Berlín es una ciudad vibrante, un auténtico y permanente bufé libre de vitalidad y atrevimiento. Una energía contagiosa inunda sus bares y clubes y la ciudad está repleta de interesantes tiendas independientes, restaurantes modernos, fantásticos museos y monumentos sorprendentes. Berlín brinda al viajero un sinfín de momentos inolvidables y con ayuda de esta guía, cualquier escapada a la ciudad se convertirá en una aventura de lo más estimulante.
Entre el 20 de septiembre de 1912 y el 16 de octubre de 1917 Franz Kafka escribió las más de quinientas cartas que componen este libro. Fueron dirigidas a la mujer con la que, tal cual era a veces su convicción, quería casarse, con la que se prometió en dos ocasiones y con la que rompió en otras tantas. Las escribe un joven Kafka que se debate entre dos pasiones: el amor por Felice y su entrega al oficio de escritor. «Últimamente he visto con asombro de qué manera se halla usted ligada íntimamente a mi trabajo literario», escribe en una de ellas el autor checo, y a lo largo de estas apasionadas y apasionantes páginas seremos testigos privilegiados del proceso de creación de sus principales obras. Además, nos sitúan en un tiempo y en un espacio: la Praga de Kafka, su casa y su trabajo, su familia y, especialmente, sus lecturas: «Siento como parientes consanguíneos míos a Grillparzer, Dostoyevski, Kleist y Flaubert [...] solamente Dostoyevski se casó, y quizás solo Kleist, cuando, bajo la presión de aflicciones externas e internas, se pegó un pistoletazo junto al Wannsee, encontró la salida que necesitaba». ««Las Cartas están llenas de temor, indecisión, desvalimiento y, en primer término, inconcebibles dosis de intimidad. Nadie se ha desnudado tan atrozmente como el hombre que se confiesa y flagela ante Felice. No obstante, todo está formulado de una manera que lo convierte en ley y conocimiento. Nada de lo que leemos se puede olvidar. Es como si hubiera sido escrito bajo nuestra piel.» José Emilio Pacheco
Catálogo de la exposición celebrada en el Museo del Prado del 4 de noviembre de 2008 al 12 de abril de 2009. Se presenta por primera vez fuera de Alemania el núcleo principal de una de las mejores colecciones históricas de escultura clásica de Europa con sede en el Museo Albertinum de Dresde. La muestra, que ocupa diez salas del edificio Villanueva, ofrece la posibilidad de contemplar reunidas 46 de las mejores piezas de la colección de escultura clásica de dicho museo junto a otras 20 importantes esculturas clásicas del Museo del Prado.
Geòrgia, 1900: aquesta obra fascinant que abasta sis generacions arrenca amb el naixement de la Stasia, la filla d'un fabricant de xocolata molt ben considerat. La Niza, la intelligentíssima besneta de la Stasia, trenca amb la família i emigra a Berlín. Quan la seva neboda de dotze anys, la Brilka, decideix durant un viatge a l'Est que no vol tornar a Tbilissi, la Niza la trobarà. És ella qui li explicarà tota la història: la de la Stasia, que resisteix en silenci els temps que corren; la de la Christine, que paga un preu molt alt per la seva bellesa; la de la Kitty, a qui l'hi prenen tot i que trobarà la seva veu a Londres; la d'en Kostja, que sucumbeix a la temptació del poder i marca la fortuna de la seva família; la de la filla rebel d'en Kostja, l'Elene, i les seves filles
Castillos cimeros y energía verde, cervecerías y coches de lujo, los Alpes y arte de vanguardia... Un pedazo de Alemania donde se combina el aire fresco de los Alpes, y el senderismo, el ciclismo y el esquí de montaña, con el encanto de Múnich, una ciudad atrevida, sofisticada y segura de sí misma. Y todo ello salpicado de castillos caprichosos, residencias barrocas y ruinas góticas. Si uno se cansa, se puede refugiar en una acogedora taberna y brindar con una jarra de cerveza por este rincón de Europa. Y es que el sur de Alemania combina tradición y modernidad como ningún otro lugar del mundo.
Hay algo innegablemente artístico en cómo se despliega el paisaje de Alemania, con onduladas costas bordeadas de dunas en el norte y melancólicos bosques, románticos valles fluviales y vastos viñedos en el centro, todo ello coronado por el esplendor de los Alpes. La historia late en ciudades que datan de mucho antes de que Colón se hiciera a la mar y en castillos elevados por encima de hileras de casas con entramado de madera y macetas con geranios carmesíes.
Maya es una abeja muy especial. Quiere conocer el mundo, y no pasar su vida recogiendo miel y llevándola a la colmena. Es pura alegría. Lo que más desea es conocer al ser humano, del que tanto ha oído hablar. Es tierna y algunas veces algo ingenua, pero su gran corazón le ayuda siempre a salir de los embrollos en los que se mete por su afán de aventura.
Escrita com a paròdia de les novelles de formació picaresca europea, Fèlix Krull narra la vida d'un home simpàtic i atractiu, però amb pocs escrúpols que viu amb el propòsit de convertir la seva biografia en obra d'art. En nom d'aquesta concepció estètica, tota trampa, robatori o impostura queda excusada, fins al punt de convertir-se en una actitud de moralitat indiscutible. En aquesta obra, sens dubte la més amena de l'autor, Thomas Mann (Lübeck, 1875-Zuric, 1955) va desplegar el bo i millor del seu estil, del seu humor i de la seva intelligència narrativa. Amb ella tancava una carrera literària d'indiscutible qualitat que havia inaugurat Els Buddenbrook (també disponible en aquesta collecció) i que va coronar amb la publicació d'obres d'envergadura (La muntanya màgica, Josep i els seus germans, Carlota a Weimar o Doktor Faustus) i desenes de narracions, algunes de les quals, com ara La mort a Venècia (Navona, 2020), considerades obres mestres. El 1929 va ser guardonat amb el Premi Nobel.
Robert Alexander Schumann es uno de los grandes compositores del lied, y esta forma musical estaría incompleta sin su aportación. Si los compositores del lied los redujéramos a los dedos de una mano, él sería uno de los cinco. Schumann ocupa un lugar entre dos gigantes, Franz Schubert y Hugo Wolf, dos pilares que abarcan un espacio de casi un siglo. Como ellos, tiene en su haber un año maravilloso en el que compuso más de un centenar de lieder y, también al igual que ellos, algunos de sus ciclos han alcanzado la inmortalidad, como Frauenliebe und Leben, op. 42 y Dichterliebe, op. 48. Al referirse a su obra, es casi inevitable clasificarla en tres etapas conocidas por las tres ciudades en las que residió, prescindiendo de su infancia en Zwickau y de sus últimos años pasados en el hospital psiquiátrico de Endenich: Leipzig, hasta 1844 inclusive; Dresde, entre 1845 y 1850, y Düsseldorf, desde 1851 hasta su muerte en 1856. Eric Sams estudia sus lieder teniendo en cuenta esas etapas, y Fischer-Dieskau también hace lo propio a la par que va desgranando su biografía. Otros, como Brigitte François-Sappey o Blas Matamoro lo hacen por grupos en un orden distinto del número de opus. Fernando Pérez Cárceles ha optado por seguir rigurosamente el orden establecido en el extraordinario catálogo de Schumann debido a la pluma de Margit L. McCorkle y que lleva por título Robert Schumann. Thematisch-Bibliographisches Werkverzeichnis. Ha incluido en el apéndice, por otra parte, los poemas originales españoles que tradujo Emanuel Geibel y que Schumann utilizó para otros dos ciclos. Para escuchar las canciones contamos con tres integrales: la de Fischer-Dieskau en DG (aunque faltan los lieder femeninos, obviamente), la de Graham Johnson en Hyperion (espléndidos libros de notas del pianista) y la del sello Naxos.
Goethe empezó a escribir estas Elegías en Roma en 1788, durante su primer viaje a Italia, y las principales influencias literarias que en ellas se pueden vislumbrar son las de Horacio y Oviio, aunque más que mopdelos poéticos, lo que marca al poeta es un horizonte vital profundamente distinto de aquel en el que había vivido hasta entonces en Alemania, en especial en la pequeña corte de Weimar. La inmersión de quien se consideraba un pagano, y así lo declara en sus versos, en un mundo sensual, cálido, hedonista, enmarcado por los innumerables restos del mundo antiguo, sin las ataduras cotidianas de su país, con libertad para galanteos y aventuras eróticas propias de un soltero con posibles, un ministro vividor y mundano, que no había cumplido los cuarenta, y a quien no le gustaba dormir solo, despierta eun espíritu nuevo en el poeta que, muy consciente del cambio experimentado, elige para plasmarlo formas clásicas, tanto en la estrofa elegíaca como en los versos correspondientes hexámetros, pemtámetros, forzando a su idioma alemán a adaptarse a los correspondientes modelos de la antigüedad. Terminadas tras su vuelta a Weimar, se publicaron en la revista Die Horen en julio de 1795, pero cuatro de ellas, las que resultan más escandalosas fueron retiradas, y la revista publicó sólo las veinte primeras. Las cuatro restantes, situadas al final de nuestra edición, no vieron la luz hasta el año 1914, y ésta es la primera vez que se traducen al castellano.
Robert Alexander Schumann es uno de los grandes compositores del lied, y esta forma musical estaría incompleta sin su aportación. Si los compositores del lied los redujéramos a los dedos de una mano, él sería uno de los cinco. Schumann ocupa un lugar entre dos gigantes, Franz Schubert y Hugo Wolf, dos pilares que abarcan un espacio de casi un siglo. Como ellos, tiene en su haber un año maravilloso en el que compuso más de un centenar de lieder y, también al igual que ellos, algunos de sus ciclos han alcanzado la inmortalidad, como Frauenliebe und Leben, op. 42 y Dichterliebe, op. 48. Al referirse a su obra, es casi inevitable clasificarla en tres etapas conocidas por las tres ciudades en las que residió, prescindiendo de su infancia en Zwickau y de sus últimos años pasados en el hospital psiquiátrico de Endenich: Leipzig, hasta 1844 inclusive; Dresde, entre 1845 y 1850, y Düsseldorf, desde 1851 hasta su muerte en 1856. Eric Sams estudia sus lieder teniendo en cuenta esas etapas, y Fischer-Dieskau también hace lo propio a la par que va desgranando su biografía. Otros, como Brigitte François-Sappey o Blas Matamoro lo hacen por grupos en un orden distinto del número de opus. Fernando Pérez Cárceles ha optado por seguir rigurosamente el orden establecido en el extraordinario catálogo de Schumann debido a la pluma de Margit L. McCorkle y que lleva por título Robert Schumann. Thematisch-Bibliographisches Werkverzeichnis. Ha incluido en el apéndice, por otra parte, los poemas originales españoles que tradujo Emanuel Geibel y que Schumann utilizó para otros dos ciclos. Para escuchar las canciones contamos con tres integrales: la de Fischer-Dieskau en DG (aunque faltan los lieder femeninos, obviamente), la de Graham Johnson en Hyperion (espléndidos libros de notas del pianista) y la del sello Naxos.
En la amplia obra poética de Heinrich Heine conviven diversas líneas y tem¿ticas que se entremezclan y enriquecen mutuamente y que tocan la mayor parte de los asuntos de que suele ocuparse la poesía. El más conocido y difundido es el Heine lírico, cuyo magisterio es tan patente en la obra de Bécquer o de Rosalía de Castro, pero esta antología reúne otros versos, los del Heine más "radikal", menos conocido pero igual de gran poeta. Entre ellos están los poemas más representativos del Heine crítico, satírico, revolucionario, rebelde siempre, en una trayectoria que abarca toda su vida, desde antes de su primer libro hasta su muerte. Heine fue siempre un espíritu independiente, con opinión propia, nunca domesticado, y que se permitió no sólo pensar por su cuenta, sino además decirlo por escrito y en verso para que el efecto de sus palabras perdurara. Esto le acarreó muchos problemas en vida, como era de esperar, pero ha proporcionado a su obra un lugar especial, un reconocimiento y una pervivencia entre sus afines y admiradores que ni el paso de los años ni lo cambiante de las circunstancias han disminuido o borrado. Con el Heine lírico se identifican nuestras fibras más tiernas, con el Heine "radikal" nuestra rebeldía, nuestras ansias de libertad y de independencia frente a todo y frente a todos.l Su bandera roja y negra, pero también dorada, sigue ondeando al viento de la poesía.