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El descubrimiento de Mari, en diciembre de 1933, y después en enero de 1934, con el comienzo de la separación del templo de Isthar, marca un momento de una gran importancia en el desarrollo del conocimiento de la antigua Mesopotamia, gracias a un repentino crecimiento de las informaciones disponibles. El estudio de este templo nos enseña mucho de la vida religiosa y de la gran capital de la Mesopotamia del norte en el tercer milenio. Este es el objetivo de la presente obra, publicada en francés.