la Arqueología. Hasta hace pocos años hablar de arqueólogos era referirse a un escaso número de profesionales enamorados por su oficio. En la actualidad son notables los avances que se están produciendo en dicha disciplina, y por ello, el objetivo de la obra, no es otro que exponer de una manera sencilla y global las distintas materias de conocimiento que complementan a la disciplina arqueológica. Pero, como el título indica, y el contenido del libro evidencia (al contener una parte dedicada a la Arqueología y otra a la Museología), la obra presente pretende ser una iniciación para aquellos lectores noveles (o los que pretendan refrescar rápidamente sus conocimientos adquiridos), y además, una introducción al área museológica, ya que ambas van parejas. Esto significa, que al encontrar un "objeto arqueológico", la vida de éste, pasa por un proceso desde que es desenterrado (por arqueólogos) y restaurado para su conservación, hasta que es expuesto en un museo, para su posterior divulgación social. En definitiva, aportar unos conceptos básicos, para que cualquier lector pueda, a partir de aquí, adentrarse con mayor profundidad en estos estudios.