Ir al contenidoAndalucía, Comunidad Autónoma de
Entre 1994 y 1996 Andalucía vive una insólita coyuntura. El PSOE, hasta entonces hegemónico, pierde la mayoría absoluta en la comunidad y no consigue alcanzar acuerdos con otra fuerza política, no puede aprobar presupuestos ni sacar adelante nuevas leyes. Además, una dura crisis económica multiplica el desempleo y el cierre de empresas en todo el sur. Y por si fuera poco, la comunidad sufre la peor sequía de la era contemporánea. Corrupción política, corruptelas en el paro y picarescas en torno al agua se multiplican en la comunidad. Todo ello queda descrito en estas páginas en artículos suavemente irónicos, semblanzas, reportajes e informes, con una detallada cronología y notas actualizadoras. Y el lector comprobará que el presente ofrece demasiadas similitudes con lo que sucedía hace dos décadas. Antonio Checa Godoy (Jaén, 1946), es periodista y profesor universitario, autor de una extensa obra sobre aspectos de la historia de la Comunicación desde el periodismo Historia de la prensa andaluza, Prensa y partidos políticos durante la II República, La prensa en Córdoba, La prensa durante la Guerra de la Independencia, Historia de la prensa iberoamericana a la publicidad Historia de la Publicidad, El cartel, dos siglos de publicidad y propaganda y sobre Andalucía Las elecciones de 1977 en Andalucía, Andalucía después del 92. Como periodista ha sido director de diversos diarios y revistas Diario de Granada, El Adelanto de Salamanca, Huelva Información, Andalucía Económica y columnista de numerosas publicaciones. Ha sido presidente de la Asociación de Historiadores de la Comunicación y decano de la Facultad de Comunicación de Sevilla. Dirige la Revista Internacional de Historia de la Comunicación.
Francisco de Herrera el Mozo (1627-1685) fue uno de los grandes talentos del arte barroco en España, dado que ejerció como pintor y también como arquitecto, grabador y escenógrafo. Fue sin duda el artista que más impulsó el proceso pictórico hispano hacia la plasmación de formas plenamente barrocas, aparatosas y dinámicas. Realizó su formación en el seno del taller paterno y, por ello, sus primeros conceptos artísticos debieron de estar vinculados al recio y vigoroso naturalismo practicado por su progenitor, Francisco de Herrera el Viejo. Ninguna noticia poseemos de su juventud excepto su matrimonio en 1647 que, por razones desconocidas, se disolvió en pocos meses. En Italia, se dedicó a perfeccionar sus conocimientos artísticos estudiando a los maestros del pasado y también a los grandes pintores de su momento, que protagonizaron el barroco en Roma. A su regreso de Italia, trabajó en Sevilla, pudiendo llegar a fundar en 1660 junto con Murillo una academia de pintura, de la cual fue primer presidente. Sin embargo, decidió instalarse en la corte madrileña, donde sin duda alguna tuvo la pretensión de ser nombrado pintor del rey, cargo que terminó obteniendo y que compaginó con el de maestro de las obras reales.