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En este libro se defiende que sentirse hombre o mujer no es algo estático o uniforme sino que está en continuo cambio, es decir, que es un proceso abierto, complejo y plural. Pero además se considera que tanto la conformación de la identidad de género como las prácticas sociales e individuales de mujeres y hombres, así como los debates y las luchas feministas, son fenómenos sustancialmente corporales. Este planteamiento teórico-metodológico se inscribe dentro de la antropología del cuerpo, un campo de estudios relacionado con la llamada teoría de la práctica que sostiene que el sistema social moldea la acción humana, pero que ésta es también determinante para comprender la producción y reproducción del propio sistema así como las transformaciones que se producen dentro del mismo. Para mostrar todo esto se analizan doce itinerarios corporales, correspondientes a diez mujeres y dos hombres, poniendo todo el énfasis en las transformaciones producidas y en los factores que están detrás de estos cambios.
Sirviéndose del método etnohistórico -que asume la "corta duración" en la que opera el etnógrafo, pero interpretando dicha tarea a la luz de la "larga duración" que aporta el historiador-, Adolfo García Martínez procede en Los vaqueiros de alzada de Asturias al desvelamiento de los muchos lugares comunes habituales al hablar de este grupo étnico. Resulta inquietante observar la confusión que existe todavía hoy al respecto del tema, cómo se siguen utilizando de modo inadecuado conceptos como braña, nomadismo o trashumancia y hasta qué punto viejos tópicos raciales o difusionistas contaminan la discusión a propósito del origen de los vaqueiros de alzada, su forma de vida y las supuestas razones de su marginación. Para desmontar esta falaz perspectiva, Adolfo García Martínez viene desarrollando desde la primera edición de este trabajo, hace ya más de dos décadas, un profundo trabajo de campo entre los vaqueiros de alzada asentados en los concejos de Belmonte de Miranda, Salas y Somiedo, además de un esfuerzo ímprobo por comprender las peculiaridades del grupo vaqueiro, afán que organiza el presente libro en torno a dos grandes propósitos: el estudio de la conquista de unos medios de subsistencia que informan de las peculiaridades esenciales del grupo vaqueiro (un grupo innovador y revolucionario respecto a la sociedad de la época) y el análisis de aspectos determinantes de la cultura vaqueira, caso de sus relaciones de parentesco, su organización social y su prolijo mundo mental. Esta edición reproduce con cambios mínimos la primera, publicada en 1988. El autor ha añadido una introducción en la que analiza las investigaciones sobre los vaqueiros efectuadas durante los más de veinte años transcurridos desde la publicación, y desvela por qué el libro mantiene su vigencia plena.
Mediante el análisis de trece estudios etnográficos, este libro interpreta cómo transforma la modernidad a las culturas indígenas y cómo éstas, a su vez, modifican dicha modernidad.
Al pensamiento africano, tradicionalmente, se le ha negado el pan y la sal. Los blancos eran los que pensaban en mayúsculas, los negros simplemente sentían, o como máximo creían. Esta tercera y última entrega de Pensamiento Africano, que completa la antología compilada por Emmanuel Chukwudi Eze, viene a rematar el clavo de lo que hoy es una obviedad irrefutable. En este caso, el volumen recoge los sistemas filosóficos que se relacionan con lo que habitualmente denominamos cultura y sociedad. Se abordan los conceptos ligados al arte, a la moralidad, a la convivencia social o a las manifestaciones creativas. Se trata de una elección atrevida, porque desafía dos tópicos arraigados. El primero es el que citábamos más arriba, o sea, el escepticismo hacia cualquier forma filosófica procedente del África negra. El segundo estereotipo al que se enfrentan los textos que siguen sería el temático o instrumental. Es decir, aquél que niega la primera división a las ideas que surgen de una experiencia concreta, que remiten a una disciplina artística o a una necesidad social. Las nociones que encontramos en la música, la pintura, los códigos morales, las normas de convivencia, no serían pensamiento, sino más bien consignas utilitarias, funcionales en definitiva poco libres o encadenadas. Pues bien, lo que se encuentra a continuación será filosofía en mayúsculas o en minúsculas, pero define mejor que ciertas abstracciones lo que piensan los africanos. Y en el fondo, ¿qué es preferible? ¿Eternizar las disputas bizantinas sobre el nombre de la cosa, o intentar conocer a la cosa? El lector tiene la oportunidad de decidir.
Antropología y utopía es una aportación programática a la antropología filosófica. Estudia dos asuntos fundamentales. En primer lugar, la misión que la antropología filosófica tiene en el amplio abanico de las disciplinas que tratan sobre el hombre. Se acepta la idea de Sacheler de entenderla como una reflexión sobre los datos de las antropologías positivas, pero sin que por ello pierda su capacidad de obtener conclusiones trascendentales y de proponer programas de investigación. En segundo lugar, se realiza un estudio sobre el ser humano fundado en las conclusiones de la antropo-biología alemana de Plessner y Gehlen, pero entendiéndolo, más que como un animal deficitario, como un animal utópico. De fondo en ese tema se presenta una crítica a la escisión moderna de la razón y una apelación para su superación a través de la construcción de proyectos de la libertad que cuajen en mundos alternativos.