Resumen del índice: Tercera parte: Sub Gratia: Tipos iconográficos de Cristo y de la Virgen.- Escenas narrativas de los Evangelios.- Las postrimerías del hombre. Desde la muerte hasta el juicio.
Quien haya emprendido la aventura de leer el libro de Job, volverá su última página con una sensación agridulce, una extraña mezcla de placer y frustración: placer, por haber tenido ante sus ojos una de las páginas más soberbias de la literatura religiosa de todos los tiempos; frustración, porque seguramente el libro de Job seguirá siendo para él un desconocido, como le ocurre al asiduo paseante de una hermosa ciudad, que siempre encontrará por entre sus calles algún rincón incógnito cuya belleza le anonada y le hace pensar. Se dice (con razón) que Job es un libro difícil. Su estilo poético, preñado, escueto y, en ocasiones, sintácticamente ambiguo, se une a una teología crítica de altos vuelos. El lector descubrirá asombrado a un hombre arrojado a la intemperie por un dios caprichoso, debatiéndose ante la aparente inmoralidad divina, acosado hasta la extenuación por tres teólogos gregarios y con el alma transida ante el silencio de su dios. Víctor Morla Asensio (1943) es licenciado en Filosofía, Teología y Filología Trilingüe, y doctor en Sagrada Escritura (Pontificio Instituto Bíblico, Roma). Ha ejercido como profesor de Pentateuco, Salmos, Literatura Sapiencial y Hebreo bíblico en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, y de Filosofía Medieval y Lenguas Clásicas en la Facultad de Filosofía de la misma Universidad. Ha publicado El fuego en el Antiguo Testamento. Estudio de semántica lingüística (1988), Proverbios. Texto y comentario (1992), Eclesiástico. Texto y comentario (1992), Cien libros al servicio del estudio de la Biblia (1993), Libros sapienciales y otros escritos (1994), La Biblia por fuera y por dentro (2003), Poemas de amor y de deseo. Cantar de los Cantares (2004) y Lamentaciones (2004). Fue codirector del Diccionario bíblico hebreo-español (1994) y dirigió la revisión del Antiguo Testamento de la Nueva Biblia de Jerusalén (Bilbao 1998).
El Apocalipsis de Juan con sus llamativas imágenes, que nos transportan a la cena de las bodas del Cordero, a la destrucción cósmica del mal y a la formación de un cielo nuevo y una tierra nueva fue muy leído en la Iglesia primitiva, si bien se interpretaba de varias maneras. La interpretación del libro iba desde la perspectiva milenarista de Victorino de Petovio a la interpretación más simbólica de Ticonio, que consideraba el Apocalipsis en el sentido del tiempo universal y unitario de la Iglesia. El Libro de las reglas que Agustín admiraba profundamente, con sus siete principios de interpretación tuvo una gran influencia no sólo en la interpretación de los primeros siglos, sino en toda la exégesis medieval. Desde el principio el Génesis fue aceptado más fácilmente en Occidente que en Oriente. Los más antiguos comentarios al Apocalipsis en griego se remontan al de Ecumenio, del siglo vi, al que pronto siguió el de Andrés de Cesarea. De todas formas, los primitivos padres de Oriente mencionaron el Apocalipsis también en obras que no eran comentarios. En este volumen encontramos un gran número de textos tomados de los dos comentarios en griego mencionados anteriormente: el de Ecumenio y el de Andrés de Cesarea, que representan la interpretación oriental. Asimismo, otros seis Padres aportan la interpretación occidental: Victorino de Petovio, Ticonio, Primasio, Cesáreo de Arlés, Apringio de Beja y Beda el Venerable. Hemos tratado de presentar un contexto adecuado para que los lectores puedan captar más fácilmente el modo creativo en que los Santos Padres usaban la Escritura, así como su perspectiva teológica y su interés pastoral. Un buen número de textos se han traducido por primera vez al castellano.
Aunque el Antiguo Testamento se encuentra en el centro de la cultura occidental, hoy día es, sin duda, un gran desconocido. De Abdías a Zacarías ofrece al lector la posibilidad de descubrir y redescubrir este texto a través de un recorrido por sus figuras capitales ?Abraham, Noé, David, Judit, entre otras?, al tiempo que muestra cómo su presencia en la tradición religiosa es perceptible también en las manifestaciones artísticas, literarias y musicales, desde la Antigüedad hasta nuestros días.
Este libro de Dietrich Bonhoeffer nació como respuesta a la interpelación inmediata de los acontecimientos y a la exigencia de un servicio necesario en la comunidad. Es un testimonio de su oración cotidiana y comprometida: la oración enseñada y practicada en la quietud de Finkenwalde, la oración que no desfalleció tampoco en quien se convertiría en el crítico de la interpretación religiosa de la fe. Bonhoeffer no dejó nunca, ni siquiera en la cárcel, de orar los Salmos como participación en el ser de Cristo, a quien supo seguir radicalmente. Estamos, por tanto, en presencia de un documento que nos permite comprender la extraordinaria fuerza de este testigo de Cristo. Dietrich Bonhoeffer, teólogo y mártir, es uno de los más importantes testigos cristianos del siglo XX. Su resistencia frente al régimen nazi, su prisión y su ejecución muestran cuál fue para él el precio del seguimiento sobre el que tan elocuentemente escribió. Los salmos: el libro de oración de la Biblia fue el último escrito publicado en vida de su autor antes de que se le prohibiera escribir en 1941.
El presente volumen es un comentario de los Salmos 42-72, que forman el segundo libro del salterio. El sufrimiento, y con él la oración, aparece en casi todos los salmos del primer libro (Sal 1-41). Es el libro de la oscuridad y de la fe. El segundo libro, sin embargo, brinda algunos salmos que le dan un matiz peculiar (Sal 42-43; 63). Sin estar ausente el dolor de la persecución, resplandecen los primeros destellos de la esperanza. Llama la atención, en efecto, la insistencia en la mañana, la ida por el camino, la disposición a cantar y a tañer, la presencia del templo como meta de la marcha... (Sal 68; 72, etc.). Este libro tal vez dé el paso de la fe, mantenida en el dolor, a la esperanza que nos obliga a caminar. Son algunos aspectos que el comentarista ha tenido en cuenta. La editorial Desclée De Brouwer presenta esta serie de comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén, con la pretensión de que ocupe el espacio abierto en el mercado de la lengua castellana entre la divulgación y la crítica científica. Ángel Aparicio Rodríguez nacido en Torquemada (Palencia), es sacerdote claretiano, catedrático de Biblia en el Instituto Teológico de Vida Religiosa, integrado a la Universidad Pontificia de Salamanca. Su tesis doctoral versó sobre el Salmo 16.
Réau confronta metódica y sistemáticamente los temas estudiados con textos teológicos, litúrgicos y legendarios, con documentos poéticos, históricos y socioeconómicos, y cataloga sus principales representaciones artísticas con una erudición inaudita que se expresa, sin embargo, a través de un lenguaje dominado por la claridad y la precisión expositivas. Resumen del índice: Introducción.- Primera parte: Ante legem: Dios y la creación.- El pecado y los castigos.- Los patriarcas y José.- Segunda parte: Sub lege: Moisés y Josué.- Los jueces y los reyes.- Los profetas de Israel.- Índice alfabético.
Manual completo y actualizado sobre los libros proféticos del Antiguo Testamento, que manifiestan los designios de Dios y anuncian la llegada del Mesías.
Las reflexiones más profundas de un clásico.. Éstas son las reflexiones de un clásico de la literatura cuya preocupación por la religión le llevó a acercarse a los textos religiosos, pero siempre desde una postura muy particular. Se combinan aquí su increíble capacidad narrativa y su inmenso vocabulario con su gran inteligencia, para dar como resultado una visión totalmente original y conmovedora de esta parte de la Biblia que es pura poesía, y que Lewis reivindica como tal. «... escribo de aficionado a aficionado comentando las dificultades que me he encontrado, o los conocimientos que he adquirido, al leer los Salmos, con la esperanza de que esto pueda interesar, e incluso en ocasiones ayudar, a otros lectores inexpertos.»
Este comentario pretende ayudar a la lectura del libro de Ezequiel, acompañando al texto bíblico tal y como lo encontramos actualmente. No abusa de tecnicismos, ni estudia la historia que el texto ha sufrido y que, sin duda, lo ha enriquecido, pero a la que únicamente podríamos asomarnos de forma hipotética de la mano de tantos comentaristas que han utilizado todos sus conocimientos para explicarlo. El profeta es el libro, el texto. De él decimos Palabra de Dios al proclamarlo. Acercarnos a la persona de carne y hueso que se asoma entre líneas nos permite comprender mejor su contenido, pero el texto bíblico sigue siendo nuestro objetivo fundamental. Por eso, atendemos a los indicios literarios que señalan su forma y estructura. A través de ella intentamos llegar al contenido, a su mensaje. En algún momento no podremos prescindir del proceso histórico que ha sufrido o de las distintas versiones que lo han traducido e interpretado. Es evidente. Pero el objetivo seguirá siendo ayudar al lector a enfrentarse con el libro profético. En él se contiene la revelación o, dicho con otras palabras, en él se manifiesta el Señor de la historia, con planes de salvación que realizará a pesar de la rebelión casi constante de su propio pueblo.
Uno de los mayores dones que el Espíritu Santo ha dado a la Iglesia en los últimos años es el hecho de que el pueblo de Dios ha redescubierto los salmos como genuina fuente de espiritualidad, fuente que en su tiempo ya fue para el propio Hijo de Dios en su relación amorosa con el Padre. En los salmos se complementa la luz del Evangelio sobre el hombre, ya que en ellos se describen todos los estados anímicos por los que pasa el discípulo: angustias, alegrías, persecuciones, intimidad extrema con Dios, la fuerza de Dios en la propia debilidad, etc. Este libro sobre los salmos, encabezados todos ellos con una breve monición catequética, es una respuesta al hambre y sed del pueblo de Dios. Incluye los cánticos y la distribución semanal tanto de los salmos como de los cánticos.
La colección Comprender la Palabra, dirigida por Domingo Muñoz León, Juan Miguel Díaz Rodelas y Carlos Granados García, consta de 35 volúmenes. Elaborada por un amplio grupo de biblistas expertos de diversas universidades, tiene como objetivo explicar, comentar y acercar a los lectores el texto bíblico que escuchan en la liturgia y leen personalmente o en grupo. Su finalidad es a la par profundamente pastoral y científica. Es decir, se trata de comentarios que parten de un serio estudio del texto y sus variantes, de los sentidos de las palabras, del contexto histórico y religioso, de las concepciones antropológicas y teológicas de fondo. A partir de ahí, cada comentario particular trata de mostrar al fiel cristiano con un lenguaje sencillo el significado del texto y su permanente valor para alimentar la vida de fe. El texto bíblico que está en la base de los comentarios es siempre el de la Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, y la mayoría de los autores que forman el equipo de comentaristas es, en su mayoría, el mismo que hizo en su momento la traducción de esta versión de la Biblia.